El sector cultural en España, que supone un 4% del PIB y genera 600.000 empleos, ha sufrido una reducción presupuestaria de cerca del 40% en el acumulado de los últimos cuatro años. Entre los sectores más golpeados por la reducción de la dotación están el cine y el teatro, que en los últimos dos años han sufrido el cierre de compañías, cines y productoras. Sin embargo, y ante la necesidad de buscar salidas, surgen opciones alternativas de financiación que comienzan a arrojar cifras positivas.
“La financiación alternativa para el sector cultural alcanza el 20% del mercado”, comentó la semana pasada Susana Serrano, directora de Audiovisual SGR, una sociedad de garantía recíproca dedicada exclusivamente al sector cultural. Conocidas como Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), este tipo de entidades financieras tienen como objetivo en facilitar el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y mejorar, en términos generales, sus condiciones de financiación, a través de la prestación de avales ante bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito, Administraciones Públicas y clientes y proveedores. Lo que diferencia a Audiovisual SGR del resto es que es la única especializada en iniciativas culturales.
Durante intervención durante el encuentro de gestores culturales Publica 14, organizado por La Fábrica, Serrano ofreció unas cifras bastante atractivas. Desde su creación en 2005 por parte del Ministerio de Cultura y EGEDA (Producciones Audiovisuales Entidad de Gestión) , Audiovisual SGR ha aprobado 536 operaciones por un total de 143 millones de euros, lo que ha favorecido una inversión de 475 millones de euros y ha generado 9.000 empleos. Mediante esta fórmula se han financiado cerca de una decena de películas: No habrá paz para los malvados, La voz dormida o Blackthorn.
"Los bancos se han dado cuenta de que el negocio cultural puede ser rentable si se entiende bien”.
“Uno de los aspectos que distingue el tipo de financiación, es que la SGR no concede créditos sino los avales y garantías que habitualmente exigen las entidades de crédito para conceder préstamos. El objeto fundamental es avalar a las pymes del sector cultural ante entidades financieras para que puedan conseguir financiación adecuada a sus necesidades y además más barata que si se dirigieran por sí solas a los bancos”, explicó Serrano.
Los requisitos exigidos a las compañías para tener acceso a esta SGR son contar con una plantilla inferior a 250 trabajadores; una cifra de negocio inferior a 40 millones de euros o balance general anual no superior a 27 millones de euros; y no estar participada en un 25 por ciento. Aquellas que cumplan estas condiciones podrán acceder a un crédito en condiciones preferentes.
“La situación financiera ha complicado mucho el acceso al crédito de la pymes, pero el aval de la SGR tiene dos grandes ventajas para los bancos”, explica Serrano. “Por un lado, esas operaciones no las tienen que provisionar, y por otro, consumen muchos menos recursos propios de su coeficiente de solvencia. Además, se ahorran los gastos de estudio y los gastos de morosidad, porque si la empresa deja de pagar ellos saben que la garantía es líquida al primer requerimiento. Los bancos se han dado cuenta de que el negocio cultural puede ser rentable si se entiende bien ”.
Según explicó la propia directora de Audiovisual SGR, el nivel de morosidad alcanza el 3%, más de diez puntos por debajo de la tasa nacional. "Eso demuestra que cuando se analizan bien los proyectos y se plantean de una manera adecua da, el sector audiovisual y cultural en su conjunto es muy buen pagador".
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