Este miércoles 25 de febrero comienza la Feria ARCO 2015, que en esta edición tiene como país invitado a Colombia. En esta trigésima cuarta edición participan 218 galerías de 29 países diferentes. El programa paralelo que ha organizado el país sudamericano en Madrid reúne dos grandes proyectos: Focus Colombia y Colombia en Madrid. El primero de ellos, coordinado por María Wills y Jaime Cerón, reúne doce muestras de artistas, individuales y colectivas, que giran en torno a la relación entre el arte y la naturaleza y el enlace entre la subjetividad y la historia.
Entre ellas destaca Tejedores de agua: El río en la cultura visual y material contemporánea en Colombia (Waterweavers), comisariada por José Roca. Textiles, cerámicas, diseño gráfico, mobiliario, vídeo e instalaciones, tratan un tema crucial en los conflictos sociales, políticos y ecológicos que tienen lugar en Colombia: el río que ha unido y separado las comunidades de este país.
Atramentos es el título de la muestra dedicada a Óscar Muñoz, uno de los artistas colombianos más reconocidos por la poética de sus obras, y por la sofisticación técnica de sus procesos. Se trata de una nueva reflexión sobre la memoria, esta vez, a partir de la tensión entre la palabra y la imagen impresas, cargadas de significados.
Pionero del arte conceptual en Colombia, Antonio Caro presenta en Espazio Trapézio Todo está muy caro: declaraciones de mercado, muestra que se relaciona con el mercado municipal de San Antóndonde se ubica este espacio. El recorrido incluye obras muy conocidas junto a una pieza histórica que no se ha exhibido nunca: "Los precios subieron del 1 de enero al 1 de julio".
La Casa Museo Lope de Vega exhibe en Desnaturalización las intervenciones de Adrián Gaitán y de Carlos Bonil, mientras que la Casa Encendida dedica una exposición antológica a la obra de José Antonio Suárez Londoño, formada principalmente por grabados y dibujos.
Casa de América, el Instituto Cervantes, el Museo Nacional de Artes Decorativas, Centrocentro Cibeles, el Centro de Arte Dos de Mayo, el Museo Reina Sofía y Matadero Madrid contribuirán también a mostrar las propuestas más novedosas de los artistas colombianos. Uno de los proyectos más atractivos se presenta en Matadero.
Se trata de un homenaje interactivo al autor de Cien años de soledad, con una exposición llamada Travesía por los estados de la palabra, un recorrido por las obras del escritor colombiano en los que se refleja la unión de ambos países por medio de los mares que tanto nombra el maestro en sus obras. Incluida en el programa Colombia en Madrid, destaca la exposición que el Centro Cultural Daoiz y Velarde dedicará a Óscar Murillo, actualmente uno de los artistas colombianos más reconocidos con obras cuyos precios se han disparado.
Su presencia en Madrid se centrará en la exposición De marcha ¿una rumba?. No, sólo un desfile con ética y estética, con la que pretende trazar un punto de encuentro entre situaciones geopolíticas y culturales diferentes, como Madrid y La Paila, su ciudad de nacimiento, buscando la interacción del espacio urbano europeo con la zona rural colombiana.
Sus creaciones, formadas por pinturas, collages, performances e instalaciones, muestran su rechazo al concepto de forma y a los supuestos maniqueos que construyen las reglas del arte, la geopolítica y la economía.
En Tabacalera Promoción del Arte, las obras de Acorazado patacón se yuxtaponen y suceden unas a otras y ofrecen una panorámica del arte colombiano que, sin ser completa, habla de unos procesos e intereses propios de la práctica artística en este país. Las cerámicas de Natalia Castañeda; las intervenciones atípicas de Alejandro Mancera; las frágiles y rotundas instalaciones de José Olano o las aparatosas bolsas de basura escondidas de Adriana Martínez sirven de introducción a obras de Herlyng Ferla, Elkin Calderón, Milena Bonilla, Bernardo Ortiz, Adrián Gaitán, Felipe Arturo, Carlos Castro y Éricka Flórez.
En Caixa Fórum, la artista María José Arjona realizará la performance Construcción de un tiempo en la que plantea el transcurrir del tiempo como una línea. Su acción se desarrolla en recoger, trasladar y depositar arena con las manos de un lugar a otro. Una icónica obra de Doris Salcedo de 1988-1990 se exhibirá a partir del día 24 en el Museo Thyssen-Bornemisza. La pieza ha sido cedida por el Banco de la República de Colombia que también ha prestado para su exhibición en el Museo del Prado la custodia del siglo XVIII conocida por "La Lechuga" por sus 1.485 esmeraldas.
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