El Ejército chino comenzó este jueves sus maniobras militares con fuego real alrededor de Taiwán, en un nuevo tenso episodio tras la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. Estas maniobras incluyeron el cierre del espacio marítimo y aéreo en seis zonas alrededor de la isla, una de ellas a unos 20 kilómetros de la costa de Kaohsiung, la principal ciudad del sur de Taiwán.
Los expertos en geopolítica coinciden en señalar a la isla del Pacífico como un punto caliente, susceptible de convertirse en el escenario de un futuro enfrentamiento armado que podría enfrentar, directa o indirectamente, a las dos principales potencias mundiales.
La de Pelosi es la visita de un representante estadounidense de mayor rango desde 1997, y parece que no ha gustado a nadie. China lo ha tomado como una provocación, Taiwán como un riesgo, y Joe Biden señaló que al Pentágono no le parecía buena idea.
Comunistas vs Nacionalistas
A muy grandes rasgos, la dinastía china Qing gobernó la isla desde finales del siglo XVIII hasta finales del XIX, cuando a el Imperio japonés se adueñó de la isla hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Anteriormente, las potencias marítimas europeas, portugueses, españoles y holandeses, que se adentraron desde el siglo XVI en el sudeste asiático también dominaron puntualmente la también conocida como isla de Formosa (isla hermosa), nombre puesto por los portugueses.
Al mismo tiempo que Estados Unidos y sus aliados peleaban durante la Segunda Guerra Mundial contra el Imperio japonés por cada islote del Pacífico, en China, se perpetuaba una larguísima guerra civil que había estallado en 1927 entre nacionalistas y comunistas. Durante la contienda mundial, ambos bandos llegaron a una tregua para enfrentarse a los japoneses, pero desde el 1945 volvieron a enfrentarse entre ellos.
El norte estaba controlado por los comunistas de Mao Zedong y el sur por los nacionalistas (Kuomintang) de Chiang Kai-shek, pero varias victorias comunistas dieron a Mao el control sobre el territorio continental. Los nacionalistas se acantonaron en la isla de Taiwán.
China salió del enfrentamiento fratricida con dos repúblicas: la República Popular China, con un gobierno comunista liderado por Mao, que controlaba la mayor parte del país; y la República de China, asentada en la isla de Taiwán y con algún que otro territorio.
Tanto Pekín como Taipéi se proclamaron la ‘China auténtica’ y reclamaron la anexión de la otra parte del territorio. En el contexto de la Guerra Fría, Chiang Kai-shek que gobernó Taiwán hasta 1975, y al que sucedió su hijo, contó con el decidido apoyo de Estados Unidos. De forma similar a lo que sucedió en Corea del sur, el apoyo estadounidense a Taiwán propiciaron un espectacular auge económico e industrial en la isla que se dejó notar en los millones de productos vendido en todo el mundo con el sello ‘Made in Taiwan’. En 2022 cuenta con 23,5 millones de habitantes, es la 21ª potencia económica mundial y líder absoluto de la industria de semiconductores, con más de la mitad del mercado.
Estatus actual de Taiwán
La fortaleza de Taiwán radica en los apoyos internacionales que han ido menguando, según China, especialmente a partir de la década de los noventa, ha empezado a mirar cara a cara, y por encima del hombro a las principales potencias mundiales.
Desde los años cuarenta, Estados Unidos reconoció a la República China (Taiwán) como el gobierno legítimo de China, hasta que en 1979 trasladó este reconocimiento hasta Pekín, movido por el clima de acercamiento entre Estados Unidos y la China comunista, mientras que la ONU lo había hecho ocho años antes.
Desde entonces, el gobierno de la isla se encuentra en un limbo diplomático, sin representación oficial en los organismos internacionales, pero siendo un estado independiente de facto. Actualmente, ninguna gran potencia reconoce la independencia de Taiwán. Los reconocimientos a la isla provienen de pequeños países, la mayoría centroamericanos y del Caribe como Honduras, Guatemala, Belice, Haití, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y Las Granadinas.
Algunos analistas consideran que la posible toma de Taiwán por parte de China significaría todo un símbolo de la decadencia de los americanos en la zona, al tiempo que representa el enorme riesgo de convertirse en el casus belli de un conflicto mucho más global.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación