La potente voz de Constantino Romero, que hacía de narrador, tuvo que dar un toque de atención a los mejores deportistas del momento: ”Atletas, bajen del escenario”. El 9 de agosto de 1992 centenares de atletas celebran su participación en los Juegos Olímpicos y se despedían de la ciudad condal al ritmo de Los Manolos en el estadio olímpico de Montjuïc. El ambiente festivo y alguna copa de más llevó a decenas de ellos a subirse al escenario en el que el grupo de rumba actuaba, con el riesgo de que la estructura se desplomara.
Si en el Mundial de 1982, la organización española dejó para la historia una de las más vergonzosas anécdotas cuando permitió al jeque de Kuwait parar un partido por una decisión arbitral, diez años después, los Juegos de Barcelona podrían haber acabado en tragedia. Los planos de la rumbosa actuación final son los de una masa de atletas bailando y trepando hasta el escenario, con secuencias más propias de una fiesta de pueblo descontrolada, o de un reportaje veraniego en Magaluf, en las que, casualmente, destacan las banderas británicas y estadounidenses.
Antes de que terminara la primera canción ya se escucha la megafonía del estadio rogando a los atletas que bajaran del escenario. La siguiente canción programada en el playback parecía providencial ‘Vete, me has hecho daño vete’ de Los Amaya. Pero no fue hasta el naino naino na del All my loving, cuando una cadena humana de voluntarios empujó a los atletas hasta abajo de la plataforma.
Si recuerda a los Manolos despedirse con el ‘Amigos para siempre’ es un recuerdo tan falso como la actuación de Fredy Mercury en directo durante el evento, ya que este había fallecido en noviembre de 1991. La famosa canción sobre la amistad sí que fue entonada minutos antes de los Manolos, por Josep Carreras y Sarah Brightman en un espectáculo inaugurado con la entrada de los Tricicle haciendo marcha, y que contó con actuaciones ecuestres, numeros teatrales y fuegos artificiales.
Éxito político
“Somos la capital de Cataluña, una antigua ciudad en la nueva España plural, y de la nueva Europa”, dijo en catalán para cerrar con un “Amigos para siempre” en varios idiomas el entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. En el año en el que se cumplía medio milenio de la principal aportación hispana a la historia mundial, España encaraba esos meses como una reválida ante el mundo para presentarse como un país moderno, que se podía sentar en la mesa de las primeras potencias mundiales. Los exámenes del estreno de la alta velocidad, la Expo de Sevilla, y los Juegos Olímpicos fueron aprobados con nota por la prensa de todos los colores. Tal día como hoy de hace 30 años, ABC felicitaba en sus primeras páginas a González, Pujol, Maragall. Con la siempre amenaza del terrorismo etarra, el diario también destacaba en el apartado de seguridad al ministro del Interior José Luis Corcuera y al director de la seguridad del Estado, Rafael Vera, que años más tarde entraría en prisión por el caso GAL.
Un éxito para el "pueblo catalán, que ha bañado en oro y españolidad los Juegos Olímpicos con ovaciones unánimes a la bandera de España, al himno nacional y al Rey como símbolo de la unidad de la Patria, junto al color permanente por las señas de identidad de la Cataluña profunda", concluía el diario. Pero el tiempo y las investigaciones policiales han arrasado con el aura de ejemplaridad y símbolos de una España y Cataluña nuevas, con la que Juan Carlos I y Jordi Pujol aparecían descritos en los diarios y en los que se centraban muchos de los planos de aquella retransmisión.
En el año de los grandes eventos, el 'felipismo' mostraba signos de agotamiento. Aun así, al año siguiente, el PSOE volvió a ganar las elecciones, pero ya sin las mayorías absolutísimas de los ochenta y con el PP de Aznar alzado como la única alternativa del centro derecha. Tras la puerta de los grandes fastos estaba esperando la crisis económica de 1993, que con los casos de corrupción propiciaron en 1996 el cambio de gobierno después de los 12 años de González.
El ‘Dream Team’ y la mejor participación española
La inversión deportiva también dio sus resultados. Con el novedoso Plan de Ayuda al Deporte Olímpico (ADO), España firmó su mejor resultado olímpico, sembrando además la semilla para el futuro. 22 medallas, cifra todavía no superada, con 13 oros, siete platas y dos bronces.
Aunque en el recuerdo internacional siempre quedará el 'Dream Team' de Estados Unidos, el mejor equipo de la historia del baloncesto al reunir por primera vez a las estrellas de la NBA en una selección colosal liderada por Michael Jordan, 'Magic' Johnson o Larry Bird que arrolló a todos sus rivales con una facilidad pasmosa.
En los primeros juegos sin la URSS, sus antiguas repúblicas, agrupadas en el 'Equipo Unificado' volvieron a liderar el medallero con 45 oros, seguidas de los 37 oros estadounidenses y los 33 alemanes, que se alzaron hasta la tercera posición del medallero tras su reunificación. Y con emergente China (16 oros) que daba muestras de convertirse en la potencia de los próximos años.
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