Cultura

Barbie, la comedia no apta para masculinidades frágiles, que arrasa en taquilla y empieza a ser prohibida

La película de Greta Gerwig ha arrasado en su primer fin de semana en las salas duplicando la recaudación de Oppenheimer

¿Habrá señores que se sientan ofendidos en lo más profundo de su ser por una película de muñecas? No tengan la menor duda. Han empezado los de siempre, los que todo el mundo reconoce como un riesgo para la libertad: “Provincia de Pakistán suspende la proyección de 'Barbie' por ‘contenido cuestionable’", reza el titular de Efe. ¿Llegarán los intentos de censura a España? Las noticias de vetos a películas y obras de teatro de las últimas semanas no animan a ser optimistas.

“Revisaremos la película antes de su estreno en el país”, dijo a The Guardian Farrukh Mahmood, secretario de la junta de censura cinematográfica de Punjab. Según las autoridades pakistaníes, la película está siendo revisada para garantizar que no viole los valores sociales, culturales y religiosos del país. Hace un año, Pakistán también prohibió el estreno del largometraje Joyland, que cuenta la historia de amor de un joven de una familia tradicional islámica y una bailarina trans, por ser "repugnante a las normas de decencia y moralidad" del país.

El youtuber estadounidense Ben Shapiro con más de 6 millones de suscriptores en su canal, se hizo viral hace unos días después de aparecer quemando varias muñecas en su crítica de la película. Teniendo en cuenta la originalidad de sus homólogos españoles, no se extrañen si alguno de estos días de verano, divisan en mitad de la calle a un chico musculoso prendiendo fuego a un par de Barbies delante de un trípode.

En España, la obra está catalogada con un inofensivo “Para todos los públicos”,  sería conveniente añadir un “no recomendada para masculinidades frágiles".

Barbie vs Oppenheimer

El estreno de la película llenó de rosa las salas este fin de semana con gente de todas las edades portando alguna prenda del color favorito de la muñeca. La ola rosa ha arrasado al poder de la bomba atómica del Oppenheimer de Nolan. La película de la muñeca ha alcanzado una recaudación global de 337 millones de dólares, mientras que Oppenheimer ha obtenido 174 millones en este mismo periodo, en ambos casos con un 46% del total recaudado en EE.UU. En España ha sido el mejor estreno del año con más de 6,8 millones de euros de recaudación y más de 700.000 espectadores, según datos de Comscore Movies Spain.

Los datos no engañan y la muñeca ha casi duplicado al esperado largometraje de un midas de las taquillas. Es tremenedamente difícil tratar de comparar dos productos tan dispares, un biopic con tintes de drama político-judicial con un comedia feminista bastante punk que arremte contra todo. Las dos acumulurán premios, han dado vida a las taquillas y son productos sobresalientes, pero el que firma este texto, un obseso por la Segunda Guerra Mundial, se lo pasó mejor en el Barbie World que en el laboratorio de Los Álamos y en los larguísimos procesos que juzgaron al padre de la bomba atómica. 

Barbie World, el mundo en el que viven las muñecas es un paraíso de felicidad, un matriarcado en el que no existen los problemas, todos los días son “el mejor día del mundo”, las Barbies gastan las horas del día en fiestas, paseos, vóley playa… presiden el país y reciben todos los premios Nobel, ante la atenta mirada de los Ken que son poco más que un elemento del paisaje ansiosos por captar un: “Hola Ken” de las Barbies.

Sin ánimo de descubrir la trama, Barbie y Ken hacen un viaje de ida y vuelta al mundo real que les trastoca por completo sus roles en Barbie World. Los Ken se empoderan y las Barbies que eran médicas o escritoras acaban llevándoles cervezas a unos Ken a los que ahora les chiflan los caballos y los coches grandes. Esas extensiones de los atributos masculinos fabricadas en tamaños extravagantemente grandes e insoportablemente ruidosos que han seducido y seducen a millones de hombres.

Barbie cuestiona que los hombres ocupen la inmensa mayoría de los altos cargos en las empresas, incluida la propia Mattel, que aparece con una junta directiva totalmente masculina. Arremete contra la cosificación y sexualización de las mujeres, también de nuevo atizando a la casa madre, que ha fomentado durante años la empresa juguetera con su producto estrella o con otros delirantes como la muñeca a la que se le hinchaban los pechos. Critica los cuerpos y estéticas normativas, la competitividad entre mujeres, la violencia presente en las masculinidades tradicionales… 

Esta enmienda al sistema maneja todos los recursos narrativos posibles incluido una mordaz narradora que va soltando zascas y que en una de sus acotaciones llega a criticar la elección de Margot Robbie como rubia perfecta prototípica. A veces con sutilezas, otras muchas con brocha gorda, y alguna que otra con un discurso que mira al espectador directamente a los ojos, logra lo más importante: dos horas de diversión. Los más pequeños se divertirán, los mayores reirán, emocionarán y reflexionarán, y alguno que otro verá atacada su frágil masculinidad por una película de muñecos.

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