Cultura

¿Cuál es su palabra del año 2024? La que siente, no la que le dictan las noticias

Dana, fango, gordofobia, inquiokupa, mena, micropiso, narcolancha o pellet, son algunos de los términos seleccionados por la Fundéu para palabra del año

En días de balances anuales, de las mejores películas, libros y canciones, la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), ha seleccionado sus 12 candidatas a palabra del año 2024. Este jueves dará a conocer a la ganadora entre una lista compuesta por alucinación, dana, fango, gordofobia, inquiokupa, mena, micropiso, narcolancha, pellet, reduflación, turistificación y woke. Palabras que evocan noticias, momentos y personajes del año pero que nunca resumirán los momentos de la vida de alguien. 

Los términos seleccionados por Fundéu cumplen dos requisitos, por un lado, son palabras que han aparecido con especial frecuencia en los medios de comunicación y en el debate social en los últimos doce meses. Por otro lado, se intenta que todas las candidatas tengan algún interés desde el punto de vista lingüístico: que generen dudas entre los hablantes, que hayan adquirido un significado nuevo, que se hayan formado de una manera poco habitual. La iniciativa de la Fundéu es verdaderamente loable y revisando las voces de otros años, vemos la fuerza de las palabras para evocar momentos.

En 2013 la indignación ciudadana popularizó escrache y al leer el término uno recuerda a políticos asediados en las puertas de sus casas en un nuevo fenómeno de protesta importando de Latinoamérica. 2014 mostró nuestro ombliguismo con el selfi, y un año más tarde, refugiado fue la voz escogida ante la crisis migratoria provocada por el estallido de la guerra de Siria. Le siguió el populismo en el año en el que Trump ganó su primer mandato. Después llegaron aporofobia, microplástico y emojis, antes de que la pandemia parara dos años el mundo con confinamiento (2020) y vacuna (2021). Las últimas fueron inteligencia artificial y la polarización del año 2023.

La mayoría de los términos tienen un carácter negativo, tragedias, frustración política, enfermedad o contaminación. Nada extraño teniendo en cuenta la máxima del periodismo de que las cosas buenas no son noticia.

Sobresaturación informativa

La sobresaturación informativa nos ha convertido en zombis de la última hora. Coger el móvil apoyado en la almohada y que cada medio de información nos suplique un click con su noticia más importante que habremos olvidado antes del café, se ha convertido en nuestra rutina. Las parrillas televisivas y las redes se han saturado de política y hasta los espacios más blancos combinan entrevistas de peluches con tertulias de todólogos. 

Igual que la lista de los Trendic Topic pocas veces se corresponde con la charla de la calle, y el humo que incendia las redes nunca se huele desde la barra del bar, las “palabras del año” no representan nuestra vida. ¿Cuál sería la suya? 

Haciendo un repaso con los compañeros de redacción surgen palabras que tocan más la piel: estrés, superación, hartazgo, imprevisto, salto, florecimiento, ganador, estabilidad, ilusión o resiliencia. Términos que resumen mejor los doce meses de una persona y que ayudan a imaginar cómo ha sido el año del que tenemos al lado ocho horas diarias. Los años que comienzan borboteando ilusión y terminan en el psicólogo. O aquellos en los que en plena oscuridad surge un fogonazo de esperanza. Votemos por palabras felices o tristes, pero que al menos nos dejen expresar lo que sentimos y no el aburrimiento de la inmediatez informativa. 

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