Cultura

El museo del Prado recupera uno de los maestros del Renacimiento español: el Divino Morales

El recorrido incluye 19 obras pertenecientes a la colección del museo del Prado, entre las que se incluyen El Calvario y La Resurrección, ambas donadas por Plácido Arango. A estas de unen 35 procedentes de museos nacionales e internacionales, coleccionistas privados e instituciones religiosas.

Su repertorio religioso le valió el apodo de "El Divino" y sólo El Greco lo superó en popularidad durante el Renacimiento español. Ahora el Museo del Prado trata de colocar al pintor extremeño Luis Morales en el lugar histórico que merece con una exposición que este jueves sus puertas al público. Se trata de El Divino Morales, una muestra que pretende dar testimonio del trabajo y la figura del pintor renacentista un siglo después de que el Museo del Prado presentara en sus salas la primera exposición monográfica dedicada al artista y comisariada por Letizia Ruiz.

El recorrido incluye 19 obras pertenecientes a la colección del museo del Prado y 35 procedentes de museos nacionales e internacionales.

Aunque las creaciones más representativas de Morales conocieron una amplia difusión gracias a la existencia de un taller propio y a las repeticiones debidas a otros pintores y seguidores, esta muestra reúne una estudiada selección solo de aquellas obras que responden a los verdaderos estándares de calidad de la extraordinaria técnica pictórica empleada por Morales y en la que se incluye una escultura de Alonso Berruguete, procedente del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, vinculada estrechamente a la temática pasionista de Morales tanto por la espiritualidad que refleja como por los valores escultóricos que se aprecian en la pintura del maestro extremeño.

El recorrido incluye 19 obras pertenecientes a la colección del museo del Prado, entre las que se incluyen El Calvario y La Resurrección, ambas donadas por Plácido Arango. A estas de unen 35 procedentes de museos nacionales e internacionales, coleccionistas privados e instituciones religiosas como la Virgen del pajarito de la parroquia de San Agustín de Madrid, la Virgen con el Niño y san Juanito, de la Catedral Nueva de Salamanca o el Ecce Homo del Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa, recientemente restaurado en los talleres del Prado. Las pinturas de pasión y redención que contribuyeron a esa "leyenda negra" son aquí un apartado más de un recorrido en el que brillan obras maestras como La Virgen de la Leche, de los fondos del Prado, o Cristo Varón de Dolores, procedente del Instituto de las Artes de Minneapolis.

El desagravio a la obra de Morales

De la biografía del Divino Morales son muy los pocos datos ciertos se conocen. Se sabe que nació en 1510 o 1511 y murió en torno a 1586. Trabajó en Plasencia y Badajoz, aislado de los grandes centros de producción, y pese a ello, conoció las grandes tendencias del arte renacentista europeo y las destiló con personalidad propia. Según ha explicado a la prensa la comisaria de la muestra, Morales destacó por su "técnica extraordinaria y virtuosismo", frente a las "imágenes patéticas y lamentables" que se han divulgado durante años en copias que no hacían justicia al autor, el cual manejó tanto el retablo como la pintura de pequeño formato.

Esta última es la que le granjeó el mayor éxito comercial en su época, piezas de devoción hechas por encargo, especialmente distintas representaciones de la Virgen con el niño, como la majestuosa "Virgen del pajarito" que abre el recorrido. En ellas se observa el conocimiento de Morales de la obra de Durero o Rafael, y la aplicación de la técnica del "sfumato".

Tras su exhibición en el Prado, donde permanecerá hasta el 10 de enero de 2016, viajará al Museo de Bellas Artes de Bilbao y el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

La primera sala de la exposición, dominada por una atmósfera de quietud, está dedicada a las creaciones iconográficas más conocidas del pintor. Además de las mencionadas, destacan un Ecce Homo y una "Dolorosa" del Prado, junto a una Piedad procedente de Polán (Toledo). A un segundo apartado dedicado a la Virgen y al niño le suceden una sala centrada en imágenes de pasión y una más sobre retablos, en la que se incluyen dos cuadros cedidos recientemente por Plácido Arango y que se exponen por primera vez en el Prado, El Calvario y La Resurrección.

Morales, ayudado por su taller, pintó al menos una veintena de retablos a lo largo de su vida, aunque la mayoría han sido víctimas de la destrucción o la dispersión, ha recordado Ruiz.El cierre lo pone San Juan de Ribera, obispo de la diócesis de Badajoz, de quien Morales llegó a ser pintor de cámara. La obra fundamental de esta sección es "El juicio del alma de San Juan de Ribera", procedente del Museo del Patriarca de Valencia. Tras su exhibición en el Prado, donde permanecerá hasta el 10 de enero de 2016, viajará al Museo de Bellas Artes de Bilbao (9 febrero a 16 de mayo de 2016) y al Museo de Nacional de Arte de Cataluña (16 de junio a 25 de septiembre). La muestra cuenta con el patrocinio de la Fundación BBVA.

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