Según la cronología de las apariciones mediáticas más relevantes de Miguel Bosé en los últimos años, el pico informativo se produjo en 2021, cuando el cantante difundió un vídeo en el que se posicionaba en contra de las vacunas para combatir la covid. Poco después, en el mes de abril, Jordi Évole le entrevistó en México, donde vivía entonces.
Aquel encuentro, dividido en dos episodios que dieron varios titulares sobre sus problemas con las drogas, su familia y, cómo no, la pandemia, terminó con el enfado del artista, tal y como ha reconocido el comunicador recientemente. En noviembre de ese mismo año, publicó su autobiografía, El hijo del capitán trueno (Planeta), y ahora, centenares de artículos de prensa rosa después, abre su pasado en la serie Bosé.
Si uno busca en la hemeroteca, comprobará que a principios de 2020 ya se hizo público que Ángeles González-Sinde, ex ministra de Cultura durante el gobierno de Zapatero, y Boris Yzaguirre estaban trabajando en el guion de una serie sobre el pasado del cantante, su relación sentimental con hombres y con mujeres a lo largo de su vida o la relación con sus padres. Sin embargo, tres años después y tras varias polémicas -y para la mayoría también disparates- la plataforma recién estrenada en España SkyShowtime lanza esta ficción, con la que su historia cobra una nueva dimensión y reivindica la relevancia del artista en la historia de la música española.
Miguel Bosé nació en Panamá en 1956. Es hijo de la actriz y modelo Lucía Bosé, de quien tomó su apellido artístico, y el torero Luis Miguel Dominguín, dos personalidades dominantes y fuertes, especialmente el progenitor, que, no obstante, nunca llegaron a eclipsar el talento y la fuerza artística del cantante, uno de los nombres españoles, junto al de otros intérpretes como Julio Iglesias o los integrantes de Mecano, más populares al otro lado del Atlántico, según se ve en la serie que se estrena este viernes 3 de marzo.
Bosé, entre el culebrón y la historia
La serie consta de seis capítulos que toman como título una canción del artista y arranca durante la promoción de su exitoso disco Papito, momento en el que tomó la decisión de ser padre. Así, a través de flashbacks, el espectador tiene la oportunidad de descubrir episodios desconocidos para algunos con los que invita a conocer capítulos de su intimidad, al tiempo que refleja algunas de las decisiones artísticas más trascendentales de su carrera.
Lo cierto es que esta serie toma cierto aroma de culebrón por momentos, con situaciones y conversaciones que poco importan a quienes tienen cierta alergia a la prensa del corazón, pero es inevitable mantener la atención porque, sin ánimo de exagerar, por su vida pasaron algunas personalidades imprescindibles tanto para la cultura española como la televisión. Solo en los dos primeros capítulos, tal y como ha comprobado Vozpópuli, el espectador se asomará a su relación sentimental con la popular Ana Obregón -entonces una estudiante a punto de terminar Biología-, que simultaneó con su idilio junto a un joven bailarín y coreógrafo Nacho Duato, quien más tarde se convirtió en director de la Compañía Nacional de Danza.
Lo más interesante de esta serie es el contrapeso que ejercieron sus padres en su vida y la capacidad de Bosé para superar los obstáculos que le presentaron
A nivel dramático, no obstante, lo más interesante de esta serie es el contrapeso que ejercieron sus padres en su vida y la capacidad de Bosé para superar los obstáculos que le presentaron, hasta conseguir su aceptación y su apoyo, como se refleja en su debut en la madrileña sala Florida Park, ante la atenta mirada de Lucía Bosé y el severo Luis Miguel Dominguín, en 1977. "Los entendidos en el mundo del espectáculo dicen que aquí hay una gran figura", señaló José María Íñigo en la retransmisión de aquella actuación, pistoletazo de salida para una carrera de éxitos, que también recoge esta serie.
El parecido físico de los actores -José Pastor en su juventud e Iván Sánchez en su edad más madura- con Miguel Bosé es obvio y ayuda a reconstruir el viaje del artista desde la inocencia hasta los episodios más agridulces de su vida, pero también a evocar en el escenario la fuerza del artista que, según reconoció hace no tanto, había perdido la voz. Si el resto de los episodios de esta primera temporada mejoran y ofrecen algo más que mero morbo sobre la biografía del artista, es posible que incluso el espectador se olvide del espectáculo tan alejado de lo musical, tan poco afortunado y tan bochornoso que ofreció al mundo hace no tanto.
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