El asunto parece llegar al final de un largo recorrido. Pero no sin pagar el peaje de la polémica. Tras décadas de pleitos y más de dos años después de darse a conocer la sentencia que así lo dispone, regresan a Aragón 44 bienes del patrimonio histórico y artístico del Monasterio de Sijena que hasta ahora permanecían en el museo de Lleida, en Cataluña. Está previsto que ocurra este lunes, aunque desde la víspera abundan las protestas, incluida una vigilia.
Justo después de que el ministro Íñigo Méndez de Vigo, que desde la aplicación del artículo 155 asumió las competencias del departamento catalán de Cultura, atendiera el requerimiento del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Huesca y diera luz verde a la medida, se han suscitado opiniones a favor y en contra. En Sijena, claro, esperan la llegada de los frescos. Entretanto, los 16 museos de arte de Cataluña han expresado su desacuerdo.
En un comunicado, los máximos responsables de esta red de museos, entre los que están el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y el propio Museo de Lleida, han asegurado que la "ejecución provisional" por la cual se obliga a devolver esos bienes a Sijena no ha tenido en cuenta los informes de conservación que aconsejan aplazar dicho traslado hasta que haya una sentencia definitiva.La secretaria general de ERC, Hasta la secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha rechazado que las obras sean trasladadas desde su ubicación actual, en Lleida, "sin que exista todavía una resolución judicial firme".
El gobierno aragonés y la Guardia Civil tienen que coordinar el traslado de las obras este lunes, pero la gresca no remite. La Asamblea de Trabajadoras y trabajadores por la Defensa de las Instituciones Catalanas (ADIC) hizo público el pasado 30 de noviembre los documentos de compra de las piezas. A pesar de eso, la Audiencia de Huesca desestimó los recursos interpuestos por la Generalitat y el MNAC contra la sentencia dictada por el juzgado de primera instancia número 1, que declaraba nulas las compras de las obras de Sijena.
Veinte años de pleitos
Esta es una historia historia larga y compleja. La supuesta venta que hicieron las monjas de la orden de San Juan de Jerusalén del Real Monasterio de Santa María de Sijena, en Huesca, determinó que 97 de estas obras de arte fueran a parar a la Generalitat. En los últimos veinte años de litigios, la Justicia determinó que la venta fue ilegal y que los frescos debían ser devueltos, ya que estos no fueron objeto de una transacción económica, se encontraban en régimen de depósito.
Las obras señaladas, concretamente los frescos, fueron arrancados en dos tandas (la primera en 1936 y la segunda en 1960) y trasladados a Cataluña únicamente para facilitar su restauración, no con ánimo de dejarlos allí de forma permanente. En otras palabras: se trataba estrictamente de un depósito en calidad temporal, que se extingue forzosamente cuando sus legítimos propietarios las reclaman. Para ello, la única condición era que estuviera restaurada la Sala Capitular del Monasterio de Sijena, restauración que culminó hace ya 25 años. De estas 97 obras, 53 fueron ya entregadas por la Generalitat el año pasado y 44 deben volver a Huesca.
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