Cultura

La esclusa, propiedad de Carmen Thyssen, listo para subasta en Londres

Ya se encuentra, en la sede londinense de Christie´s, la obra de John Constable —una de las joyas de la colección privada de la baronesa Carmen Thyssen—, que saldrá a la venta el próximo 3 de julio, a partir de 26 millones de euros.

Ya se encuentra en Londres, en la sede de la casa de subastas Christie's, el lienzo La esclusa (The lock) de John Constable (1776-1837). La obra del pintor inglés es una de las piezas más apreciadas de la colección privada de Carmen Thyssen y se subastará el 3 de julio próximo en esta sala con un precio de salida estimado entre 20 y 25 millones de libras esterlinas, es decir, entre 25 y 32 millones de euros.

La obra, que luego de ser retirada de la colección del barón en el Museo Thyssen viajó a Nueva York, es una de las seis pinturas que forman parte de la serie más famosa de Constable, y la única que permanece en manos privadas.

Aunque se trata de una pintura de su propiedad, la baronesa informó  al patronato del Thyssen de su próxima venta, a la que con anterioridad se habían opuesto los patronos Francesca de Habsburgo, hija del barón Thyssen, y Norman Rosenthal. Sin embargo, ninguno de los dos asistió a la pasada reunión del patronato del martes 30 de mayo en la cual Carmen Thyssen comunicó su decisión.

Tras ser pintada por el maestro británico, La esclusa pasó a manos de su primer propietario y posteriormente fue adquirida por 10,8 millones de libras esterlinas por los barones Thyssen en una subasta de Sotheby's celebrada en 1990. Esta compra hizo que fuera durante dieciséis años la pintura británica más cara.

Según la información que sobre La esclusa facilita Christie's, se trata de una de las más grandes pinturas de Constable y una destacada obra del arte europeo que representa a la pintura británica en su momento culminante. "Esta venta asegura el futuro de la colección privada de la baronesa Thyssen", señala la nota de la sala.

Los motivos por los cuales Carmen Thyssen ha sacado a la venta esta pieza son de naturaleza económica: "Necesito el dinero, me hace falta. No tengo liquidez. La crisis también afecta a los coleccionistas. Soy muy austera con mi vida, pero mantener la colección necesita muchos gastos. Yo he pagado todos los estudios de las obras, catálogos de las exposiciones, viajes de trabajo... Tengo 800 millones de euros cedidos gratuitamente al Estado español durante 13 años. También cuesta mucho el mantenimiento de las casas. No he querido malvenderlas. Me ha dado mucha pena desprenderme de este cuadro, que mi marido y yo compramos en una subasta en 1990, pero si Dios quiere no venderé más".

Para algunos, éste ha sido un mecanismo puesto en marcha por Carmen Thyssen para ejercer presión y conseguir un cambio en el régimen de cesión que actualmente mantiene su colección, y así conseguir que éste pase al de alquiler, tal y como ocurrió en la década de los 90 con la colección del barón. Sin embargo, a lo largo de las semanas que han pasado del anuncio de la subasta hasta la llegada del cuadro a Londres, el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes no se ha pronunciado al respecto. La situación sigue siendo la misma. De momento, el cuadro continuará expuesto hasta su próxima subasta, el día 3 de julio.

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