Las revueltas en la calle de los ciudadanos cubanos han puesto en un brete al Gobierno español, incapaz de poner nombre a lo que ocurre desde hace décadas en el país caribeño, que está a punto de reventar como una olla a presión vieja y desgastada. A pesar incluso de la detención en pleno directo de los periodistas que dan su testimonio a otros países, no existe aún un relato único sobre Cuba desde España y tampoco desinteresado, como ya se vio en el pasado con otros territorios de su entorno.
Entender Cuba o acercarse a imaginarse lo que ocurre allí en la actualidad puede no ser fácil incluso para quienes han disfrutado en el pasado de unas placenteras vacaciones entre La Habana, Santiago y Varadero, y se han hecho una foto en la Plaza de la Revolución, han comido en un paladar y han bailado de madrugada en una fiesta improvisada en la playa. No, eso no es Cuba, y el cine, como la literatura o la música, ofrece una oportunidad de oro para alejarse de los mitos y los tópicos y conocer al menos el estado de ánimo, las ilusiones y los sueños de quienes viven allí.
Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío, Ernesto Daranas o Laurent Cantet son solo algunos nombres que merece la pena tener en cuenta y en Vozpópuli hemos elaborado una lista de cinco películas imprescindibles para entender mejor a los protagonistas del estallido social que está tensando al gobierno cubano y que por fin puede cambiar las cosas.
P.M. (1961)
Orlando Jiménez Leal y Sabá Cabrera Infante salieron a la calle en plena noche con su cámara, sin luces y sin un guion, para grabar lo que sucedía en La Habana. Aquel intento por mostrar la espontaneidad desde un cine experimental o real no gustó a las autoridades cubanas, que censuraron las ansias de los jóvenes cineastas por aferrarse al "free cinema", probablemente por el miedo a que la realidad eclipsara la buena imagen del país de la que el gobierno hacía gala.
Fresa y chocolate (1993)
Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, dos nombres esenciales de la cinematografía cubana, fueron los responsables de conseguir la primera nominación al Oscar en la categoría de mejor cinta extranjera para una película cubana: Fresa y chocolate (1993). Además, también fueron unos de los primeros cineastas en atreverse a abordar la homosexualidad en Cuba con una historia que rezuma esperanza, solidaridad y amor a pesar del contexto de opresión en el que viven sus protagonistas.
En esta cinta, los actores Jorge Perugorría y Vladimir Cruz dan vida a Diego y David. El primero es un artista homosexual y con una idea de la vida individualista, mientras que el segundo es un estudiante comunista, lleno de prejuicios. A pesar de sus diferencias, logran entablar una amistad.
7 días en La Habana (2012)
Benicio del Toro, Pablo Trapero, Julio Medem, Elia Suleiman, Gaspar Noé, Juan Carlos Tabío y Laurent Cantet dirigieron en 2012 los siete cortometrajes que componen 7 días en La Habana, siete historias independientes rodadas en diferentes localizaciones de la capital de Cuba que plasman la vida de varios personajes e intentan alejarse de la imagen estereotipada que guarda el turista. La película, que participó en la sección oficial del Festival de Cannes, cuenta con guion del escritor cubano Leonardo Padura, que sigue viviendo en su barrio de siempre.
Regreso a Ítaca (2014)
También con guion de Leonardo Padura, el cineasta francés Laurent Cantet volvió al universo cubano con Regreso a Ítaca, una de las películas contemporáneas que mejor retratan la sociedad de Cuba, a pesar de desarrollarse por completo en una azotea de un edificio en La Habana. Allí se reúnen cuatro amigos para observar la puesta de sol y celebrar el regreso de uno de ellos después de 16 años de exilio. El recuerdo, la melancolía, sus ilusiones y la esperanza son solo algunos de los ingredientes de este drama, en el que todo lo importante sucede en una conversación.
Conducta (2014)
De las películas seleccionadas, probablemente Conducta (2014), dirigida por Ernesto Daranas, es la película más cruda y crítica con el sistema cubano. En ella se muestra la relación especial que existe entre una maestra, Carmela, y Chala, un niño de 11 años, cuya vida transcurre en un ambiente de marginalidad, violencia, drogas y alcohol.
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