El mercado del arte mundial lo dominan 50 casas de subastas y 650 galerías. Y a pesar de los bajones, desde 2012, la dimensión del mercado no ha parado de crecer. Justo aquel año, la casa de subastas Christie's incrementó sus ventas un 13 por ciento. Al año siguiente, en 2013, en todo el mundo, se subastaron unas 85.680 obras, es decir, un 0,7% más que el año anterior. Hoy, en 2015, una pieza de Picasso ha alcanzado cinco veces su valor respecto a 1997. ¿Burbuja a la vista? ¿Habrá que preparar las agujas?
La pieza de Picasso confirmó la burbuja: después de ser subastada en 1997 por 32 millone, alcanzó 5 veces su valor
Después del bajón de los años 2008 y 2009, el mercado internacional del arte ha experimentado un crecimiento sostenido. La mejor prueba ha sido la subasta celebrada este lunes en Nueva York por Christie´s, casa fundada en 1766 –la más poderosa junto a Sotheby’s-, cuando se vendió una obra tardía de Pablo Picasso, Les femmes d’Alger, por 179,36 millones de dólares, y una pieza de Alberto Giacometti, por 141,28 millones. Ambas se convirtieron en la pintura y la escultura más caras jamás subastadas y protagonizaron, en una dulce noche para Christie's, la subasta del año en Nueva York.
La pieza de Picasso confirmó la burbuja del arte al revalorizarse, después de ser subastada a finales de los noventa por 32 millones. La obra, realizada por el pintor español en 1955 y con unas dimensiones de 114 por 156,4 centímetros, es la culminación de una serie de 15 cuadros con los que revisó en clave cubista el cuadro del mismo título del artista francés Eugène Delacroix, que le llegó a obsesionar y en el que creía ver a la última de sus mujeres, Jacqueline Roque.
Este cuadro perteneció a la colección de Victor y Sally Ganz, que adquirió toda la serie, y ha formado parte de retrospectivas del pintor en el MoMA de Nueva York (en 1957 y 1980), en la National Gallery de Londres (en 1960) o en el Louvre de París (en 2008 y 2009). A ésta, se suma la escultura del suizo Alberto Giacometti, quien se superó a sí mismo. Su L'homme au doigt se convirtió en la escultura más cara jamás subastada al alcanzar los 141,28 millones de dólares y superar a "L'homme qui marche I", del mismo autor, que se vendió en 2010 por 104,3 millones de dólares en Londres.
En total, Looking forward to the past –ése fue el título de esta edición de la subasta de Christie’s- aportó a las arcas de la casa de subastas 705,85 millones de dólares con sólo 34 obras subastadas, entre las que destacaron Le Parlement, soleil couchant, de Claude Monet (40,48 millones), No. 36 (Black Stripe), de Mark Rothko (40,48), o el díptico Silver Liz, de Andy Warhol (28,16).
La casa de subastas Christie´s ingresó 705,85 millones de dólares con sólo 34 obras subastadas
El viejo negocio de la venta
Partamos del hecho de que las subastas son un negocio. Y como en todo intercambio, existe de antemano un acuerdo entre las partes: vendedor, casa subastadora y comprador juegan con unas normas previamente conocidas por todos. Por ejemplo, las pujas mínimas por un lote están fijadas por la casa. A esto se le conoce como precio base, que se extrae al promediar el precio de la obra en taller con el precio de mercado. Este último varía según el lugar. Por ejemplo, después de la retrospectiva de Antonio López en Madrid, su valor se disparó en España mientras se mantuvo discreto, casi invisible, en el circuito de Nueva York y Londres.
A esos acuerdos básicos se suman los tácitos, entre ellos, la intención de compra. De acuerdo con el anuario publicado en 2011, Artprice, uno de los más respetados en la esfera internacional, el índice de confianza en la intención de compra se ubicaba cerca del 70%. Todo indicaba que el mercado refugio que viene gestándose desde 2008 permanecería vigente. Hoy, las previsiones se disparan. Sin embargo, ¿fue siempre así?
Hemeroteca burbujeante
Si bien es cierto que siempre se ha sabido de los pactos de precios previos a las subastas, no fue hasta 2004 cuando las casas tuvieron que contener sus agallas –que son grandes, sin duda-. Ese año ocurrió un escándalo para el mundo del arte. John J. Greene, fiscal del Departamento de Justicia de Estados Unidos, investigó a Christie’s y a Sotheby’s por prácticas fraudulentas. Christie’s se puso a salvo. No así Sotheby’s. De hecho, su responsable, el multimillonario Albert Taubman, fue a la cárcel.
Sotheby's gestiona cerca del 25% de los compradores árabes que integran la lista de los 100 mayores coleccionistas
El escándalo, sin embargo, no tuvo un efecto muy duradero en ninguna de las dos casas de subastas. Siguen siendo el destino elegido por los ricos y famosos para comprar y vender. Christie's lo ha subastado todo, por ejemplo: las posesiones de Doris Duke, la última millonaria del tabaco. Sotheby's tampoco: ésta gestiona cerca del 25% de los compradores árabes que integran la lista de los 100 mayores coleccionistas que publica la revista británica Art News.
Todos estos hechos han hecho que, al menos las últimas dos décadas, el mercado del arte revelara y comenzara a hacer públicas muchas de sus estrategias. De ahí, justamente, la hiper-mediatización que rodea estos eventos, sometiéndolos a una variable más que las hace más vulnerables y proclives a estos picos.
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