El 9 de octubre de 1999, la joven de 19 años Rocío Wanninkhof desapareció en su pueblo natal, Mijas (Málaga), y casi un mes después la policía encontró su cuerpo sin vida, desnudo y con signos de violencia a varios kilómetros de su casa. Los responsables de la investigación pronto sospecharon que el autor de aquel crimen formaba parte del círculo familiar de la víctima. Entre los interrogados se encontraba el novio de la joven, que pronto fue puesto en libertad sin cargos, y Dolores Vázquez, la que había sido pareja de la madre de Rocío, Alicia Hornos, unos años antes.
Sin pruebas definitivas, el pasado, la personalidad y el perfil psicológico de esta amiga de la familia se convirtieron en los únicos indicios a los que la policía se aferró para encerrar provisionalmente a Dolores Vázquez y situarla como la única sospechosa. Cuando la opinión pública ya la había convertido en la asesina de Rocío Wanninkhof, fue declarada culpable por un jurado popular y condenada a 15 años de prisión y pasó un total de 17 meses encarcelada.
Su pesadilla terminó cuando la policía descubrió que el ADN del asesino de otra joven, Sonia Carabantes, cuyo cuerpo fue hallado en la localidad de Coín (Málaga), coincidía con el de una colilla encontrada junto al cuerpo de Rocío Wanninkhof. Tony Alexander King fue declarado culpable y Dolores Vázquez salió de prisión, pero el daño era ya irreversible, tal y como muestra el documental 'Caso Wanninkhof-Carabantes', que se estrena este miércoles en Netflix. La directora de esta cinta, Tània Balló, ha señalado a Vozpópuli que esta cinta "es posible porque han pasado 20 años y la perspectiva histórica permite reflexionar un poco más" y distanciarse "de la tragedia".
Nunca existió ninguna prueba contra Dolores Vázquez y en el perfil psicológico que se elabora sobre la principal sospechosa se incluyó su homosexualidad como un dato concluyente, así como una ausencia de emotividad en los momentos más duros que para la opinión pública la convertían en una persona "fría y calculadora".
Se atribuyen a Dolores Vázquez los peores rasgos de la masculinidad, porque de alguna manera es necesario desfeminizarla para que la opinión pública asuma y vea posible la idea de que una mujer es la autora de un crimen pasional, un tipo de crímenes más relacionados a esa forma de masculinidad violenta, movida por posesión, ira o celos", afirma Balló
"Se la masculiniza, es decir, se le atribuyen los peores rasgos de la masculinidad, porque de alguna manera es necesario desfeminizarla para que la opinión pública asuma y vea posible la idea de que una mujer es la autora de un crimen pasional, un tipo de crímenes más relacionados a esa forma de masculinidad violenta, movida por posesión, ira o celos", afirma Balló.
La directora de 'Caso Wanninkhof-Carabantes' intentó hablar con Dolores Vázquez y no lo consiguió, algo que esperaba desde el primer momento y que, como documentalista, reafirmó su "tesis". "Esta mujer entró en la vida pública, se convirtió en la gran mala de España y esa imagen aún dura. El control de su silencio es lo único que le queda", ha afirmado Balló.
Con Alivia Hornos, en cambio, sí habló, pero finalmente no participó en el documental. No obstante, la directora justifica que "todo lo que tenía que decir ya está grabado", en referencia a la gran exposición mediática que tuvo la madre de Rocío Wanninkhof.
Ella piensa "lo mismo que pensaba antes", es decir, se reafirma en sus sospechas en torno a Dolores Vázquez. Sin embargo, Balló pide prudencia porque, tal y como destaca, "ella es otra de las grandes víctimas de este caso", y su dolor y su duelo deberían haber sido "respetados". Mientras que la madre de Sonia Carabantes conoció el relato de los hechos a los pocos días del crimen, Hornos pasó "un año y medio sin saber qué le había pasado a su hija".
Caso Wanninkhof: error sin compensación
Los llamados true crimes, es decir, las reconstrucciones de crímenes reales, tienen en común la gran exposición mediática y los juicios paralelos a los que da lugar la reflexión en el ámbito de la opinión pública, como también ocurre con el 'caso Alcàsser'. Para la directora de este documental, "no hay una prensa feroz sin una investigación laxa en la filtración de información" y, del mismo modo, "la prensa vive de cierta colaboración con una investigación y le interesa tener cierto control sobre el marco mental de la opinión pública". "La justicia permitió un juicio popular con un jurado que estaba absolutamente intoxicado", ha señalado.
"¿Te imaginas ser Dolores Vázquez en Sevilla, en aquella época, culpada de asesinato de una niña? Entra en la cárcel siendo la mala de España", reflexiona Balló sobre los 17 meses que pasó injustamente en la cárcel y de lo que ni siquiera habló en rueda de prensa cuando tuvo la oportunidad. Después de todo lo ocurrido, se fue a vivir a Reino Unido y no volvió hasta 2018.
Dolores Vázquez apeló al Tribunal Supremo para que le indemnizara con cuatro millones de euros por los daños y prejuicios tras haber permanecido encarcelada injustamente durante un total de 519 días. Sin embargo, el alto tribunal afirmó en 2013 que la vía por la que tenía que haber reclamado era la destinada al error judicial, que exige obtener previamente una declaración de que existió ese error, a pesar de que, según recoge la hemeroteca, cuando Vázquez realizó su petición lo hizo por la vía que el Supremo consideraba la adecuada.
La actual ministra de Defensa, Margarita Robles, fue la única magistrada que votó a favor de conceder la indemnización por el tiempo que estuvo en prisión provisional acusada de unos hechos que le eran "completamente ajenos".
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