Ian Gibson, el irlandés más andaluz sobre la faz de la tierra y reputado hispanista, ha completado su estudio biográfico a la Santísima Trinidad del surrealismo español. A sus exhaustivas investigaciones sobre Salvador Dalí y Antonio Machado suma ahora al cineasta Luis Buñuel, a quien dedica un volumen completo editado recientemente por Aguilar. En sus páginas, Gibson disipa cualquier duda: Buñuel fue militante del Partido Comunista Español y no sólo eso, sirvió también de enlace con los comunistas franceses.
Con el título Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal (1900-1938), Gibson retrata el perfil del cineasta aragonés, a quien describe como un fabulador, alguien que nunca desveló "su verdad interior", ni siquiera en sus memorias y mucho menos en las entrevistas. La verdad, sin embargo, todo sea dicho, está en sus películas, a las que Ginson ha dedicado -entre otras fuentes- siete años de estudio e investigación.
El dinero. Ese había sido el motivo que había limitado sus pesquisas sobre un personaje que Ian Gibson tenía, desde hace años, entre ceja y ceja. Esa misma razón es la que justifica, también, por qué el volumen sobre Luis Buñuel, de casi mil páginas, se centra sólo en los primeros 38 años de su trayectoria, hasta el segundo viaje a Hollywood.
A lo largo del libro, Gibson describe los primeros años de Buñuel en Calanda y Zaragoza, su definitivo paso por la Residencia de Estudiantes, el descubrimiento de su vocación cinéfila en París, sus primeras y radicales películas con Dalí (Un perro andaluz y La edad de oro), su militancia comunista y sus trabajos de espionaje. Aunque la inventiva y deliberada socarronería de Buñuel –que podía opinar dos cosas radicalmente sobre un mismo tema- hicieron difícil seguir el rastro del cineasta, Gibson no se echó para atrás.
En su investigación, Ian Gibson consiguió datos biográficos a su juicio reveladores: "Uno de los descubrimientos más escalofriantes fue la parroquia de Santa Engracia, a la que iba de niño con su familia. Desde su nacimiento, Buñuel está saturado de catolicismo, primero con los corazonistas, que le enseñan francés, luego con los jesuitas, y la madre, que era muy católica", declaró el escritor e historiador a la prensa este lunes.
"Buñuel fue un militante disfrazado del PCE de España, pero también actuó como enlace con el Partido Comunista francés, siempre de manera encubierta".
Acerca de la polémica militancia de Luis Buñuel en el Partido Comunista –que el cineasta siempre negó-, Ian Gibson asegura en este libro que está más que demostrada. "Fue un militante disfrazado del PCE de España, pero también actuó como enlace con el Partido Comunista francés, siempre de manera encubierta", afirma Gibson. "Desde niño le gustaba disfrazarse, sobre todo de cura: es un hombre con disfraz", añade.
¿Por qué tanto empeño en ocultar su militancia? Esta es una pregunta que muchos se han hecho a lo largo de los años. "Quizá porque era estalinista. Llegó a decir que la dictadura era la única forma de gobernar un pueblo y nunca admitió la hecatombe de Stalin, los millones de gente sacrificada en aras de un ideal. Tal vez sintió vergüenza", justifica Gibson, quien considera que, menos esclarecidos todavía, permanecen otros misterios, como el detalle de sus trabajos de espionaje en París, en los primeros años de la Guerra Civil española.
En cuanto a una posible segunda entrega de la biografía de Buñuel, de momento no parece muy probable. "A no ser que aparezca un multimillonario mexicano y me diga, 'niño te resuelvo todo el tema de la investigación durante cuatro años'; si aparece ese multimillonario, lo haría, pero como creo que no va a aparecer, con esto cierro la puerta biográfica y vuelvo a la novela", dice, jocoso –pero no inocentón- Ian Gibson.
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Por Lorca vino a España y por Lorca se quedó. Ian Gibson, quien durante muchos años ha vivido en Granada, se nacionalizó español en 1984. Ha hecho de España su pasión hasta convertirse en uno de los hispanistas más conocidos junto a autores como Paul Preston y Hugh Thomas. Recientemente, hizo una pausa en sus investigaciones sobre la Segunda República y el siglo XX español para mirar en el siglo XIX. Lo hizo con La berlina de Prim, una novela sobre el asesinato del general Juan Prim i Prats, presidente del Poder Ejecutivo de España, asesinado el 27 de diciembre de 1870 en la calle del Turco de Madrid, hoy marqués de Cubas, en las cercanías del Congreso. Sin embargo Gibson, reputado biógrafo también de Salvador Dalí y Antonio Machado, se centra nuevamente en la investigación biográfica con este volumen.
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