El español es cada vez más estudiado en el mundo, lo que ha hecho que se incremente el turismo idiomático, y gana importancia en las relaciones y el comercio internacionales, así como en la transmisión de cultura de calidad, lo que genera un creciente "retorno económico" al país. Así lo ha destacado en una entrevista el secretario general del Instituto Cervantes, Rafael Rodríguez-Ponga, que cumple ahora tres años en una institución que contribuye a ese mayor prestigio internacional gracias a la difusión de la lengua y la cultura españolas, labor de la que se cumplirán 25 años en 2016.
Mientras que en 1993 el Cervantes registraba 17.000 matrículas para aprender español, en 2013 fueron 237.000, destaca Rodríguez-Ponga, quien apunta también que en una década 30 millones de personas lo hablarán como segunda lengua en Brasil, según datos de su Gobierno. Se calcula que unos 20 millones de alumnos estudian español en todo el mundo. "Es una tendencia imparable. Es un reto para nosotros como España y como institución", afirma, porque "más allá de una cuestión de orgullo o numérica, el hecho de que el español sea "una lengua de comunicación universal" genera beneficios a la sociedad.
"Hay 200.000 personas que vienen cada año a España por la lengua, todo un sector de escuelas de español para extranjeros, crece el turismo cultural y ya no sólo somos un destino de sol y playa, y la difusión de la cultura española en el exterior que hace el Cervantes ayuda a internacionalizar la industria editorial, la musical, cinematográfica...", subraya. Precisamente ese análisis de nuestra lengua como generadora de riqueza cultural y económica, se analiza desde el jueves en el I Foro Internacional del Español 2015 que cuenta con el apoyo de la RAE, el Instituto Cervantes, las Universidades de Alcalá y Salamanca y la Agencia EFE.
El Cervantes se ha propuesto responder a ese aumento de la demanda de enseñanza con medidas que apuestan por las nuevas tecnologías, como la implantación de un nuevo sistema de evaluación complementario al Diploma de Español como Lengua Extranjera (DELE) -que registra 60.000 candidatos al año-, "más sencillo, más rápido y más tecnológico, porque parte se hará por ordenador". Además, se ha ampliado a cinco las convocatorias anuales para obtener la certificación en cualquiera de los seis niveles del DELE.
Rodríguez-Ponga también quiere actualizar y consolidar el Aula Virtual de Español (AVE Global) para, con sus cursos por internet, "llegar a todo el mundo". Una de las primeras medidas ha sido hacerla accesible en tabletas. "Hemos aumentado sobre todo el criterio de calidad de la acreditación del español para extranjeros con más profesores y más centros acreditados", con el objetivo prioritario de "ser una referencia para el sector profesional" y de que el Cervantes "se consolide como la referencia en la materia para profesores, alumnos y traductores".
Logros conseguido pese a los recortes presupuestarios, que llevaron a los responsables de esta institución a aumentar los recursos generados hasta los 54 millones de euros para igualar la aportación estatal y a "una política general de contención del gasto" que ha permitido mantener al Cervantes en 90 ciudades de 44 países.
Su secretario general trabaja en la consolidación en los Estados Unidos con la apertura de nuevas aulas y aspira a aumentar su presencia en Asia y en el África Subsahariana. "No es posible estar en todas partes, pero aspiramos a hacerlo", ha dicho. El Cervantes celebrará su 25 aniversario coincidiendo con el cuarto centenario de la muerte de Cervantes y de Shakespeare, y lo celebrará, entre otras actividades, con el Congreso Internacional de la Lengua Española que acogerá Puerto Rico, por ser, precisamente, país bilingüe en español e inglés.
Pero antes, el próximo junio, Madrid y Alcalá de Henares serán sede de la asamblea general de la European Union National Institutes for Culture (Unic), en la que el Cervantes actuará como anfitrión de "todos los institutos de cultura hermanos de la UE" y Rodríguez-Ponga asumirá la presidencia de la asociación.