La actriz Victoria Abril ha hecho hoy una encendida defensa del cine europeo, en el que "no tienen nada que ver las banderas", por lo que se siente cómoda trabajando en cualquier país del continente, y rechaza tajante la posibilidad de trabajar en el cine americano: "Hollywood me da acidez". "Tres meses con acidez de estómago es insoportable. Allí sólo se puede ir enamorado, porque cuando estás enamorado te da igual todo, ocho que ochenta, pero si no, es muy aburrido", ha afirmado en rueda de prensa la actriz, que ha ejercido como madrina del decimoctavo Festival de Cine Francés de Málaga.
Sostiene que entre los diferentes países de Europa no hay diferencias en el trabajo, "sólo diferencias entre películas buenas, malas y regulares, y donde si hay mucha diferencia es entre el cine europeo y el de Hollywood, y no tiene nada que ver la manera de trabajar". "Allí, el director es un imbécil al que se le echa cuando nos da la gana, y las películas no las monta el director, sino el productor después de haber pasado por el público, por eso todas tienen el mismo formato. Finalmente, las películas, en vez de tener el punto de vista del autor, acaban siendo una especie de producto que tienes la sensación de conocer. Ese cine no me interesa", ha añadido.
Después de más de treinta años de carrera y más de cien películas, ella no tiene "de qué quejarse", aunque lamenta que el cine europeo no tenga "visibilidad" en España "porque sólo la tiene el cine americano y alguna que otra película española". "Yo empecé en 1974 y el cine ya estaba en crisis. Hemos tenido muchas crisis, de historias, de material técnico, de dinero, de inspiración, y la última es la crisis de la distribución. Sabemos contar historias, tenemos buenos actores y equipos técnicos, pero lo que no tenemos son cines", ha subrayado la actriz.
Y es que en España, como en Francia, "las distribuidoras, las 'majors' americanas, ponen sus películas y nos dejan poner dos peliculitas españolas. Tenemos cines pero no son nuestros. Menos mal que están los festivales para no morir idiotas". Cuando se le pregunta qué debería aprender el cine español de los franceses, responde que en el país vecino "se quieren más", por lo que los españoles "tenemos que querernos un poco más".
Al pedirle nombres de directores europeos con los que no haya rodado y le gustaría hacerlo, es tajante: "Hay muchos con los que me gustaría trabajar, pero no pienso decir ninguno". "Elegir es renunciar y no pienso renunciar a ninguno -ha añadido-. Ya no hago castillos en el aire, meto todo mi entusiasmo sobre algo concreto. Me gusta que los directores me llamen, cosa que no puede ocurrirte en Hollywood, porque te llama el productor, no el director". Cuatro años después de haber rodado su última película en España, Sólo quiero caminar, en febrero participará en Barcelona en la nueva cinta del argentino Marcelo Piñeyro, Ismael, junto al actor Mario Casas.
"Mario Casas va a ser mi hijo, ¿eh?", ha aclarado Victoria Abril, que se ha calificado como "una europea convencida" desde hace treinta años: "Vivo en París, que es mi casa, y el resto de Europa es mi jardín".
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