Se dio a conocer en 2012, cuando dibujó a Pinocho con una erección. Y ahora ha vuelto. Se trata del artista mexicano José Rodolfo Loaiza Ontiveros, quien ha decidido dinamitar el universo de Walt Disney en la muestra Profanity Pop, una exhibición que se expone en la galería californiana La luz de Jesús y que retoma el espíritu de la primera, Disenchanted, una serie de dibujos que hicieron añicos la empalagosa magia del emporio de los dibujos animados y los cuentos de hadas.
Una Blancanieves obesa que se hace selfies; un aquelarre de damiselas –desde La Bella durmiente hasta Jazmine- que se juntan a beber hasta perder la conciencia y se prodigan potentes besos lésbicos; e incluso hasta los príncipes azules unidos en matrimonio por el Papa Francisco, esta última una potente imagen que Ontiveros titula con la frase ¿Quién soy yo para juzgarlos?, en alusión a las declaraciones dadas por el cabeza del Vaticano acerca de la necesidad de sincerar el debate sobre la unión entre personas de un mismo sexo.
Ni final feliz ni fueron felices y comieron perdices. A partir de la parodia y la descontextualización de las figuras emblemáticas del imaginario pastelero que sostiene a la compañía desde hace un siglo, José Rodolfo Loaiza Ontiveros recrea temas que atraviesan la religión, la denuncia a la moral conservadora y la imposición de patrones falsos que sus personajes han encarnado para miles y miles de espectadores; y lo hace justamente a través de reelaboraciones donde el exceso es la principal arma de su discurso. Además de Profanity Pop y Disenchanted, Ontiveros exhibió también DisHollywood, una serie en la que mostraba al Hércules de Disney inyectándose heroína o a Alicia esnifando una raya de cocaína.
Ontiveros no es el primero que utiliza los personajes de Disney como dardo de denuncias. El artista italiano Alexsandro Palombo también se la jugó en un ejercicio de realidad y mostró a las princesas de los cuentos de hadas como seres reales. Las retrató con una discapacidad bajo el rótulo ¿Te gustamos todavía? Blanca Nieves, La Sirenita, Mulan, Pocahontas o La Bella Durmiente se mostraron más humanas, más reales. "¿Alguna vez has visto a un protagonista con discapacidad en una película de Disney", se pregunta en su blog, Humor Chic. "¡Seguro que no porque la discapacidad no coincide con los estándares de Disney!". En otra serie mostró a muchas de las protagonistas de los cuentos de hadas apaleadas por los príncipes azules para denunciar la violencia de género.
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