Reírse está de moda, tanto como escribir libros. En menos de quince días tres expresidentes y un ministro han dado a conocer sus memorias. Ahora toca el turno a los humoristas. Al menos así lo hizo el presentador del programa El Intermedio, Jose Miguel Monzón, El Gran Wyoming.
No estamos locos, publicado por Planeta y que presentó hace unos días en la madrileña plaza del Dos de Mayo en medio de una “pegada de carteles”, le ha servido –dice él– de "terapia" para volcar sus opiniones sobre la historia reciente de España y su proyección en la actualidad.
"No descubro nada nuevo, pero son cosas que metidas en un libro de historia se quedarían en un rincón inaccesible", apunta Wyoming, quien repasa el franquismo, la transición y la llegada de la de democracia desde un punto de vista "totalmente subjetivo”.
El libro, dice, ha sido escrito "de cabeza" y con "la Wikipedia como única fuente bibliográfica”. Pero de gracioso, lo justo. Que hay que hacerse entender; y vender libros, claro está. De plano, Wyoming rechaza la etiqueta de "rojo" que le atribuyen sus detractores. "Estoy en la izquierda porque me ponen ahí, pero la sanidad y la educación pública fue un invento de los conservadores británicos después de la guerra, cuando pensaron que, o bien les daban cosas al pueblo, o le hacían una revolución, y ahora resulta que defender el estado del bienestar es de extrema izquierda...".
En las páginas de No estamos locos Wyoming reivindica que hay determinados puntos de la historia española que se pueden contar de otra forma, como la de una "transición tutelada", cuando se perdió "la posibilidad de hacer un pacto social real". De ahí deriva, a su juicio, que "la ideología se sitúe en España por encima de lo que se considera justo, como demuestra el hecho de que el 90 por ciento de los ciudadanos esté a favor de la sanidad pública, pero luego muchos de ellos digan que votarían a Esperanza Aguirre”.
Wyoming también está convencido de que "hay gente que quiere utilizar la crisis para cambiar el sistema, y no son los llamados antisistema, sino quienes nos gobiernan". Atribuye la falta de respuesta de la sociedad ante los recortes a con el hecho de que estos pillaron a todos por banda: “Nadie se creía que esto iba a ser así", dice.
Sobre su estilo televisivo, a mitad de camino entre la carnicería dialogada y la fina escabechina, Wyoming reconoce que El intermedio aprovecha "la preocupación de la gente" para contar cosas que "la mayoría de medios de comunicación no se pueden permitir el lujo de abordar y el público recibe con mucho cariño esa voluntad de instruir sin adoctrinar". En un panorama informativo "dominado por las grandes corporaciones", Wyoming asegura que su espacio no ha tenido "ningún problema" con la dirección del Grupo Atresmedia tras la incorporación de La Sexta. La mejor prueba es esta: Planeta, empresa del grupo de Lara, es su editor. "Si me pagaran por decir lo contrario a lo que digo, no haría el programa", dice.
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