Cultura

Cesc Gay reivindica la mentira en sus 'Historias para no contar': "Intento estar cerca del suelo y en la cotidianidad"

El cineasta estrena este viernes una comedia coral protagonizada por Anna Castillo, Antonio De la Torre, Jose Coronado, Maribel Verdú o Quim Gutiérrez

Cesc Gay es un cineasta experto en moverse en terrenos y situaciones que incomodan y en recrearse en las dudas existenciales protagonistas en las crisis de edad pero, al mismo tiempo, hacerlo con la suficiente naturalidad, honestidad y gracia para conseguir que el espectador entre en todas sus propuestas. Tras abordar el sexo, la rutina y los fracasos en pareja en su anterior película, Sentimental, ahora se abre a un asunto más amplio, la mentira, como eje de las cinco relatos en tono de humor que componen sus Historias para no contar, que llega este viernes a los cines.

Antonio De la Torre, Maribel Verdú, Jose Coronado, Quim Gutiérrez, Anna Castillo, Javier Rey, Verónica Echegui, Alex Brendemühl, María León, Chino Darín, Brays Efe, Alexandra Jiménez, Nora Navas, Alejandra Onieva y Eva Reyes componen el reparto coral de cinco historias que muestran momentos absurdos, embarazosos, ridículos y patéticos de la vida sentimental con ironía y mucho humor.

Tal y como ha señalado Cesc Gay en una entrevista a Vozpópuli con motivo de su estreno, la película refleja "todas aquellas cosas que uno prefiere no contar porque le da vergüenza o pudor". "Me encanta la mentira, que está muy desprestigiada. Es muy sano mentir y muy educado, no entiendo por qué está tan infravalorada. Imagínate que estuviéramos todo el día diciéndonos la verdad", enfatiza el director.

Me encanta la mentira, que está muy desprestigiada. Es muy sano mentir y muy educado", defiende Cesc Gay

El cine de Cesc Gay puede presumir de presentar siempre "personajes muy cercanos al espectador" en sus películas, con quienes el espectador siempre se puede "identificar", como ocurre en sus títulos En la ciudad (2003) o Truman (2015). "Intento estar cerca del suelo, desde la cotidianidad a diferencia de otro tipo de comedias que son más exageradas", ha señalado el director.

Al igual que hizo en Una pistola en cada mano (2012), el cineasta recurre de nuevo en Historias para no contar a varios relatos con los que reflexiona sobre el valor de la verdad y la utilidad de la mentira en las vidas sentimentales de varios personajes con vidas acomodadas. Si entonces abordó la vida amorosa de ocho hombres, en esta ocasión sigue los pasos de la mentira como estrategia para sobrevivir a la vergüenza y el pudor.

Fotograma de 'Historias para no contar' / Filmax

Desde aquel estreno han pasado ya 20 años y se han producido muchos cambios a nivel social que han llevado en ocasiones a revisar con nuevos ojos películas del pasado y a mirar con lupa los nuevos estrenos. Sin embargo, Cesc Gay afirma que no ha notado ninguna presión a la hora de crear porque vive "muy alejado del mundo de las redes sociales". "No tengo esa sensación, no soy una persona que siga las polémicas que se pueden generar en los medios o en la televisión. No las sigo, me aburren muchísimo. Igual ahora hay una piel distinta, pero tampoco hago un cine que se arriesgue, que sea muy polémico", destaca.

Cesc Gay se abre a las mujeres

Como novedad, Cesc Gay se abre a la perspectiva de la mujer en estas historias, algo que responde a los años en los que ha acumulado "personajes centrados en los hombres", como él mismo ha reconocido en esta entrevista. "Tenía ganas de centrarme en escribir pensando en personajes femeninos, que me cuestan más porque están más alejados de mí. Ahora estoy escribiendo un guion en el que la protagonista es una mujer y me cuesta", cuenta el director, que encuentra más riqueza de "matices" en los personajes femeninos que en los masculinos, "más sobrios y austeros".

"Con la mujer tienes más posibilidades porque orgánicamente está más cerca de lo emocional y eso conecta, es más interesante y explosivo, se abren nuevas maneras de conectar con los personajes", agrega.

Hay muchos estrenos, la gente va menos, las plataformas están quitando mucho público en las salas y tenemos que acomodarnos a eso", afirma Cesc Gay

Desde el estreno de su debut en el largometraje, la celebrada Krámpack (2000) han cambiado muchos aspectos en la industria cinematográfica para el director. "La gente iba más al cine, podías tener más recorrido y taquilla. Ahora todo está más apretado, hay muchos estrenos, la gente va menos, las plataformas están quitando mucho público en las salas y tenemos que acomodarnos a eso. Por otro lado, ahora es verdad que empiezas un proyecto y no sabes si vas a terminar haciendo una película o vas a dar forma a una serie, tienes más lugares desde los que dar forma a las ideas, y eso está bien", afirma.

No obstante, y a pesar del competidor en el que se han convertido las plataformas, reconoce que del mismo modo "están acercando películas de muchos países y en tantas lenguas", que el público se está "acostumbrando a los subtítulos, por un lado, que es muy bueno, y a ver muchas cosas distintas". "Puedes ir al cine por muchas más razones ya, las nuevas generaciones se están nutriendo del audiovisual", reconoce.

Sobre la cancelación y la manera en la que gestiona la contradicción entre amar las obras artísticas y detestar los comportamientos de los artistas, Cesc Gay afirma no tener interés en conocer la vida personal de los autores a los que admira. "Si me gusta un cineasta o un escritor, prefiero quedarme con lo que hace. Puede ser que me afecte si lo conozco", reconoce el cineasta, a quien le molesta la existencia de "demasiada información", y que ve en todo lo que se genera en las redes sociales una aportación a la mentira, precisamente, uno de los temas a los que dedica sus Historias para no contar.

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