El pasado jueves 29 de julio, la Cinemateca de Brasil ardió y las llamas engulleron gran parte de los tesoros que guarda el que está considerado uno de los mayores archivos cinematográficos del mundo. Desde entonces, tanto cineastas como festivales y filmotecas de todo el mundo se han hecho eco de esta tragedia para la cultura latinoamericana, mientras que los políticos han aprovechado la ocasión para culparse los unos a los otros de una situación que, en cualquier caso, ya es irreversible. No obstante, todos coinciden en destacar la situación de abandono en la que se encontraba este centro y cómo la falta de recursos ha llevado a este fatal desenlace.
Una de las voces más relevantes del cine brasileño actual, Kleber Mendonça Fihlo, ya advirtió del peligro que corría este centro durante el Festival de Cannes, celebrado apenas unas semanas antes de que sucediera este incendio. El desastre acabó con alrededor de cuatro toneladas de materiales y dos mil impresiones, así como otros elementos dañados a causa de las labores de extinción del fuego de los bomberos, de los que ningún técnico ha podido hacerse cargo porque el personal de la Cinemateca fue despedido hace casi un año, tal y como puso de relieve en redes sociales Fernanda Coelho, especialista en conservación de la Cinemateca, que se acercó al archivo para comprobar la magnitud de los daños.
Se trata del "archivo con las mejores colecciones de toda Latinoamérica", según destaca el director de la Filmoteca Española
La gravedad de lo sucedido aún no se ha podido cuantificar de manera exacta, pero el perjuicio es enorme si se tiene en cuenta que se trata del "archivo con las mejores colecciones de toda Latinoamérica" y "bandera de los archivos fílmicos", tal y como ha destacado en declaraciones a Vozpópuli el director de la Filmoteca Española, Josetxo Cerdán. No tiene, por tanto, competencia en el continente latinoamericano, puesto que la cinemateca nacional de México sufrió un grave incendio en los años 80 que "diezmó mucho sus colecciones" mientras que en Argentina las instituciones que existen son privadas "por motivos históricos", según explica.
Cinemateca de Brasil: el desastre anunciado
Para Cerdán, lo "triste" de este asunto es que se trata de una "crónica de un desastre anunciado", puesto que muchos extrabajadores habían advertido de que muchas películas de nitratos corrían peligro de incendiarse. "Mantener el patrimonio conservado requiere un esfuerzo económico, personal y una serie de recursos que el Gobierno de Brasil había decidido suspender, alegando razones políticas que eran completamente inadmisibles", ha apuntado.
Tal y como recuerda, la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF, en sus siglas en inglés) ya había advertido del abandono de la Cinemateca de Brasil. Tras lo sucedido, emitió un comunicado en el que lamentó la pérdida que suponía este incendio para el "patrimonio cinematográfico de Brasil" al tiempo que criticó la "flagrante falta de apoyo financiero e institucional" a una institución que lleva en pie más de 70 años. En este sentido, otras entidades se sumaron a las críticas de la FIAF, tales como el Institute Lumière, los festivales de Cannes y Locarno o la propia Filmoteca Española.
El gobierno de Bolsonaro no ha admitido las críticas de desprecio hacia la cultura y la memoria tanto de la oposición como de gran parte de la comunidad artística y justifica que estos trágicos hechos se deben a las gestiones de los anteriores mandatarios
"No solo es un problema del cine, sino de la cultura en general", ha destacado el director de esta institución española, quien hace referencia a otros accidentes en otros centros patrimoniales, como el incendio en 2018 del Museo Nacional de Brasil, el más antiguo del país. Por ello, tal y como ha puntualizado, más que un incidente se trata de un "crimen", ya que el gobierno brasileño no puso remedio ante la situación en la que se encontraba la Cinemateca de Brasil-
Sin embargo, el gobierno de Bolsonaro no ha admitido las críticas de desprecio hacia la cultura y la memoria tanto de la oposición como de gran parte de la comunidad artística nacional e internacional, y justifica que estos trágicos hechos se deben a las gestiones de los anteriores mandatarios que, a su juicio, despilfarraron el presupuesto destinado a la cultura. En medio del conflicto político que han desatado las llamas de la Cinemateca de Brasil, el arte y el patrimonio son una vez más los grandes damnificados.
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