Robert De Niro venía de ganar un Oscar por su actuación en El Padrino II cuando recibió la propuesta de Martin Scorsese de protagonizar a Travis Bickle, un excombatiente de la guerra de Vietnam que comienza a trabajar como taxista en la Nueva York de los años setenta. Se trataba de Taxi Driver. Escrita por Paul Scheader y dirigida por Scorsese, el film se convirtió en una exagerada joya donde soledad, enajenación y violencia se funden para dejar imágenes que hoy la editorial Taschen revisita al publicar una edición limitada de las fotografías que Steve Schapiro hizo durante el rodaje.
Con Memorias del subsuelo (1864), de Fiódor Dostoyevski, y Falso culpable (1956), de Alfred , Hitchcock, como referentes literarios y cinematográficos, Scorsese y Schrader hicieron de Taxi driver un retrato del aislamiento humano que convierte al sonámbulo Travis -un ciudadano de poca educación y ex soldado conductor de un taxi- en un pistolero que toma la justicia por su mano. El filme propone un trance donde redención y enajenación alcanzan su punto máximo en la imagen icónica de De Niro, con la cabeza rapada como un mohicano, descargando sus pistolas en un lupanar del Bronx.
Steve Schapiro —autor de las imágenes reunidas en el Godfather Family Album de Taschen— era el fotógrafo especial destacado en el plató de Taxi Driver, en el que capturó desde bastidores los momentos más intensos y violentos del film. En sus páginas, Schapiro presenta cientos de imágenes nunca vistas que, seleccionadas de los archivos de sus archivos, que registran el retrato escalofriante de la atmósfera furiosa de la era post Vietnam.
Taxi Driver fue, y sigue siendo, una película indispensable. Precursora del lenguaje que desarrollarían otros directores como Quentin Tarantino, en su momento consiguió la célebre Palma de Oro en el Festival de Cannes y tuvo cuatro nominaciones al Oscar: mejor película, mejor actor para Robert De Niro, mejor actriz de reparto para Jodie Foster, y mejor banda sonora para Bernard Herrmann. Ninguna de las nominaciones recibió la estatuilla. Ese año, Rocky fue la gran triunfadora de la noche
Esta edición está limitada a 1.000 ejemplares, numerados y firmados por Steve Schapiro resume, en imágenes en blanco y negro y a color, momentos cumbre de la película: una casi adolescente Jodie Foster que recorre como prostituta las calle neoyorquinas; Harvey Keitel, como su proxeneta; Cybill Shepherd, inalcanzable asistente de Palantine, el candidato a la presidencia de Estados Unidos, al que Travis está decidido a asesinar; un jovencísimo De Niro que repite, pistola en mano frente al espejo, “¿Me hablas a mí?” –la que se convirtió en una frase mítica y reutilizada años después en otras películas-, además de los retratos de Scorsese, en plató, metido en salsa en el rodaje.
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