La Comisión de Cultura del Congreso ha aprobado este miércoles el proyecto de Ley Reguladora de la Biblioteca Nacional de España (BNE), con la que se pretende dotar de autonomía a la institución, tal y como ya se hizo con el Museo Nacional del Prado o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS). La aprobación salió adelante con el apoyo de PP, PSOE, CiU, PNV y la abstención de UPyD e Izquierda Plural. La Comisión ha aprobado por unanimidad una enmienda transaccional suscrita por todos los grupos que modifica el artículo tres de la norma para que se incluya la alusión explícita al patrimonio generado por las "diferentes culturas" del Estado Español.
Adicionalmente, en este artículo se incluye la propuesta de UPyD e Izquierda Plural de añadir la función de "participar activamente en foros, federaciones, fundaciones, colegios, asociaciones y otras organizaciones profesionales, así como en programas y proyectos, tanto de ámbito nacional como internacional fundamentalmente aquellos de ámbito europeo e iberoamericano". Se han aprobado también cuatro enmiendas transaccionales presentadas por CiU: dos relativas a la exposición de motivos; una a la disposición adicional única, referente a la utilización de las distintas lenguas del Estado; y otra referente a la accesibilidad de las personas con discapacidad, por la que se establece que las instalaciones y los servicios prestados por la BNE serán accesibles a estos ciudadanos.
La norma, que seguirá su curso hasta el Senado, devuelve a la BNE el estatus de dirección general.
La norma, que seguirá su curso hasta el Senado, regulará el funcionamiento de la Biblioteca Nacional, que custodia y da acceso a cerca de 30 millones de documentos, "devuelve a la institución el estatus de dirección general” que había tenido hasta mayo de 2010, y además mantiene su carácter de organismo autónomo adscrito al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
En cuanto a sus órganos de gobierno, el Real Patronato pasa a ser el órgano rector colegiado con implicación directa en el establecimiento de directrices y actuaciones de la Biblioteca Nacional, así como una labor activa en la captación de recursos propios y de patrocinio. Hasta ahora concebido como un órgano consultivo sin funciones rectoras, pasa a tener una implicación directa en el establecimiento de las directrices y actuaciones de la Biblioteca.
En el régimen de ingresos, la Biblioteca podrá incluir los provenientes de actividades propias y de la cesión de espacios, contemplando como tipos de ingresos los derivados de los precios públicos, las tasas y los ingresos de derecho privado, es decir, aquellos que perciba la institución por la prestación de servicios o la realización de actividades que, de acuerdo con la Ley, no tengan naturaleza tributaria, no constituyan precios públicos y no deriven del ejercicio de potestades administrativas.
La Biblioteca podrá incluir entre sus ingresos los que provengan de actividades propias.
Asimismo, y de acuerdo con el texto, la Biblioteca Nacional de España podrá participar en sociedades o fundaciones cuyo objeto sea acorde con sus fines. Se prevé además la creación de un Comité Científico con funciones consultivas, que asesorará en la participación de programas y proyectos de investigación nacionales e internacionales, así como en todos aquellos aspectos relacionados con la generación de contenidos y con proyectos de desarrollo e innovación tecnológica que procuren un mayor conocimiento de las colecciones de la Biblioteca Nacional de España.
Cuando urge el patrocinio
En el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado de 2015, mientras instituciones como el Prado y el Reina Sofía aumentaron entre dos y tres millones sus presupuestos, la Biblioteca Nacional de España (BNE) pasó de 29,37 a 29,26 millones de euros; el tercer año consecutivo de caída. Más del 80% de los ingresos de la institución proviene del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, lo cual explica descalabro de las cuentas en los últimos tres años.
La Biblioteca Nacional de España multiplicó por siete sus pérdidas en 2013: 3, 5 millones de euros de resultado patrimonial negativo frente al medio millón de pérdidas en el ejercicio 2012 (557.745 euros en pérdidas). Estos números resultan mucho más alarmantes al comprobar que apenas en 2011, la institución había alcanzado beneficios de 3,1 millones de euros. ¿Qué ocurrió de 2011 a 2012? Pues lo que a la mayoría de las instituciones culturales españolas: la disminución de aportes que el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes asigna.
La Biblioteca Nacional de España multiplicó por siete sus pérdidas en 2013.
Esa es una de las razones de mayor peso al momento de poner en marcha esta ley. De aquellos polvos vienen estos lodos. Para el año 2012, el presupuesto de la Secretaría de Estado de Cultura fue de 897,52 millones de euros, 25% menos que el año anterior.
El patrocinio, en ese caso, no sólo incluiría financiación, sino también donaciones para ampliar el patrimonio de la institución. La Biblioteca Nacional cuenta con aproximadamente 500.000 metros lineales de estanterías que contienen 15,3 millones de libros, 50.000 manuscritos, 157.000 periódicos y revistas, 3,7 millones de documentos gráficos y cartográficos, 210.000 partituras, 425.000 registros sonoros y 125.000 grabaciones en vídeo y DVD.
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