Si algo le sobra la película 50 sombras de Grey, que se estrena este 11 de febrero en la Berlinale, es detractores; y de todos los frentes, desde activistas contra la violencia de género hasta los lobbies religiosos más conservadores. El filme de Sam Taylor-Wood está basado en la trilogía publicada por la autora británica E.L. James y que narra la relación entre Anastasia Steele, una joven estudiante de literatura, de 21 años, virgen, y Christian Grey, un apuesto y multimillonario empresario de 27 años, aficionado al sexo "poco convencional".
Desfallecida ante los atributos y destrezas de Grey, Anastasia firma un contrato de sumisión y él la inicia en los placeres del sadomaso, con ataduras y azotes incluidos. Para muchos, éste no es un argumento romántico, ni mucho menos erótico. Se trata de una historia donde prevalecen conductas de manipulación, acoso y maltrato. La semana pasada, el hashtag #50dollarsnot50shades fue utilizado por distintas asociaciones contra la violencia de género para que las personas, en lugar de gastar su dinero en el filme, aportaran esa cantidad para colaborar con centros y refugios de víctimas de violencia de género.
Ya en el año 2013, la profesora Ana Bonomi, de la Universidad estatal de Ohio, junto con un equipo de colaboradoras del departamento de Psicología impulsaron un estudio cuya conclusión principal plantea que la historia de E.L James se sostiene en el abuso emocional y sexual. Para su estudio -que lleva por título Double Crap! Abuse and Harmed Identity in Fifty Shades of Grey- usaron, como definición de violencia de pareja la de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, que incluye el abuso emocional mediante la intimidación y las amenazas, el aislamiento, la vigilancia y la humillación.
“Si bien la violencia de pareja afecta al 25 por ciento de las mujeres con perjuicio para su salud, las condiciones sociales actuales incluida la normalización del abuso en la cultura popular mediante novelas, películas y canciones crean el contexto que sustenta tal violencia”, indicaban Bonomi y sus colaboradoras Lauren E. Altenburger y Nicole L. Walton en el estudio.
Natalie Collins, representante de la asociación que planea boicotear el estreno en Londres, asegura que el problema no es el sexo, sino los comportamientos que lo acompañan, más cercanos al abuso y al acoso. "¿Es romántico cuando alguien sigue tu teléfono, cuando alguien sabe donde vives antes de tú lo digas o compra la empresa para la que trabajas?", declaró la activista. La que sostienen Anastasia Steele y Christian Grey es una relación basada en el abuso, plantea. La película, por tanto intenta hacer parecer como glamoroso algo que no deja de ser simple y llanamente maltrato.
Resulta curioso que sean justamente mujeres, desde quien escribió la historia, E.L. James, hasta la realizadora Sam Taylor Johnson, quienes se hayan prestado para una versión tan conservadora y machista de lo que las mujeres desean. La pregunta, en ese caso, es por qué hay tantas Greysesseds -como se autodenominan las fans de la saga Cincuenta sombras de Grey-, ¿tienen una visión tan sumisa del propio placer sexual?
Resulta curioso que estas críticas no se hayan producido de forma tan entusiasta con las novelas –conocidas en todo el mundo-, y sí con una película que ni siquiera han visto –el filme de estrenará en el festival de cine de Berlín este miércoles-. En respuesta a las críticas, la directora Sam Taylor- Johnson , ha asegurado que intentó ser fiel y mantener una postura imparcial con la problemática esencial de la historia . "Pensé en la posibilidad de modificar un cambio en la figura de víctima de Anastasia, conseguir empoderarla. Sin embargo, creo que lo he hecho lo mejor que podía. Estoy orgullosa del resultado ", dijo Taylor- Johnson al diario The Guardian.
Taylor Johnson ya anunció que adaptaría la segunda parte de la historia. La trilogía de E.L. James está formada, justamente, por Cincuenta sombras de Grey, que narra el inicio del encuentro entre Anastasia Steele y Christian Grey; a ése sigue Cincuenta sombras más oscuras, que se centra en el conflicto que atraviesa Steele sobre si continuar o no su relación con Christian Grey o no, y Cincuenta sombras liberadas, que supone la etapa más comprometida de una relación que comenzó siendo sólo sexo.
Publicada hace ya tres años, E.L. James consiguió con Cincuenta sombras de Grey desbancar la dictadura de los vampiros de Stephanie Meyer, y aumentar, por supuesto, la edad de su lector -mujeres mayores de 30 años, un público que sí compra ejemplares-. No necesariamente mejor escrito, el libro se convirtió en un fenómeno cuya adaptación al cine despierta altísimas expectativas entre los lectores -fundamentalmente lectoras- de la saga.
De momento, la adaptación de la popular novela erótica de E.L. James bate récord de venta anticipada de entradas en Estados Unidos. Está previsto que su estreno en las salas de cine sea el 13 de febrero, la víspera de San Valentín.
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