Casi veinte años después de Trainspotting, el escritor escocés Irvine Welsh presenta ahora Skagboys, una precuela en la que relata cómo los protagonistas de aquel éxito literario se engancharon a las drogas en los ochenta, una década que él considera fundamental. Fue en esos años, insiste, donde empezó "la economía neoliberal, el paro, las drogas y la masiva redistribución de la riqueza entre los más ricos”.
El novelista y dramaturgo, que visitó Barcelona la semana pasada, ha decidido retomar parte del material que utilizó en Trainspotting. Se trata, según el editor de Anagrama, Jorge Herralde, de un "libro polifónico contado a modo de monólogos de la pandilla", que muestra un "fresco demoledor de un país conducido al desastre" por las políticas neoliberales y el "no-futuro de los punk".
Con las políticas de la Dama de Hierro como telón de fondo, las huelgas mineras y el aumento del paro a un ritmo enloquecido, la heroína empieza a correr por las calles de Edimburgo y se lleva por delante la vida de sus jóvenes. "Para ellos, caer en la heroína significaba sentirse parte de alguna cosa", ha señalado el escritor, quien ha descartado que sus acciones respondieran a un espíritu kamikaze, sino más bien eran fruto de una "locura por haberse encontrado los unos con los otros".
Este es uno de los motivos por los cuales Renton y Sick Boy, dos de los protagonistas de la novela, se enganchan a las drogas y empiezan una de las relaciones más destacadas de toda la obra, que va madurando con el paso del tiempo. Al ser preguntado por la prensa acerca de las diferencias entre los jóvenes descritos en el libro y los de hoy en día, Welsh ha afirmado que no es la juventud la que ha cambiado sino los "problemas a los que se enfrentan".
Considera el escocés que en la actualidad las cosas "no tienen tiempo de incubar" donde han nacido y pronostica que llegará un momento en que los "jóvenes se saturen de la era digital y vuelvan a girar la mirada hacia lo analógico", pues necesitarán material local para "hablar de sus problemas y sus vidas".
Welsh, cuya obra se ha caracterizado por una fuerte presencia del escocés, utilizó muchos personajes de Trainspotting en otras novelas, por ejemplo Acid House y Pesadillas del Marabú. Trainspotting fue el libro que lo llevó a la fama, en sus páginas refleja el mundo de un grupo de yonquis en la ciudad de Edimburgo primero y luego en Londres. El protagonista, Renton, rechaza la sociedad burguesa tradicional y es en principio amoral, pero su amarga experiencia con la droga y las historias paralelas de sus amigos le hacen evolucionar con lucidez hasta asumir para salvarse de la autodestrucción aquellos valores burgueses que antes rechazaba y al final de la obra rompe con el grupo.
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