Cultura

Las casas de escritores que se salvaron de acabar en Idealista

Muchas continúan prácticamente en ruinas, sin embargo la intervención de asociaciones e iniciativas ciudadanas las  salvaron de la demolición, el remate a la baja o el olvido.

En España hay 54 casas natales, museos o fundaciones de escritores con el nombre de algunos de los autores más importantes y relevantes de la literatura española. Cada año reciben tres millones de visitantes y acogen cerca de 10.000 investigadores. Sin embargo, otro grupo más vergonzante dibuja una realidad que dista del ensueño: se trata de aquéllas en estado de ruina y abandono total.

Muchas de ellas se han salvado de la demolición gracias a la intervención de asociaciones regionales, que han conseguido –prácticamente in extremis- que los gobiernos locales interviniesen para evitar lo peor. Ocurrió con la de Gustavo Adolfo Bécquer, en Soria; con la de Vicente Aleixandre, en Madrid o la de Luis Cernuda, en Sevilla.  La lista es bastante más larga. Por ejemplo, los edificios en los que vivieron Concha Espina y Josefina Rodríguez Aldecoa o, por ejemplo,  el molino de Villamartín de Don Sancho, propiedad de Concepción Arenal y que aparece en la Lista roja de Patrimonio.

Ocurrió con la de Gustavo Adolfo Bécquer, en Soria; con la de Vicente Aleixandre, en Madrid o la de Luis Cernuda, en Sevilla.

Cada universo habitado es, a su manera, una obra. Sus paredes y espacios son objeto de evocación e incluso testigos de la escritura que se gestó en ellas. El desprecio por la memoria del lugar de creación afea también la memoria de una historia literaria que necesita significarse en el lugar donde las páginas de una obra fueron concebidas. Demolerlas es una forma de desahucio a lectores y ciudadanos. Las convierte en casas habitadas únicamente por el olvido.

La fachada de la casa de Luis cernuda, en Sevilla.

Casos emblemáticos

El poeta de la Generación del 27, Luis Cernuda, nació en el número 6 de la calle Acetres, antigua Conde de Tójar, en Sevilla.  Sus balcones y paredes inspiraron Ocnos (1942), uno de los poemas icónicos de su universo literario, justamente por su poder de evocación literaria y porque es el escenario de una prosa en la que Cernuda elabora la pérdida de la infancia que aquella casa simbolizó para él. Aquel fue el lugar en el que Luis Cernuda vivió hasta los 15 años, antes de abandonar su ciudad natal primero rumbo a Toulouse, después a Madrid y, tras la Guerra Civil, al exilio que le llevó al Reino Unido, Estados Unidos y México.

La de Luis Cernuda incluso fue expuesta en un portal inmobiliario para su venta por un valor de 580.000 euros.

Emplazada en un barrio entonces acomodado de Sevilla, el inmueble fue sede durante años de la Cristalería Valeriano Silva. Aquel reino de la evocación sufrió sin embargo la peor de las suertes, así que una vez clausurada la tienda, el caserón acusó el abandono: sus balcones terminaron por caerse a trozos y la estructura  desvencijada delataba el peor de los olvidos históricos. Incluso hasta fue expuesta en un portal inmobiliario para su venta por un valor de 580.000 euros. Después de mucho batallar, la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) consiguió que la Junta de Andalucía la declarara como bien protegido, es decir: no puede demolerse ni venderse, aunque eso no quiere decir que no continúe en estado de semi-ruina, tal y como informaron a Vozpópuli los portavoces de la Adepa.

En efecto, en noviembre pasado, la Consejería de Cultura garantizó la protección al edificio al incoar un expediente administrativo para inscribirlo en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural (BIC). En enero de este año, el Grupo Socialista propuso la adquisición, con cargo al presupuesto municipal, de la vivienda. Sin embargo, la adquisición del inmueble para la creación de una fundación no se ha concretado.

Un detalle de la fachada de la casa de Bécquer en Soria.

8.000 euros por una joya histórica

También tras una larguísima batalla, los vecinos de Noviercas, en Soria, consiguieron que el ayuntamiento comprara y asumiera la tutela de la casa en la que el escritor romántico Gustavo Adolfo Bécquer y su esposa vivieron, a finales del siglo XIX. El inmueble, situado en el número 15 de la calle Moral, le costó al consistorio  8.000 euros, una cifra bastante menor al valor que tendría un turismo de baja gama. La casa, de dos plantas y 70 metros cuadrados, se puso en venta hace unos años por "72.000 euros negociables". Y vaya que lo eran.

