No ha habido demasiadas sorpresas en esta ocasión. La película colombiana Los reyes del mundo, una de las favoritas entre la crítica y el público, ha sido la cinta ganadora de la Concha de Oro en la 70 edición del Festival de San Sebastián. Apenas unas horas antes, su directora, Laura Mora, recogía el Premio Feroz Zinemaldia, galardón que entrega la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE) a la mejor película a competición, y el viernes varios medios se hicieron eco de la adquisición de la película por parte de la distribuidora española Bteam Pictures, por lo que pronto se verá en los cines.
El máximo galardón del certamen donostiarra ha sido para una película que narra el viaje de cinco chicos de la calle de Medellín en busca de la tierra prometida. En este "road trip", una coproducción entre Colombia, Luxemburgo, Francia, México y Noruega, los cinco forman un clan salvaje y el paisaje de violencia se abre ante el espectador, consciente de que los chicos no tienen ninguna oportunidad.
La directora de la película, Laura Mora, acompañada por los actores protagonistas, ha manifestado en el escenario del Kursaal su deseo convertir esta película en un vehículo para "entablar un diálogo y pensar en un mundo más justo". "El margen es donde está toda la belleza y estos chicos me han enseñado que la desobediencia es necesaria y que en un mundo tan difícil, siempre hay que celebrar la vida", ha dicho.
Estos chicos me han enseñado que la desobediencia es necesaria y que en un mundo tan difícil, siempre hay que celebrar la vida", ha manifestado Laura Mora, directora de la película ganadora
Pocas veces se recuerda un acuerdo tan nítido entre el fallo del jurado y la sensación de la crítica y el público, a excepción de uno de los últimos ejemplos como Entre dos aguas (2018), de Isaki Lacuesta. Sin ir más lejos, en la pasada edición, la rumana Blue Moon, dirigida por la entonces debutante Alina Grigore, fue una auténtica sorpresa.
Tal y como contó Vozpópuli en el arranque del Zinemaldia, el nivel del cine español que competía en la Sección Oficial del festival ha sido muy alto. Cualquiera de las cuatro cintas que competían por la Concha de Oro tenía papeletas para ganar alguno de los galardones y, sin embargo, solo ha tenido representación en el premio a la Mejor interpretación protagonista, que ha recibido ex aequo la joven protagonista de La maternal, Carla Quílez, de apenas 14 años, y el protagonista de Winter boy, Paul Kircher, de 20; así como Suro, galardonada con el Premio Irizar al Cine Vasco.
Ni La consagración de la primavera, de Fernando Franco -una de las grandes favoritas- ni Girasoles Silvestres, de Jaime Rosales, en la que se aplaudió la sobresaliente interpretación de Anna Castillo, han ganado ninguno de los premios restantes.
La Concha de Plata a la mejor dirección ha sido para la japonesa A hundred flowers, de Genki Kawamura, una película que narra la relación de una madre y su hijo en el momento en el que ella padece demencia. Por su parte, el premio al mejor guion ha sido para A Woman, del chino Wang Chao, mientras que el galardón a la mejor fotografía ha recaído en Pornomelancolía, del argentino Manuel Abramovich.
La adolescencia, en el centro del palmarés
Asimismo, el jurado -presidido por el productor Matías Mosteirín y formado por Antoinette Boulat, Tea Lindeburg, Rosa Montero, Lemohang Jeremiah Mosese y Hlynur Pálmason- ha decidido otorgar el premio especial del jurado -que no siempre se entrega- a Runner, de Marian Mathias. Asimismo, Renata Lerman ha sido premiada con el galardón a la mejor interpretación de reparto por su trabajo en El suplente, De Diego Lerman.
Si uno se fija en la película galardonada con el máximo reconocimiento del festival, así como en los galardones interpretativos, lo cierto es que la adolescencia se encuentra en el centro de todas las historias, una juventud a quienes muchos echan de menos en las salas de cine, entre los lectores de información cultural o crítica cinematográfica, o incluso fuera del lenguaje fílmico. Sin quererlo -o queriendo-, este palmarés funciona como una llamada o un guiño con unas historias que les hablan y les pertenecen.
La adolescencia se encuentra en el centro de todas las historias galardonadas, una juventud a quienes muchos echan de menos en las salas de cine
Más allá de la Sección Oficial, lo cierto es que el cine español sí ha tenido representación en el palmarés. As bestas, la nueva película de Rodrigo Sorogoyen -y para muchos su mejor largometraje- ha recibido el premio del público a la mejor película europea. Por su parte, Argentina, 1985, De Santiago Mitre, ha sido galardonada con el premio del público a la mejor película, entre las cintas que se presentaban en la sección Perlas del festival.
Por otro lado, la película Godland, del islandés Hlynur Pálmason, ha ganado el Premio Zabaltegi, mientras que la cinta Tengo suelos eléctricos, de la costarricense Valentina Maurel, ha sido ganadora del Premio Horizontes Latinos, y la francesa Fifi se ha hecho con el galardón en la sección New Directors.
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