Cultura

Las ‘artes vivas’ de Carmena: el teatro en Madrid va directo al Matadero

Duplicación de funciones, desmembramiento de espacios de gestión pública y enfrentamientos con el sector. La polémica por el modelo de programación de las Naves del Español retrata una gestión que dialoga poco e improvisa demasiado.

Todo comenzó en 2016, cuando el Ayuntamiento de Madrid apartó a Juan Carlos Pérez De la Fuente de su cargo como director del Teatro Español, puesto para el que había sido elegido por concurso público y del que fue removido, aun y a pesar de la oposición del resto de las fuerzas políticas. Lo que siguió a la destitución fue la separación de funciones que antes se reunían en un mismo cargo. El Ayuntamiento de Madrid, a través de dos comisiones de valoración, eligió a Carme Portaceli para la dirección del Teatro Español, y a Mateo Feijóo para la dirección de las Naves del Matadero. Doble programación, doble gestor, doble proyecto. De aquellos polvos vienen estos lodos.

Lo que siguió a la destitución de Pérez de la Fuente fue la separación de funciones que antes se reunían en un mismo cargo

Esta semana, Mateo Feijóo presentó una programación que fue recibida con inquietud y generó polémica en el sector teatral.  El director artístico de Naves Matadero-Centro Internacional de Artes Vivas (como se llama ahora a la institución) hizo una selección “alternativa” con  “creadores inconformistas, radicales y transgresores”. Una alta dosis de performance, break dance, intervenciones y poco teatro, lo cual despertó las protestas que actores y directores, todavía más cuando se dio a conocer que Madrid no acogerá este año el festival Frinje (dedicado a la creación contemporánea), ya que ni Carme Portacelli ni Mateo Feijóo lo han incluido en la programación del Español y de las Naves del Matadero. El proyecto, creado en 2011 cuando Natalio Grueso llevaba el proyecto de Artes Escénicas,  recibe carpetazo.

"La falta de programas se ve también en los museos, como es el caso del Museo de Arte contemporáneo de Madrid, que no tiene proyecto; o las bibliotecas municipales, la banda sinfónica municipal, completamente abandonada”, dice la concejal del PSOE

"Todas estas decisiones demuestran que este equipo de gobierno improvisa sin dialogar. No dialoga con el sector del teatro, pero tampoco con otros. La falta de programas se ve también en los museos, como es el caso del Museo de Arte contemporáneo de Madrid, que no tiene proyecto; o las bibliotecas municipales, la banda sinfónica municipal, completamente abandonada”, dice María del Mar Espinosa, Concejal del PSOE y Portavoz en la Comisión de Cultura y Deportes.

Estas medidas que se aplican ahora sobre las Naves del Español, reducen la oferta teatral que hasta ahora aglutinaban las salas del Matadero Madrid y confina al complejo cultural al peligro de recibir menos visitantes.  No hay que olvidar que, cuando se emprendió la rehabilitación y adecuación de la Nave 10, dotando al complejo escénico de salas de ensayo, aulas de formación, almacenes y espacios auxiliares, el Ayuntamiento invirtió 10 millones de euros justamente con el fin de adecuar las instalaciones la puesta en marcha de un proyecto escénico que hoy palidece.

Price  y Fernán Gómez

A día de hoy, el futuro del Teatro Fernán Gómez es incierto: no hay programación de teatro a la vista. La salida de Pérez de la Fuente de su puesto –sobre quien recaía la responsabilidad de gestión del  Español, Matadero y del Fernán Gómez–, han sometido al Centro Cultural de la Villa a un nuevo proceso de  concurso para un programador artístico. Sin embargo, fuentes del sector apuntan que el enlentecimiento de la medida forma parte de un plan para convertirlo en auditorio. "A mí de momento, no me consta. Esa propuesta no ha salido en las comisiones. Lo que sí está claro es que  uno de los puntos más importantes que tiene que empezar a tener el área es el diálogo con el sector, lo que pasó en la presentación de Matadero es la necesidad del sector de sentarse a dialogar, de generar un plan".

Otros casos han quedado como precedente en lo que parece ser una política cultural que se define a golpe improvisación

Otros casos han quedado como precedente en lo que parece ser una política cultural que se define a golpe improvisación. Resulta curiosa la disminución de la cartelera cultural de la ciudad justo cuando el presupuesto del área para 2017 es casi un 20% superior al de 2016. A pesar de eso, por ejemplo, continúan congeladas la subvenciones para determinadas compañías de teatro, aunque ha invertido en otras áreas como el cine (la dotación pasó de 400.000 a 1.200.000) con la creación de una nueva Film Office, que recuperaría la labor de la fallida Film Comission, oficina disuelta hace dos años.

En otras áreas continúa la inquietud por determinadas decisiones de gestión. Apenas un año atrás, la delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, propuso la modificación de  la gestión del Circo Price. La intención era trocear la gestión del espacio y entregar parte a un conjunto de asociaciones. La medida fue bloqueada con los votos en contra del PP, el PSOE y Ciudadanos. ¿La razón? Era la entrada al desmembramiento de la gestión pública y el camino más complicado para una privatización o, lo que sería peor, la disolución y caos administrativo y, por ende, el desaprovechamiento de la inversión pública en cultura en Madrid.  

Inaugurado en 2007, y tras una inversión de 25 millones de euros, la medida propuesta por Mayer “podía abrir la puerta a la disección de un referente cultural”, aseguró la oposición, que vio con desconfianza que los grandes contendores culturales quedaran difuminados por decisiones políticas. Tanto Mar Espinar, del PSOE; como Isabel Rosell, del PP como Sofía Miranda, de Ciudadanos, coincidieron en al inconveniencia de la propuesta.  

 

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