La popular serie Juego de Tronos ha localizado el rodaje de su sexta temporada en España. No es la primera vez que la productora de la serie, la HBO, centra su mirada en España: anteriormente ha utilizado localizaciones de Sevilla, Almería, Granada, Peñíscola o Gerona. A la lista se ha sumado la localidad navarra de Tudela. Por esa razón, los responsables de Juego de tronos han invitado al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al rodaje, en agradecimiento a los incentivos fiscales que les da España por haber traído aquí la producción.
Ha sido el propio Montoro, en los pasillos del Congreso, el que ha contado haber recibido esta invitación. Lo hizo en una conversación informal con periodistas y en la que con humor -sí, Montoro tiene eso llamado humor- ha explicado que no acudirá, no sea que le pidan hacer de extra o interpretar algún personaje -¿de cuál de todas las casas? ¿Lannister? ¿Stark? ¿Arryn?-. Sin embargo, no asistirá. Para no dar celos a Pablo Iglesias, ironizó.
Se sabe que el líder de Podemos es prácticamente un teórico de la serie de HBO. Hasta ha obsequiado a Felipe VI con algunas de sus temporadas y qué decir de los volúmenes de análisis dedicados a la producción audivisual. El titular de Hacienda ha explicado que la próxima temporada de la serie se rodará íntegramente en España, no sólo algunas partes, una decisión que Montoro ha atribuido a los incentivos fiscales que el Gobierno ha dado a las producciones audiovisuales. Y ha sido por esa razón por la que le han invitado al rodaje.
Quizá lo invitan ... para pedir el 40% de Francia
Ya se sabe que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no es un especial amante del cine español, aunque quizá sí le guste la tele de pago internacional. En diversas ocasiones ha dicho que la producción cinematográfica española es mala, que no es competitiva. Sin embargo, la estocada final se la ha dado al sector con la reforma fiscal, en donde contempla una desgravación del Impuesto de Sociedades para producciones cinematográficas del 20% para el primer millón de euros y se mantendrá en el 18% actual para el resto. Es decir, prácticamente como estaba.
La decepción en el sector fue mayúscula, tanto que la entonces directora general del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales, Susana de la Sierra, dimitió poco después de que se anunciara. Los productores audiovisuales (FAPAE), no podían esconder su desconcierto. Tras meses de negociaciones, daban por hecho que el porcentaje máximo alcanzaría el 30%, una cifra que ya habían propuesto en varias ocasiones a Montoro y que quedó reflejada en las conclusiones de la Comisión Mixta sobre el Modelo de Financiación del Cine, de la cual, por cierto, esta semana la oposición socialista pidió un balance.
En la reforma fiscal se introdujo una nueva desgravación del 15% para las producciones internacionales, a petición de la SFC. Carlos Rosado, presidente de La Spain Film Commission (SFC), si bien reconoció que estas desgravaciones eran competitivas lo vio como un inicio. "Es un porcentaje reducido e insuficiente para competir con otros países, pero estamos satisfechos de que se haya creado la figura, que hasta ahora no existía", señaló. Es decir, para acceder a la deducción del 15%, con un límite de 2,5 millones de euros, los rodajes internacionales deberán gastar al menos un millón de euros en servicios en el territorio español: hoteles, manutención, desplazamientos, proveedores etc.
Estas cifras, sin embargo, difícilmente permiten a España competir con otros países: Alemania, Italia o Francia tienen hasta un 40%. Porque si algo no se puede negar es que el cine extranjero deja dinero; y mucho. El mejor ejemplo es Exodus, de Ridley Scott, el último gran rodaje que ha acogido nuestro país. Con un presupuesto de 43 millones, el paso de Exodus por Almería y Fuerteventura dejó 7 millones en las arcas del Estado en forma de IRPF, IVA y cotizaciones a la Seguridad Social. A esta cifra hay que sumar el gasto en alojamiento, alquiler de vehículos y la contratación de otros servicios, como el catering.
El importe de la deducción para las producciones españolas no podrá ser superior a 3 millones de euros y se podrán desgravar tanto el coste de producción como un máximo del 40% de los gastos en copias, publicidad y promoción.
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