Cultura

Ni cruz, ni Verónica… Cinco errores históricos de procesiones y películas de Semana Santa

Expertos en la figura de Jesús y el cristianismo primitivo niegan la veracidad histórica de algunos de los pasajes más conocidos del Nuevo Testamento

Puede que a muchos les suene a provocación, pero una de las imágenes más representativas del cristianismo, la de Jesús cargando la cruz camino del Gólgota nunca sucedió. Dos milenios de arte cristiano, 500 años de procesiones y una centuria de cine hacen que resulte imposible imaginar al nazareno ascendiendo al Calvario sin la cruz a cuestas. Pero con toda seguridad, si llegó a portar algo, porque aquí los evangelios se contradicen, fue solo el travesaño de la cruz, el madero horizontal, según tenemos atestiguado por la práctica romana.

Cualquiera que ahora coja la Biblia encontrará la palabra “cruz”, en estos pasajes, sin embargo, en los evangelios, escritos en griego, Jesús o el Cireneo, puesto que varía según el autor, porta el staurós (σταυρός), patibulum en latín del que deriva la palabra patíbulo, como señala el historiador y experto en la figura de Jesús y el cristianismo antiguo Fernando Bermejo Rubio en La invención de Jesús. Aunque en la Antigüedad existían múltiples tipos de crucifixión en forma de “T”, “X”, la tradicional cristiana, suspendido solo en el madero vertical y a veces se improvisaban en árboles o paredes, tenemos constancia de que a menudo el reo cargaba con el madero horizontal hasta el lugar de la ejecución donde le esperaba la viga vertical que era reutilizada en siguientes ejecuciones.

Fotograma de 'La Pasión de Cristo' en el que se ve a los otros dos crucificados junto a Jesús portando el staurós.

La simple lógica ya invita a dudar de la representación de Jesús portando una inmensa cruz de tres o cuatro metros de altura con los bordes perfectamente perfilados, resultado de la mejor ebanistería de Jerusalén. Nadie en su sano juicio iba a desperdiciar tantos recursos en ejecutar a un sedicioso que entonces, y estoy siempre hay que tenerlo en mente, no era más que un judío humilde con aires mesiánicos totalmente irrelevante para el Imperio Romano, autoridad máxima en aquel momento y responsable de la condena. Además de la inexistencia de fuentes que respalden el traslado de la cruz completa, tampoco es muy creíble que un hombre que había sido brutalmente torturado fuera capaz de llevar semejante armatoste en sus hombros. 

Justo antes de la cruz, Jesús sufrió el escarnio por el que los soldados romanos se mofaron de él ataviándole como a un rey: manto púrpura, corona y titulus crucis, la tablilla con a inscripción “Rey de los judíos”, elementos que de forma similar tenemos presentes en otros casos contemporáneos y que, por tanto, para el caso de Jesús debemos considerarlos como elementos verídicos. Lo mismo debemos decir de la flagelación, una práctica que formaba parte parte de la crucifixión como forma de debilitar al reo y reducir su agonía en la cruz.
Hay un consenso en la inmensa mayoría de los historiadores especializados en este periodo que apoyan la existencia de Jesús de Nazaret. Pero para acercarnos a la realidad histórica del personaje debemos despojarle de toda la transcendencia que le convirtió en, posiblemente, el personaje más importante de la historia. Cuando fue sentenciado a muerte, Jesús no era más que un judío que había generado algo de revuelo en la capital de los judíos, entonces ocupada y controlada por los romanos. Era por tanto un personaje totalmente irrelevante pero que debió molestar lo suficiente a las autoridades como para ser condenado a la cruz. No hay duda de que los responsables de dicha sentencia fueron los romanos, y el tipo de condena nos indica el carácter político de la misma. La crucifixión era una pena dolorosa, angustiosa, y humillante que estaba reservada a esclavos o ciudadanos no romanos, y se había empleado en delitos de Estado, de lesa majestad. En este punto también hay que desmentir el pasaje en el que Poncio Pilato dio a elegir entre los judíos entre liberar a Jesús o Barrabás. El conocido como privilegio pascual por el que según los evangelios los romanos liberaban a un preso en época de Pascua nunca existió. O bien los evangelios inventaron el pasaje o se equivocaron al describirlo como una práctica habitual por parte de las autoridades del Imperio.

cristo tiziano
Cristo camino del Calvario, de Tiziano.

