Desde hace varios días, circula por las redes sociales un "meme" en el que se lee: "Bueno, pues ya se han vacunado el alcalde, el coronel y el obispo. Solo nos falta el marqués y ya tenemos lo que siempre ha sido España, una película de Berlanga". En el año en el que se celebra el centenario de su nacimiento, el cineasta valenciano Luis García Berlanga sigue siendo un referente en el que buscar la caricatura o el símbolo de la esencia de España, donde ni siquiera la pandemia por coronavirus escapa a la picaresca, a las corruptelas o a esa mala costumbre de esperar que un forastero rescate al país de la caída. El cineasta lo sabía muy bien y hoy, en 2021, sigue demostrando que su mirada no falla.
'Bienvenido, Mister Marshall' (1952), 'La escopeta nacional' (1978) o 'Todos a la cárcel' (1993) son algunos de los ejemplos de la visión tan clara que Berlanga (Valencia, 1921- Pozuelo de Alarcón, Madrid, 2010) tenía de la sociedad española, a la que retrató con "mucha sátira y mucha risa", al tiempo que mostraba el "patetismo" y la "miseria" de la sociedad y del individuo, tal y como señala a Vozpópuli el periodista y crítico cinematográfico Manuel Hidalgo, autor junto al fallecido Juan Hernández Les de 'El último astrohúngaro' (Alianza Editorial), las conversaciones con el cineasta que publicaron en 1981 y que fueron reeditadas en 2020 con motivo del décimo aniversario de su muerte.
Todo el mundo reconoce España cuando ve una película de Berlanga, y no solo la España de los años 50, 60 o 70, sino la España de ahora mismo. Este país ha cambiado muchísimo, pero por debajo hay algo que permanece y eso se ve en sus películas"
"Hay algo que te congela la risa al final", apunta Hidalgo, quien imagina que hoy en día Berlanga seguiría aportando su "versión tragicómica" con acierto, puesto que sus películas se han convertido en "una manera de entender e interpretar España", e incluso la Real Academia Española (RAE) incorporó recientemente a su diccionario el término "berlanguiano" para referirse a los rasgos característicos del cineasta valenciano. "Todo el mundo reconoce España cuando ve una película de Berlanga, y no solo la España de los años 50, 60 o 70, sino la España de ahora mismo. Este país ha cambiado muchísimo, pero por debajo hay algo que permanece y eso se ve en sus películas: comedias divertidas, aunque también muy patéticas y muy tristes, en las que se nos seguimos reconociendo", destaca.
Uno de los capítulos destacados de estas conversaciones con Berlanga, de las que este 2021 se cumplirán 40 años desde su publicación, es el apartado dedicado a 'Bienvenido, Mister Marshall' (1952), su segunda película, en la que un pueblo castellano, Villar del Río, se engalana para recibir la visita de una delegación estadounidense, en quienes confían la satisfacción de sus deseos. Esta producción rodada en la sierra de Madrid y protagonizada por José Isbert, es la cinta elegida por el portal FlixOlé para arrancar el homenaje que dedica este año a Berlanga. En las páginas de las conversaciones que reedita Alianza Editorial, Berlanga reconoce su temor a caer en el "arquetipo tópico" de los pueblos y su sorpresa ante la buena acogida que tuvo en la crítica su visión.
Su intención, tal y como confiesa, era convertir este pueblo en símbolo del país. "Villar del Río es una metáfora de España, de aquel momento de pobreza de la posguerra avanzada, cuando existía la idea de que iban a llegar los americanos con el Plan Marshall, del que España quedó excluida en un primer momento", cuenta Hidalgo. Ya en aquella cinta, se produce lo que se mantiene como constante en todas sus películas: "la desilusión final", propia de un "pesimista" como era Berlanga, quien siempre mantuvo una visión agridulce del país.
Parábolas universales
'Bienvenido, Mister Marshall' cuenta con otra parábola que ahonda en el funcionamiento de la sociedad española, según explica el periodista Miguel Ángel Villena, galardonado recientemente con el Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias por su obra 'Berlanga. Vida y cine de un creador irreverente', que la editorial Tusquets publicará el próximo mes de marzo. En esta película, los ciudadanos esperaban el Plan Marshall como un "maná" que iba a caer del cielo, algo que para Villena es "muy español". "Los españoles tenemos cierta tendencia a esperar que nos resuelvan los problemas desde fuera en lugar de coger el toro por los cuernos y resolverlo con nuestras propias fuerzas", afirma el periodista y escritor, quien cree que esta disposición se ha vuelto a repetir con el asunto de las vacunas.
Berlanga "sacaría punta" de las historias de quienes se han colado en la vacunación, tanto obispos, alcaldes o consejeros como el propio Jemad, una "galería de gente poderosa" con la que hoy "se frotaría las manos si viviera"
Sin embargo, está convencido de que Berlanga "sacaría punta" de las historias de quienes se han colado en la vacunación, tanto obispos, alcaldes o consejeros como el propio Jemad. "Es una galería de gente poderosa que tanto criticaba Berlanga, se frotaría las manos si viviera hoy y pudiera rodar sobre las vacunas", ha señalado. Si se salvan las distancias políticas, el periodista y escritor cree que 'La escopeta nacional' -que desde esta semana puede verse en el portal Filmin- fue no solo un "retrato magnífico sobre los últimos años del franquismo", sino una "radiografía perfecta" de la sociedad y el ambiente en el que los personajes con poder -industriales, ministros o aristócratas- hacían los "grandes negocios".
Para Villena, lo que convirtió a Berlanga en un maestro es que rodó un cine "muy local y al mismo tiempo muy universal" que puede entenderse "en cualquier sitio y época". Tal y como recoge en su biografía, el propio Pedro Almodóvar señaló en una ocasión que 'El verdugo' es "la mejor película del mundo sobre la pena de muerte". Más allá de su imaginación, que era "portentosa", ha destacado que "la mayoría de sus historias beben de la realidad" que el propio director encontraba en la prensa. "Era un forofo de la lectura de periódicos, leía cuatro o cinco todos los días", agrega.
Además de 'Bienvenido, Míster Marshall' y 'La escopeta nacional', Villena hace referencia a otras dos obras que a su juicio representan con acierto la sociedad española: 'Plácido' (1961), una "crítica de la caridad y la doble moral", o 'Todos a la cárcel', (1993), que refleja un fenómeno, el de la corrupción económica en los años del "pelotazo" en España, que, "lejos de disminuir, ha ido aumentando". Su fiel visión de lo que es España se completa con algo "tan español" como es la "incomunicación", que obsesionaba a Berlanga. "Él, gran conversador, reconocía que en España no nos escuchamos los unos a los otros o nos escuchamos poco", concluye Villena.
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