Cultura

Cuando los Beatles jugaron a ser de Vox

En enero de 1970 los Beatles tuvieron la desgracia de ser pioneros en la piratería musical: el elepé de nombre Kum Back fue lanzado por cauces “oficiosos” y tenía como

En enero de 1970 los Beatles tuvieron la desgracia de ser pioneros en la piratería musical: el elepé de nombre Kum Back fue lanzado por cauces “oficiosos” y tenía como origen un acetato que John Lennon, había regalado a un discjockey de radio. Este bootleg fue el inicio de la piratería masiva de las sesiones de enero de 1969, las que darían origen tanto al álbum Let it be como a la reciente película Get back de Peter Jackson, ya que poco después se sustrajeron las cintas que recogían horas y horas de música Beatle.

En las pistas robadas los de Liverpool tocaban miles de canciones, preparando así las tomas definitivas que luego terminaría “sobreproduciendo” Phil Spector. Una de las canciones más curiosas de esas sesiones, extraña en un grupo que fue casi siempre apolítico, era una sátira sobre el problema migratorio en el Reino Unido y Estados Unidos:

Un hombre venía de Puerto Rico para unirse a la clase media
De dónde vengo, no necesito puertorriquenses
Volved, volved, a donde pertenecéis

Cogen trabajos ingleses, solo pakistaníes conducen autobuses, tío
Toda la gente decía no necesitamos pakistaníes, mejor que os vayáis a casa
No nos molan los pakistaníes, así que mejor viajáis a vuestro hogar
No nos molan los pakistaníes pillando todos los trabajos
Volved, volved, a donde pertenecéis

No necesitamos puertorriquenses viviendo en los Estados Unidos
Volved, volved, a donde pertenecéis
No necesitamos hombres negros
Volved, volved, a donde pertenecéis
”.

La letra, improvisada con los acordes del que sería Get Back, era una humorada de McCartney que resumía el clima social del Reino Unido a inicios de 1969. El viejo votante laborista, abandonado en este tema por su partido protector, veía en muchas localidades empobrecidas a los inmigrantes de la Commonwealth como una amenaza a su estatus quo en un país donde las clases sociales parece rígidas e inamovibles. Incluso, poco antes -en 1964- se llegó a acuñar por parte de elementos conservadores en la campaña electoral de Birmingham este lema:

If you want a nigger for a neighbour, vote Liberal or Labour” (Si quieres un negrata como vecino, vota Liberal o Laborista).

Pero todavía la sangre no había llegado al río: eso ocurriría casi cuatro años después…

Beatles y los ríos de sangre

El nueve de enero fue la fecha en la que los Beatles, dentro de estas sesiones de los estudios Twickenham, improvisaron esta letra. El mes y el día no son casuales: los tabloides Daily Express y Daily Mirror habían iniciado una campaña contra la inmigración.

El Reino Unido vivía bajo la resaca del discurso “ríos de sangre” del ultraconservador Enoch Powell, el cual había advertido de las consecuencias sociales de la migración masiva a los distritos más pobres:
…las comunidades de inmigrantes pueden organizarse para consolidar sus miembros, agitar y organizar campañas contra los ciudadanos británicos más cercanos y también con el objeto de intimidar y dominar al resto con las armas legales que los ignorantes y analfabetos les han proporcionado. Al mirar al futuro me embarga la profecía de los romanos y me parece ver 'el río Tíber rezumando sangre'…

El discurso había sido realizado en abril de 1968, en una reunión de Powell con el centro tory de Wolverhampton, y radiografiaba las tensiones de un porcentaje importante de votantes autóctonos con las sucesivas migraciones a Inglaterra.

El historiador Roger Hewitt hace un análisis preciso del texto, el cual se filtró a los medios poco después. Era así un repaso minucioso de las tensiones sociales de los obreros en el Reino Unido, coronado por un epílogo inspirado en los textos clásicos de tintes apocalípticos.

El historiador Dominic Sandbrook da el número de 650.000 inmigrantes en el Reino Unido de 1971, de acuerdo a los datos del censo. Los números se dividían entre 300.000 y 100.000 dependiendo del origen (el Caribe, la India, Pakistán o Bangladesh). La pieza de Powell tenía como objeto de disputa no solo estos números, sino también del acta de relaciones raciales de 1968 que prohibía discriminar en alojamiento, empleo o servicios públicos a estos recién llegados al Reino Unido.

