El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, acudió este fin de semana a los XI Premis Gaudí, la gala organizada por la Acadèmia del Cinema Català para reconocer las mejores producciones. En la ceremonia, a la que asistió el ministro de Cultura José Guirao, Torra afeó el carpetazo a la tasa del audiovisual catalán, un impuesto a los operadores de comunicaciones electrónicas para el fomento del audiovisual creada por la Generalitat en 2014 y que el Tribunal Supremo rechazó en 2015. “El cine catalán necesita dinero”, dijo Torra.
Resulta curioso que sea justo el presidente del Ejecutivo catalán quien se queje de las dotaciones económicas para el Cine, ya que sus presupuestos son, hasta ahora, de los más bajos en lo que a Cultura, y concretamente Cine, respecta. En la actualidad, la Generalitat funciona con la prórroga de los Presupuestos del 2017, en los que la asignación para Cultura es de 261 millones, es decir, 41 millones de euros menos que en 2011. Según el Ejecutivo catalán su intención es aprobar unas cuentas para 2019 y evitar otro ejercicio de parón de iniciativa e inversión pública. Sin embargo, eso depende de muchas cosas entre ellas, que el Gobierno de Pedro Sánchez logre pactar unos Presupuestos del Estado para el 2019.
“Cines, museos y orquestas son los más abandonados por la Cultura de la Generalitat”, explica Sonia Sierra, número dos de Ciudadanos en Cataluña
Algunos representantes del sector cultural ven con preocupación el proyecto presupuestario de Torra así como la situación cultural en Cataluña. En repetidas ocasiones Carles Duarte, el presidente del Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CONCA), ha señalado la situación menguante de la cultura en Cataluña. Según el estudio anual presentado por CONCA, el sector cultural catalán no consigue remontar la crisis como sí lo han hecho otros sectores. En esos informes es posible constatar algunos indicadores de lo que Duarte ha identificado en varias ocasiones como pobreza cultural: un 40 % de los catalanes no lee nunca un libro, un 60 % no va a conciertos , un 51% no va a exposiciones, un 55 % no pisa el cine y el 73% no acude a ningún espectáculo.
“Cines, museos y orquestas son los más abandonados por la Cultura de la Generalitat”, explica Sonia Sierra, número dos de Ciudadanos en Cataluña y diputada d esa formación naranja en el Parlament. “Estamos preocupados por el retroceso cutral, Barcelona ha perdido potencialidad tanto el gobierno anterior como el actual no tiene interés en la cultura y si lo tienen es para usarlo al servicio de sus ideas”, asegura Sierra. En lo que a cine respecta, los propios premios Gaudí sirven de escaparate para mostrar el descenso de la producción cinematográfica catalana. El número de producciones que se presentan a concurso para ser reconocidos por la Academia de Cine catalana han caído cerca de 25% desde el año 2017.
Torra ha tirado este sábado piedras con su propio tejado, porque la caída de inversión proviene de la Generalitat
Se producen menos películas, de menor presupuesto y con menor calidad. Según la Asociación de Productors Audiovisuals Federats (PROA) el gasto público de la producción audiovisual ha caído un 79% en ocho años. Dos fuentes resultan vitales para el sector: el Institut Catalán de Empresas Culturales (ICEC) y TV3. Este año lo que aportan juntas no llega a los 20 millones de euros. A menos recursos, menos producciones. Esa es la razón por la cual una parte del sector del cine, representado en la Academia, quiere insistir en la necesidad de retomar la ley de la tasa audiovisual para intentar sortear el veto del Constitucional. La recaudación de este impuesto, aseguran sobe todo los productores, que ayudaría a parar la sequía financiera, como ya ocurrió en 2010, cuando la Generalitat recortó la inversión.
El presidente de la Generalitat ha tirado este sábado piedras con su propio tejado, porque la caída de inversión proviene de la Generalitat, que ha ralentizado sus iniciativas en el aumento de la dotación para un fondo cinematográfico. Mientras tanto, el desplome de la taquilla en catalán ha sido progresivo y notorio. Las cifras más recientes las proporcionó la Acadèmia del Cinema Català: apenas en el primer semestre de 2018, el cine catalán no llegó a los 7 millones de euros. En 2017 recaudó 37 millones, casi la mitad menos de lo que consiguió en 2016, que ascendió a 63 millones de euros. Issona Passola, la directora de la Academia, ha insistido ya en varias ocasiones que la Generalitat debe atender a su promesa de reactivar el canon y que TV3 debe aumentar su aportación a la creación audiovisual.
Más allá del cine
La foto de conjunto de los presupuestos catalanes dedicados a Cultura no es muy esperanzadora: lo que el gobierno autonómico dedica a esta área no representa ni el 1% y eso que la actividad y el patrimonio cultural catalán es una parte fundamental de su identidad y su funcionamiento. Justo la mitad de lo que factura la industria editorial proviene de Cataluña, que tiene en Barcelona su capital editorial por excelencia y que se mantiene aún en pie, aunque con la sede social de una de sus compañías señeras fuera de Barcelona. Es el caso de Planeta, que tomó la decisión ante la declaración unilateral de independencia catalana durante 2017.
En el más reciente estudio del Observatorio de la Cultura,un estudio semestral del sector realizado por la Fundación Contemporánea, perteneciente a La Fábrica, Cataluña desciende al tercer puesto de las comunidades autónomas más importantes culturalmente. Las cifras de las comunidades más destacadas por la calidad e innovación de su programación cultural indican que Madrid sube del 84,3 % al 89,7 %; el País Vasco, del 60,6 % al 61,6 %, mientras que Cataluña baja del 71,1 % al 54,9 %.
No es la primera vez que Cataluña reprueba en el Observatorio. Ya en 2014 y 2015, en lo que a innovación se refiere, Cataluña retrocedió de forma significativa mientras Madrid se imponía en el primer lugar. El fuerte descenso en la puntuación de Cataluña contrasta con el aumento de la de Andalucía y la Comunidad Valenciana, en cuarto y quinto lugar, respectivamente: sube del 31,3 % al 37,6 % la primera, y del 17,9 % al 33,7 %, la segunda. En cuanto a las ciudades, también en el apartado de la calidad e innovación de su oferta cultural, Madrid sigue en el primer puesto, pero baja del 89,5 % al 85,6 %; le sigue Barcelona, que baja del 77,9 % al 56,9 %, y Bilbao, que sube del 48,6 % al 51,7 %. Valencia experimenta un importante progreso hasta el cuarto puesto (del 24,5 % al 40,6 %) y Málaga (del 34,7 % al 35,6 %) se consolida en quinto lugar.
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