Bertelsmann, el mayor grupo de comunicación europeo, ha inaugurado este miércoles con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, y de José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta, su sede representativa en Madrid: el Espacio Bertelsmann, un lugar dedicado a ser punto de encuentro entre la política, la economía, la empresa, el pensamiento, la ciencia, las artes y las letras, tal y como sus mismos responsables lo han definido. Al acto también acudieron la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle.
Lara volvió a retomar el tema de la propiedad intelectual y reveló que un grupo de editores encabezado por él mismo estuvieron en Moncloa esta semana. La vicepresidenta, en respuesta al presidente del Grupo Planeta no hizo alusión a la reunión de Moncloa, pero sí se mostró receptiva y dijo que quienes trabajan en la cultura tienen derecho a vivir de ella, por lo que el secretario de Cultura y el de Información se tienen que poner de acuerdo "sí o sí". Lara, además, se mostró satisfecho por la iniciativa de Bertelsmann al que se refirió como amigo y competidor admitiendo que "le ensanccha el mercado".
En su intervención en el acto, que se realizó en Centro Cultural del Círculo de Lectores -que ahora será sustituido por el Espacio Bertelsmann- Fernando Carro, presidente de Bertelsmann España, ha reafirmado "el compromiso" del grupo con el mercado español, que se remonta a más de 50 años. La presencia de Bertelsmann en España de forma directa o indirecta a través de diversas compañías y de la Fundación Bertelsmann “son una buena muestra de la voluntad de permanecer y crecer en el mercado español”, ha dicho Carro.
El Grupo Planeta, socio de Bertelsmann al 50% en el Círculo de lectores –con el que los alemanes se establecieron en España en 1962- añade un punto más en común con el conglomerado que Lara preside. Juntos han participado también en proyectos como Booquo, la plataforma de Lectura en streaming con la que se pretende hacer frente a gigantes como Amazon o Apple, y que muchos han denominado el 'spotify' de la lectura.
Para algunas fuentes del sector, de este acto se desprende una lectura tanto empresarial como política: primero, la nueva aparición pública de dos de los grupos editoriales más potentes en España -prácticamente dominan el mercado-, y en segundo lugar, una acción visible de una dupla estratégica para una posible compra de Santillana, un tanteo que -según publicó la prensa- ya el grupo Bertelsmann ha intentado por su cuenta. Su más reciente acción: las negociaciones que se han establecido a través de Random House para la compra de Alfaguara, Suma, Taurus y Aguilar, los sellos literarios de la editorial del grupo Prisa, una operación que ha removido todo el espectro español del libro y que, según algunas informaciones, supondría una oferta de 120 millones de euros. La posible operación, sin embargo, ha sido desmentida por el Grupo Prisa, que no se plantea la venta.
Bertelsmann: estrategia expansionista
Lo dijo Fernando Carro este miércoles: Bertelsmann tiene voluntad de crecer en el mercado español. Y justamente esa palabra crecer es la clave que identifica la estrategia de Bertelsmann en los últimos meses. El conglomerado alemán, propietario de la editorial Random House, el canal de televisión RTL, el grupo G+J y la discográfica BMG, y con unos ingresos anuales en torno a los 18.000 millones de euros, ha emprendido una cruzada por hacerse con el mercado del libro a escala mundial, incluyendo los nuevos frentes abiertos con el libro electrónico. A finales de verano compró el 53% de las acciones de la editorial británica Penguin, del Grupo Pearson; y en noviembre se hizo con el 100% del accionariado de Random House Mondadori, editorial de la que desde el año 2001 poseía el 50%.
El resultado de estas operaciones refleja que Bertelsmann, erigido ya en en coloso editorial, está dispuesto a avanzar hacia países emergentes de Asia y América Latina. Así, mientras que la fusión con Penguin le garantiza un volumen de negocio de unos 3.000 millones de euros y la expansión en países como China y India, la posible compra de los sellos de Santillana le situaría en una posición privilegiada en países como México,Colombia, Argentina y Perú, bastiones editoriales de Alfaguara. De cerrarse la operación -que desde hace meses se comenta en el sector- de venta de los sellos de Santillana a Random House, el mapa editorial español quedaría concentrado en dos grandes grupos: Random House Mondadori -Bertelsmann- y Planeta.
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