Eric Clapton apoyó el discurso de Powell contra los migrantes, poniéndose en contra a los punks y a la izquierda

Poco después The Times juzgó esta perorata como “maligna”, provocando unas tensiones políticas formidables entre los tories. El líder de la oposición conservadora, Edward Heath, resolvió la polémica forzando la dimisión de Powell, lo que provocó el martirio de uno de los mayores intelectuales del partido conservador. El carácter narcisista del diputado tory, sus continuas apariciones en los medios, le granjearon el apoyo en los 60 y 70 de parte de los votantes laboristas desencantados. Uno de sus mayores logros fue obtener unas declaraciones a favor del músico Eric Clapton, las cuales provocarían polémica en el movimiento punk más a la izquierda y decenas de portadas de la prensa más amarilla.

Los Beatles eran críticos con estos tabloides, los cuales hicieron un ídolo a Powell en su renuncia, y George Harrison llegó a juzgar a uno de los principales columnistas del Daily Mirror, George Gale, como un “hijo de puta ignorante” por sus declaraciones contra la marihuana. El propio Gale había llegado a pergeñar este titular en el Mirror… en los años 50:

¿Dejarías a tu hija casarse con un hombre negro?

Tabloides en pie de guerra

Precisamente, las negritas de un número del nueve de enero fueron clave al inspirar a McCartney una letra que hoy le habría supuesto “cancelación” definitiva sin citar su contexto:

“AVISO A LOS DIRIGENTES: NO MÁS INMIGRANTES. El Reino Unido no tiene intención de facilitar las restricciones a inmigrantes para acoger asiáticos fuera de su lugar en África oriental (…) Mr. Callaghan insiste que si al Reino Unido se le fuerza a acoger más asiáticos de Kenia y Uganda habrá que tener poner cupo a los inmigrantes del resto de la Commonwealth. La secretaría de estado está avisando seriamente a los dirigentes que habría problemas serios si hay inmigrantes extra…”


Para fortuna del bajista, esa letra mordaz no habría de conocerse hasta entrados los 70: los citados discos piratas verían la luz unos cuantos años después. La primera aparición de la maldita No Pakistanis fue en 1974 en un bootleg de nombre Sweet Apple Trax. Un poco más tarde otra compañía pirata, Kornyphone, sacaría un doble elepé de nombre Hot As Sun con las mismas pistas: los Beatles jugando a ser “votantes blancos cabreados” alcanzaban al fin una audiencia.

Polémica tardía

Ahora, sería en los años 80 debido a una insidiosa portada de The Sun cuando se llevaría mucho más allá la polémica. McCartney respondió esta discusión con cierta tibieza al periodista Kurt Loder en Rolling Stone:

“…The Sun no es un periódico de mucha reputación. Lo que pasó es, creo, mientras hacíamos el disco Let it be había varios versos de Get back que no eran racistas de veras, eran más bien antirracistas. Había muchas historias en los periódicos de pakistaníes desbordando pisos (viviendo 16 en una habitación o algo así). Uno de los versos de Get back que improvisamos en el set decía algo así como `Hay muchos pakistaníes viviendo en un piso de protección oficial…”

McCartney, ya en su vejez, reconoció al 'Daily Mail' que era difñicil no ser racista en la Inglaterra de los años cincuenta

Se cubrió, incluso, en el mismo encuentro al afirmar que si hubo un grupo que no fue “racista” eran los Beatles, ya que la mayoría de sus ídolos musicales eran afroamericanos (casi todas las estrellas de Motown).  Más aún, los Fab Four se negaron a actuar en Sudáfrica mientras continuara el apartheid. Con todo, un McCartney ya en su vejez reconoció al Daily Mail que “era muy difícil” no ser racista en el Reino Unido de los 50:

“Cuando era chaval eras racista sin saberlo: lo normal resultaba utilizar ciertas palabras como negrata que ahora no usarías. A medida que crecimos nos dimos cuenta cómo afectaban a las personas que estaban a nuestro alrededor. No creo que hasta entonces pensáramos en otros, era más bien un chiste de nuestra pandilla”.

Esta letra cómica e improvisada del bajista resuena todavía en la España actual: parte del electorado de Vox es esa misma clase blanca empobrecida a la que apelaban los de Liverpool.

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