Cultura

Cuánto cuestan las entradas del Teatro Real que Manuela Carmena ha declinado usar

El palco del ayuntamiento tiene seis butacas, a 203 euros cada una, y dos a 179 euros para los montajes de ópera. La Comunidad de Madrid, el Ministerio de Educación, Cultura y deportes, Casa Real y la presidencia de Gobierno también disfrutan de este tipo de localidades.

Tres temas definen la situación del Teatro Real en los últimos años: reducción de presupuesto, adelgazamiento de ingresos y caída de los abonos. Tan sólo en lo que a su aspecto más urgente respecta, los ingresos propios, han caído pronunciadamente en los últimos años, aunque el coliseo apunta un repunte. Quienes hablan del Teatro Real lo hacen con una permanente sensación de catástrofe, y no es para menos. En ese contexto la medida de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, de renunciar a las entradas de cortesía no pasa desapercibida. La pregunta es, ¿cuál es el impacto de ese gesto? ¿qué comunica? ¿cuánto cuesta? ¿sirve para algo?

El palco del ayuntamiento tiene seis butacas, a 203 euros cada una, y dos a 179 euros para los montajes de ópera

En el encuentro que celebró Carmena con el presidente y el director general del Teatro Real, Gregorio Marañón e Ignacio García-Belenguer, la alcaldesa ofreció al Teatro Real la disponibilidad del palco que el Ayuntamiento tiene asignado en virtud del convenio de colaboración existente, con el fin de que mediante esta renuncia el teatro pueda disponer de estas localidades para su venta al público, lo que se traduciría indirectamente sus ingresos.

El palco del ayuntamiento tiene seis butacas, a 203 euros cada una, y dos a 179 euros para los montajes de ópera -los precios para las de ballet y conciertos son más baratos- y estaba hasta ahora disponible para las autoridades municipales en las funciones de todas las representaciones. El propio Ayuntamiento contabilizó que la venta de las localidades de dicho palco supondrán un ingreso de 100.000 euros. Ese ha sido el gesto de Carmena de cara a la reunión de Patronato que se celebrará el próximo 29 de junio, y en el que la alcaldesa de Madrid y otro representante del ayuntamiento por ella designado, se incorporarán al Patronato de la Fundación del Teatro Real. En esa reunión ocurrirá lo mismo con las autoridades de la Comunidad de Madrid y, en el caso que hubiese cambios en el gabinete, en la representación que corresponde al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.

El Ayuntamiento de Madrid forma parte del patronato del Teatro Real y contribuye junto a la Comunidad de Madrid y al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el dinero que recibe el coliseo. En 2015 la aportación conjunta de las tres administraciones públicas a los presupuestos del Teatro Real se sitúa en 13.188.975 euros. Dentro de esa cifra global lo que concede el Ayuntamiento alcanza los de 659.296 euros, una cantidad que se ha mantenido congelada durante los dos últimos años, a casusa de los recortes en los presupuestos regionales.

Así como el Ayuntamiento dispone de una cuota de localidades, la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, la Casa Real y la Presidencia de Gobierno disponen de palcos propios. ¿Cómo se ve ‘amortizada’ la cortesía de esas entradas en otros casos? La Comunidad aporta 3.454.509 de euros al año y el Ministerio de Cultura 9.075.170 de euros. La suma representa el 30% del presupuesto total del teatro de ópera, lo que ha llevado al coliseo a ser el que menor financiación pública tiene.

Frente a esta disminución de las aportaciones públicas y de cara a la crisis económica que produjo el desplome del consumo (vamos, la taquilla), el Teatro Real puso en marcha un plan de reestructuración para que el 70% de su presupuesto proviniese de patrocinio privado e ingresos propios. Los ingresos por patrocino en 2015 alcanzan los 10.455.819 euros, procedentes de 98 empresas, una cifra que incrementó 6% este año. Sin embargo, en el caso del Real el debate viene de lejos y va más allá. En 2012, en ocasión de un debate acerca del estado de la Cultura, Albert Boadella, ex director de Els Joglar y actual director Artístico de los Teatros del Canal, aseguró: “Si no hubiera subvenciones una entrada en el Teatro Real costaría unos 1.000 euros; hay que acostumbrar a la gente a lo que cuestan los productos culturales", dijo.

"Si no hubiera subvenciones una entrada en el Teatro Real costaría unos 1.000 euros"

Desde 2009, la venta de abonos cayó un 16,8% pasando de vender 9.495.413 euros a 7.063.049. En 2014, el Tribunal de Cuentas remitió a las Cortes un informe de fiscalización en cuyas páginas detecta grandes pérdidas en las cuentas del Teatro Real durante 2012: 6.345.062,83 millones euros, un 40% más que los resultados de 2011. En el estudio remitido, se sugería a la institución adoptar "medidas urgentes", especialmente en lo relativo a grandes producciones, la mayoría de ellas deficitarias, así como en la búsqueda de nuevas formas de ingreso.

¿De dónde provienen los ingresos? Como ya se dijo, del patrocinio; el otro tanto depende de los ingresos derivados por otros usos y actividades del Teatro, como el alquiler de espacios, visitas guiadas o alquiler y venta de producciones propias, además por supuesto, de la taquilla, que según las cifras del coliseo ha aumentado un ingreso de entre el 6% y el 12%. En 2010, el patronato decidió subir 5% en el coste de una entrada, un porcentaje modesto si se toma en cuenta que el usuario sólo paga el 30% del coste real de lo que supone producir cada espectáculo.

Según el estudio Economía de las Industrias Culturales en Español coordinado por Manuel Santos Redondo, las representaciones de ópera son pocas comparadas con teatro convencional, porque el valor económico de esa actividad es muy alto, pues se trata de espectáculos muy complejos y la recaudación refleja sólo en parte ese mayor valor, pues en ese sector es muy importante el apoyo estatal y también el patrocinio privado por parte de las grandes empresas.

De hecho, en ese estudio se afirma que la recaudación de esos espectáculos ha notado menos la crisis porque la capacidad económica del público suele ser alta. Sin embargo, es cierto que la oferta se ha visto reducida y que su precio suele estar por debajo del coste del espectáculo gracias a las subvenciones y patrocinios por lo que no se llega al punto en que la demanda sea sensible a los ingresos de su público consumidor natural. Sin embargo, la pregunta que realmente queda en el aire, no es sólo el porcentaje privado o público de la subvención, sino la eficacia de un modelo en el cual el ciudadano debe o no asumir mayor peso en la cultura que consume, tal y como ocurre en los modelos anglosajones.

¿Qué ocurriría si todas las representaciones institucionales cedieran sus localidades?

Ese diagnóstico no es del todo incompatible con el del Tribunal de Cuentas, que ha detectado que la contabilidad del Teatro Real ha registrado "importantes desviaciones" en la ejecución presupuestaria, con menos ingresos de los previstos, (casi 4,5 millones en 2012), por lo que la fundación que lo gestiona debería adoptar medidas "urgentemente" porque, de no hacerlo se pone en peligro la viabilidad de la institución.

En su informes de fiscalización del ejercicio de 2012, el Tribunal de Cuentas señala que desde 2009 a 2012 los ingresos de la Fundación del Teatro Real, con sede en Madrid, fueron inferiores a los previstos en más de un millón de euros en 2009 y 2011, cifra que se elevó a los 4,5 millones de desviación en 2012, primer año de Gobierno del PP. Ante las elevadas pérdidas de 2012, último año fiscalizado, el Tribunal de Cuentas aconseja "reflexionar sobre la oportunidad de abordar óperas de gran formato en el momento actual, máxime cuando, además, está atravesando una situación económica delicada y no consigue compensar su déficit con otras obras". Queda en el aire la pregunta: qué ocurriría si todas las representaciones institucionales cedieran sus localidades. ¿Sería un impacto real o sólo un gesto?

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