La ciudad condal da su último adiós a la fotógrafa que la retrató con un ojo distinto, pionero y marcado por el sentido del humor: Colita. Amigos, familiares y personalidades políticas han acudido al tanatorio de Les Corts de Barcelona, que ha acogido su velatorio por la mañana y su funeral por la tarde. La retratista falleció el 31 de diciembre a los 83 años.
La consellera de Cultura de la capital catalana, Natàlia Garriga, se encontraba entre los asistentes y se ha referido a Isabel Steva Hernández, más conocida como Colita, como "una de las grandes fotógrafas de nuestro país, que nos deja un legado inmenso, con una mirada muy especial durante cuarenta años, que nadie ha descrito como ella". La política ha recordado a la fotógrafa también como una "gran persona, feminista" y, "sobre todo muy libre".
Para el pintor, artista visual y escenógrafo Frederic Amat, su amiga Colita era "un encanto y todo encanto es una seducción y un magnetismo y, este magnetismo no era solo a través de su cámara, sino a través de su persona".
A su juicio, resaltaba por su "bonhomía y su vida bohemia, porque era muy gamberra y en esto nos encontramos, con una actitud de subvertir la vida, de ver el otro lado de las cosas".
Las fotos de Colita, el testimonio de una época
Sin querer ser apocalíptico, ha pronosticado que "si llega algún día en el que muchas cosas desaparecieran y alguien encontrara un sobre con unas fotos analógicas suyas como testimonio de unos años, de unas décadas, verá un testimonio maravilloso de lo que fue el flamenco, Carmen Amaya, Joan Manuel Serrat o el cine de este país".
Con ella, ha agregado, España ha contado con "una cronista excepcional, que a través de su mirada, nos ha dejado un testimonio único y excepcional".
El cineasta Ventura Pons, autor del documental "Cola, Colita, Colassa", ha afirmado que fue "una gran amiga, una gran mujer, una gran artista, con quien nos reímos muchos, con una gran humanidad".
Premio Nacional de Fotografía en 2014
Cuando en 2014 fue galardonada con el Premio Nacional de Fotografía, el jurado reconoció una destacada trayectoria de más de cinco décadas dedicada al fotoperiodismo, el retrato y el ensayo fotográfico.
Un jurado que valoró haber sido "una fotógrafa comprometida con su época, en particular en la defensa de los derechos de la mujer", con unas fotografías en las que "siempre se encuentra humor, inteligencia e ironía".
Un premio que Colita agradeció al jurado, pero al que renunció en protesta por lo que consideró "la tóxica política cultural y de educación del Gobierno" y para no tener que hacerse una foto con el ministro de Cultura de entonces, José Ignacio Wert (PP).
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