"Madrid tiene abriles exquisitos y un sin par museo", escribió en 1922 Eugenio D'Ors en las páginas de su guía Tres horas en el Museo del Prado. Originalmente concebido como Gabinete de Ciencias Naturales por orden de Carlos III, el edificio diseñado por Juan de Villanueva –que se utilizó durante la guerra de independencia como cuartel de caballería de las tropas francesas en Madrid- fue convertido por Fernando VII en el Real Museo de Pinturas y Esculturas, que finalmente adquirió el nombre de Museo Nacional del Prado -por su ubicación en el Prado de los Jerónimos, junto al Monasterio de San Jerónimo el Real-. Abrió sus puertas al público el 19 de noviembre de 1819. Hace ya 195 años.
La celebración de casi dos siglos de actividad ocurre en días difíciles para la pinacoteca. A pesar de haber entrado este martes en la lista en previa para su declaración definitiva como Patrimonio Mundial de la Unesco, estos no son los mejores tiempos para el museo, que registra desde 2012 unas pérdidas acumuladas de más de siete millones de euros, siendo las cuentas del 2013 las más dramáticas.
El Prado multiplicó por seis sus pérdidas: de 1,1 millones de euros en 2012 a 6,09 millones en 2013
En un año, el Prado multiplicó por seis sus pérdidas, que alcanzaron la cifra total de 6,09 millones de euros con respecto a los 1,1 de 2012. No fue una cuesta abajo, sino un desplome casi vertical: de los 44,7 millones de euros con los que contó el museo en 2012 pasó a 38,4 millones, 25% menos. La caída ingresos, además, pasó de 39,91 millones a 33,7 en 2013.
Y aunque la previsión de los responsables de la pinacoteca apuntan a que las cuentas aumentaran año tras año hasta alcanzar los 41,1 millones en 2016, semejante objetivo luce irrealizable, por mucho que se haya puesto en marcha una ley reguladora que le permite al Prado, entre otras cosas, ampliar su capacidad de autofinanciación. El plan previsto, según ha asegurado su director Miguel Zugaza, es aumentar los ingresos privados, de modo que lleguen a representen el 70% del total del presupuesto en 2016. El asunto pinta más que complicado: el patrocinio ha caído un 26%, además de una reducción de casi el 7% en lo que a taquilla se refiere.
Cumpleaños… ¿feliz?
Abierta la batalla con Patrimonio Nacional, que reclama para la próxima apertura del museo de Colecciones Reales obras como El jardín de las Delicias y La mesa de los siete pecados capitales –ambas de El Bosco-; El Lavatorio de Tintoretto y El descendimiento de la cruz, de Roger Van der Weyden, la realidad es que el Prado es, a día de hoy, el depositario de casi 8.000 pinturas, más de 6.500 dibujos, 3.000 grabados y casi 2.800 piezas de artes decorativas.
La colección del museo tiene su germen en las llamadas Colecciones Reales –de ahí la solicitud de Patrimonio Nacional- . Es decir, muchas piezas del museo provienen de los Reales Sitios y se nutren de la amplia selección de obras adquiridas por los monarcas españoles desde el siglo XVI bajo los auspicios del emperador Carlos V hasta las aportaciones de los Austrias y los Borbones.
También forman parte de los fondos del Prado las donaciones hechas por distintas instituciones y patronos. Desde Las Pinturas Negras de Goya que llegaron al Museo gracias a la donación del Barón Emile d’Erlanger en el siglo XIX hasta la más reciente, en 2013, cuando José Luis Varez Fisa donó 12 obras de los siglos XIII al XV, desde el románico hasta el renacimiento, valoradas en 25 millones de euros.
Patrimonio Nacional ha reclamado al museo del Prado la devolución a Colecciones Reales de cuatro obras
En las salas del Prado –que con la ampliación a cargo del arquitecto Rafael Moneo duplicó su espacio expositivo gracias a la construcción del edificio de nueva planta sobre el Claustro de los Jerónimos- se exhiben los principales maestros europeos del siglo XV al XIX: El caballero de la mano en el pecho, de El Greco; El tránsito de la Virgen, de Mantegna; La Sagrada Familia conocida como La Perla, de Rafael; Carlos V en Mühlberg, de Tiziano; el Autorretrato de Durero; Las tres Gracias, de Rubens o La familia de Carlos IV, de Goya, así como Las Meninas de Velázquez, uno de los iconos del maestro sevillano de quien el museo posee 48 obras.
¿Está el museo en capacidad de gestionar este patrimonio? En las páginas del informe de auditoría del Tribunal de Cuentas publicado en julio de 2014, la pinacoteca recibió serias críticas en lo que a control interno de la gestión de los bienes artísticos respecta. Los ejemplos más claros están reflejados en la conservación y seguridad de las obras y bienes.
En el caso del estado general de conservación de los fondos, señala el informe: “A grandes rasgos puede decirse que un 55% de la colección del Museo del Prado se encuentran en óptimo o buen estado, un 25% en estado aceptable y sólo el 19,5% restante, en un estado regular o discreto”, es decir, casi la mitad de las obras que constituyen su colección no reciben la atención ni el tratamiento que merecen.
Incluso, señala el Tribunal de Cuentas que el Prado ha incumplido el código de deontología del Consejo Internacional de los Museos en materia de conservación y restauración de colecciones, al no haber elaborado en 2012 un informe del estado de la colección para determinar cuándo un objeto puede exigir o no un trabajo de restauración o conservación. Las deficiencias se extienden también al registro y la documentación.
Por si fuera poco, el presupuesto de seguridad del Museo del Prado se redujo un 69%
Bienes que tienen condición de bien artístico no han sido incluidos en el inventario, tal es el caso de alrededor de 500 objetos que integran el conjunto denominado Archivo y colección de obras sobre papel de la familia Madrazo, del que solo se habían inventariado 40, así como una colección de 144 postales relacionadas con el Museo del Prado, donadas en 2012.Otro punto especialmente sensible tiene que ver con la seguridad, un área tocada por las reducciones: en la partida de gastos, ésta pasó de disponer de una partida de 5.939.983,43 euros en 2012 a 1.841.273,83 euros en 2013, es decir, un 69% menos.
Capítulo aparte
Además de la carta enviada por el presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, a Miguel Zugaza, director del Prado, para solicitar la devolución a las colecciones de Patrimonio Nacional las cuatro obras antes citadas, el Prado enfrenta otro problema: la desaparición, a lo largo de la historia de casi un millar, de concretamente 885 obras. La cifra, aportada también por el informe del Tribunal de Cuentas, llegó a ser mayor hace unos años en la lista de piezas no localizadas alcanzó 926 obras, de las que fueron localizadas 41.
En alusión a este información, ampliada por El País en un reportaje publicado en verano, tanto el Museo (con un comunicado oficial) como el director del museo Miguel Zugaza (a través de una carta) sentaron posición. Zugaza aseguró: “Quisiera aclarar que la información publicada es conocida desde hace más de 30 años. La única novedad que incorpora el último informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas del año 2012 es la localización de 41 obras entre las que figuraban como no localizadas o perdidas”, dijo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación