Cultura

La Fiesta del Cine vuelve con éxito... ¿por qué no bajar las entradas todo el año?

La Fiesta del Cine vuelve este 27, 28 y 29 de octubre. En esta ocasión, comienza con 1.309.879 personas acreditadas en la web. Tres días de entradas a 2,90 y larguísimas colas para entrar a salas que, justo esos días, estarían desiertas. El asunto hace reflexionar, de nuevo, a exhibidores y espectadores. Quizá justamente por eso: porque lo peor de la promoción es su éxito. ¿Debe bajar de precio la entrada?

Lo peor de la Fiesta del Cine es justamente su éxito: colas y colas de personas que acuden a las salas durante tres días motivadas por el precio de la entrada durante la promoción: 2,90 euros, la mitad del importe promedio (6,90 euros dicen algunos exhibidores, aunque el más real es 9) y la cuarta parte de la más costosa (12 euros). Los resultados saltan a la vista, casi dos millones de espectadores en las últimas tres ediciones y  1.309.879 personas acreditadas esta semana en la web. ¿Si la entrada al cine bajara permanentemente de precio mejoraría la taquilla? El sentido común convierte la sola pregunta en un ejercicio retórico, aunque algunos en el sector no lo ven tan sencillo.

Los organizadores del evento –la patronal de productores (FAPAE), Federación de Distribuidores de Cine (FEDICINE), Federación de Cines de España (FECE) y el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA)- tienen, cada uno, una posición distinta. Sobre el precio de la entrada, los exhibidores han sido muy prudentes. Si bien es cierto, en 2013, grupos como Cinesa y Yelmo lanzaron por su cuenta promociones similares -tres días a un precio especial de 3,50 euros-, no se desató entonces –ni mucho menos- una guerra de precios.

Algunos piensan que la compensación por bajar la entrada es mucho mayor que tener una sala permanentemente vacía

Algunos piensan que la compensación por bajar la entrada es mucho mayor que tener una sala permanentemente vacía. Otros aseguran, en cambio, que esa medida aceleraría la quiebra de muchos cines. La paradoja está servida: con la sala llena o vacía, se pierde dinero. La reducción del precio de la entrada –por ejemplo a la mitad, 3,50 euros- obligaría a los exhibidores a llenar la sala el doble para seguir ganando lo que ganan ahora, que es bastante poco, aseguran fuentes ligadas a FEDICINE.

“Si el año pasado se recaudaron 507 millones de euros con 77 millones de espectadores, haciendo las cuentas, sale una entrada promedio de 6,50 euros. Si bajáramos la entrada a 3 euros, necesitaríamos 170 millones de espectadores para ganar lo mismo”, explicaba Borja de Benito, de la Federación de Cines de España – FECE, la edición pasada.

El éxito de La Fiesta del Cine desata un segundo asunto, que deja en evidencia un argumento hasta ahora clave para creadores y distribuidores: ¿No era la piratería la culpable de las salas vacías? Una de las principales banderas que blanden representantes del sector –productores, exhibidores y realizadores- plantea que la descarga de películas de manera ilegal es uno de los males que azotan a la industria.

La Fiesta del Cine hace a muchos preguntarse: ¿No era la piratería la culpable de las salas vacías?

Sobre el binomio consumo-precio, salta un aspecto que a algunos irrita. Para sobrevivir habría que cartelizar los precios, ¿es eso legal? El 21% del coste de la entrada corresponde al IVA y 3% a las entidades de gestión de derechos de autor, es decir, 24% en impuestos. El resto se reparte de forma variable entre distribuidores y exhibidores: 43% para los primeros y 33% para los segundos. De ahí que buena parte de la discusión del precio pase por el acuerdo entre ambos. Los exhibidores sin embargo se muestran muy cautelosos. Fijar precios comunes es contrario a las leyes de la competencia, además: las políticas comerciales son exclusivas de cada cadena. ¿Estarían dispuestos a dar esa batalla interna y no la de un IVA menor?

Algunos consideran que se están sacando una conclusiones equivocadas de una medida que busca incentivar, no tumbar por los precios del mercado. Y mientras esa discusión prosigue, las cifras pintan su fotografía más clara: el poder adquisitivo, duramente golpeado por la crisis, ha acentuado una caída de los espectadores en España. Y aunque el sector habla de un 2014 bastante mejor con respecto a otros años, existe una tendencia negativa.  

La asistencia a los cines españoles ha registrado desde 2006 una pérdida de casi 50 millones de espectadores, según los datos del Observatorio Audiovisual Europeo, que habla de un descenso interanual del 16,1%, la mayor caída entre los principales mercados europeos. En 2005, España había sido el tercer mercado más importante de la UE, con 127,7 millones de entradas vendidas, por detrás de Francia (175,5 millones) y Reino Unido (164,7 millones). La importante caída en la asistencia a los cines españoles en 2013 hizo que también se redujeran los ingresos económicos del sector en más de 100 millones de euros (de 614,2 millones de euros en 2012 a 510,7 millones), es decir, un 16,8% menos.

Algunos consideran que se están sacando una conclusiones equivocadas de una medida que busca incentivar, no tumbar por los precios

La asistencia media en los países de la UE cayó el año pasado un 4,1% (de 947 a 908 millones de entradas), y más de dos tercios de los mercados de la UE registraron descensos en 2013, añadió el Observatorio en su estudio. Entre los grandes mercados, solo Italia arrojó un saldo positivo y pasó de 100,1 millones de entradas vendidas en 2012 a 106,7 millones en 2013, un 6,6% más, mientras que Francia (-5,3%), Reino Unido (-4%) y Alemania (-4%) registraron pérdidas. Una grandísima foto de conjunto en la que, nuevamente, la variable precio marca una diferencia.

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