La casa, de dos plantas y 70 metros cuadrados, se puso en venta hace unos años por "72.000 euros negociables". Y vaya que lo eran: el Ayuntamiento la compró en 8.000 euros

La compra ocurrió en 2014 y prácticamente en la línea roja, porque el ayuntamiento de Noviercas, en sesión extraordinaria, había aprobado demolición de este inmueble, que perteneció a la familia de Casta Esteban, esposa de Bécquer y madre de sus tres hijos. Considerando  que Soria es un enclave fundamental en la obra del andaluz - sus parajes inspiraron parte de sus Rimas y leyendas- vecinos, estudiosos y personas vinculadas a la ciudad recogieron 4.000 firmas para evitar la desaparición de aquel lugar.

Pero ese no es el único caso. La casa en la que autora  Concha Espina escribió algunas de sus obras durante sus temporadas en León, también atraviesa una situación similar a la de Bécquer. El edificio, de unos 230 metros cuadrados acosados por el deterioro, salió a la venta por 162.000 euros, según informó El diario de León en ocasión de su manifiesta ruina.  También el caserón donde nació en 1926 Josefina Rodríguez Aldecoa, en la localidad leonesa La Robla, se encuentra en un manifiesto estado de abandono. Muchos de estos casos han sido señalados  por la Asociación de Casas-Museo y Fundaciones de Escritores (ACAMFE), que pretende velar por el bienestar de los enclaves que inspiraron o en los que fueron escritas mayores obras de la literatura española: desde la casa de José Zorrilla, en Valladolid o la de Unamuno, en Salamanca, hasta  la vivienda de Valle-Inclán en Vilanova de Arousa (Pontevedra).

Una fotografía de la agencia EFE del estado actual de la casa de Vicente Alexaindre, en Madrid.

La casa de la poesía

Velintonia, la antigua casa del premio Nobel Vicente Aleixandre, también lucha contra su desaparición. Ubicada en el número 3 de la calle Velintonia –hoy calle Vicente Aleixandre-, en este edificio de dos plantas y un pequeño jardín, Aleixandre escribió casi toda su obra. Es, sin lugar a dudas, la casa de la poesía española: en sus columnas se sostiene desde los poetas del 27 hasta los Novísimos, al menos a juzgar por las personalidades literarias cercanas a Alexaindre que pasaron por ella. A pesar de eso, el inmueble permanece en total estado de abandono, hasta el punto de que sobre su fachada en ruinas llegó a colgar el letrero de venta que sus herederos colocaron para despachar una villa imposible de mantener y mucho menos de rehabilitar. Justamente por ese motivo, y por iniciativa de la concejal Mar Espinar (PSOE), en abril de este año su grupo propuso la rehabilitación del lugar, con miras a la constitución de una mesa de negociación entre los grupos políticos, los herederos del poeta y la Fundación de Amigos Vicente Aleixandre. Sin embargo, y como asegura Mar Espinar a Vozpópuli, después de tres meses de la propuesta socialista, aun no se concreta ninguna acción para su rehabilitación y transformación en lugar de encuentro literario.

Sin embargo, y como asegura Mar Espinar a Vozpópuli, después de tres meses de la propuesta socialista, aun no se concreta ninguna acción para su rehabilitación

La propuesta socialista en el pleno es muy clara. Pide al Ayuntamiento "solicite su ingreso en la mesa de trabajo conjunta de las diversas administraciones que impulsará la Comunidad de Madrid para estudiar la adquisición conjunta del inmueble de la antigua casa de Vicente Aleixandre, que realice todas las acciones necesarias para impulsar el proyecto "Casa de los Poetas" dentro de este inmueble, que impulse la Declaración de Bien de Interés Cultural para el mismo y su posterior inscripción en el Registro de Bienes de Interés Cultural y que renueve la señalética de la calle, incorporando mayor información sobre la figura de Vicente Aleixandre y sobre lo que representó Wellingtonia como lugar de encuentro de los poetas del siglo XX". La propuesta (que puede leer completa en este link) todavía espera alguna concreción. ¿La razón por la que no se han concretado ni siquiera las conversaciones para constituir una mesa? Su responsable Mar Espinar asegura que ninguna. A esos efectos, la situación es la misma: la casa sigue en peligro.

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