Cultura

Ben Harper y Charlie Musselwhite, el mano a mano del blues

El hijo siempre mira al padre con ese aire de sentida emoción. Lo que hace, lo que dice, lo que cuenta no dejan de ser modelos de los que poder entresacar líneas para nuestra propia actuación. Y la música, ese inmenso campo de emociones, no es ajena a estos sentimientos.

Valores actuales como Jeff Tweedy, Jack White, Dan Auerbach y muchos otros aprovechan cuanta ocasión tienen para producir, alentar, relanzar carreras clásicas como las de Mavis Staples, Wanda Jackson o Dr. John. Y así debe intrepretarse, como reconocimiento a la labor de sus padres musicales y pago por la influyente deuda contraída.

Ben Harper lleva ya casi 20 años en los caminos que marcan el soul, el funk, el blues y el folk, habiendo alcanzado además cotas de popularidad envidiables y llegando a convertirse en varios momentos de su carrera en una especie de icono de la modernidad con clase. Y al igual que el bien agradecido, ha colaborado en numerosas ocasiones con viejas glorias muy actuales. En su último disco, Get up!, lo hace con uno de los armonicistas de blues más importantes de los (muchos) últimos años, Charlie Musselwhite. Y lo que en un principio pudiera parecer un simple rescate se ha convertido en uno de los discos sorpresa de lo que llevamos de año, un mano a mano en toda regla, una colaboración entre dos músicos que aman lo que hacen y dominan lo que tienen entre manos.

Que no es otra cosa que una colección de blues, soul y gospel hecha desde el cariño y que funciona a la perfección. La armónica de Musselwhite embellece las canciones y acompaña la voz de Harper, entre blues áridos como I’m in, I’m out and I’m gone, gospel como We can´t end this way o las clásicas baladas de Harper, You find another love (I lost another friend).

Una delicia que no deberías dejar escapar.

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