Verónica, personaje legendario

Uno de los mayores especialistas de la figura de Jesús y del cristianismo primitivo, Antonio Piñero, apunta que la mayoría de los comentaristas considera no histórico el personaje de Verónica, aquella mujer que limpió el rostro de Cristo, cuya imagen quedó milagrosamente en el paño. En primer lugar, solo el evangelio de Lucas recoge el episodio en el que las mujeres de Jerusalén, sin mencionar ningún nombre, simplemente lloran el paso de Jesús. “Es sospechoso en cuanto que es un testimonio único y aislado, y se corresponde con la teología de Lucas que intenta presentar a grupos de judíos favorables a Jesús durante su pasión”, señala el autor en La verdadera historia de la pasión de Jesús (Edaf) recientemente publicada junto a Eugenio Gómez Segura.

Este episodio, exclusivo en Lucas, dio origen al pasaje legendario del rostro grabado perfectamente en la tela que aparece en Evangelios apócrifos y que la tradición posterior atribuyó a una mujer llamada Verónica, nombre simbólico y proveniente de una mezcla de latín y griego: verus (verdadera) e ikón (imagen).

Otra de las imágenes que pasearán por todos los pueblos españoles durante los últimos días será la de Jesús crucificado. Con todas las precauciones que antes hemos señalado sobre la propia forma de la cruz de la que no tenemos una descripción exacta, lo que sí podemos afirmar con seguridad es que Jesús fue crucificado completamente desnudo, el perizonium (paño de pureza), que cubre los genitales, fue un añadido del arte cristiano.

Tampoco está clara la posición de los clavos, pero lo más probable es que, en caso de ser clavado puesto que muchas veces eran simplemente atados, lo hicieran a la altura de los antebrazos, entre el cúbito y radio, zona que conseguiría mayor sujeción del cuerpo que en la palma.

Expulsión de los mercaderes del Templo, Cecco del Caravaggio.

¿Una semana o varios meses?

Por último, desmontamos el propio concepto de Semana Santa. Según la tradición, Jesús y sus discípulos entraron en Jerusalén un domingo y en menos de cuatro días protagonizaron toda esta serie de acontecimientos: entrada triunfal a la capital, Jesús llora por Jerusalén y su destino; purificación del Templo con el famoso enfrentamiento con los mercaderes; choque de Jesús con las autoridades judías; unción en la aldea de Betania; preparación de la Pascua, última cena; episodio en el Monte de los Olivos donde Jesús es detenido tras la traición de Judas; Jesús ante el Sanedrín judío; entrega a Pilato, "juicio" romano con el episodio de Barrabás y el "Ecce Homo"; camino del Gólgota y crucifixión. Se han dejado fuera de esta lista algunos acontecimientos y prédicas del mesías, que habrían requerido de una hiperactividad de Jesús y el resto de personajes y procedimientos legales que intervinieron en esta historia.
Piñero apunta a que los sucesos narrados en los Evangelios son en realidad una comprensión literaria de unos hechos que en realidad sucedieron durante unos meses. El historiador explica en sus obras que un autor desconocido, anterior a Marcos (primero de los evangelios escritos) comprimió “teatral y dramáticamente” todos estos eventos en una producción literario-teológica que se atuviera a la regla clásica de unidad de acción, de tiempo y de lugar. Recurso literario presente en todas las literaturas con ejemplos tan conocidos como la Ilíada homérica.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP