El sector editorial puede que sea uno de los más difíciles de precisar en España. Es desigual –no es lo mismo un libro de bolsillo que uno de texto-, es opaco y está altamente concentrado (una de cada tres editoriales está vinculada a un gran grupo). A eso se suma un proceso de reconversión como modelo de negocio que afecta de manera global al sector. Buena parte de estos rasgos se han visto reflejados en el Informe de Comercio Interior del Libro de 2014, elaborado por la Federación del Gremio de Editores de España.
- Caída sostenida versus respiro sectorial. Nadie se pone de acuerdo; mientras los portavoces agremiados dicen crecimiento, la industria piensa: un respiro. ¿Se puede llamar a un 0,6 % más de ventas una recuperación? Sin duda, no. La actividad de negocio editorial en España ha descendido en torno a un 20% en los últimos cinco años. Ya en el pasado, las editoriales calcularon un descenso de negocio de entre un 10% y un 11%, al pasar la facturación de unos 2.800 millones de euros en España a unos 2.500 en 2012. La facturación total del mercado en 2014 alcanzó los 2.195,80 millones de euros, un incremento del 0,6% con respecto a 2013 que tranquiliza y esperanza a algunos. Sin embargo, y aunque podría ser una tendencia, hay factores puntuales que explican el levísimo repunte, entre ellos, el aumento de ventas de los libros de texto no universitarios ( 3,1% más) por el efecto de la renovación de los libros de texto de educación primaria para adecuarlos a la nueva legislación.
- Crisis de modelo: reconvertirse o perecer. Así como crece ese apartado, la literatura se desploma. Sufrió un descenso de las ventas del 4,6%, hasta los 447,10 millones de euros. Y qué decir del formato de bolsillo: ésta es la primera vez que la facturación de los libros de bolsillo se sitúa por debajo de la de los libros digitales, y eso que su precio medio se redujo hasta los 7,22 euros. ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Caída del consumo? ¿Menos lectura? ¿Crisis económica reflejada en el poder adquisitivo o acaso una crisis en el modelo de un sector acostumbrado a gestionarse con un método que hace aguas?
- Colocar libros en lugar de venderlos, mal asunto. Hay una palabra que sirve, sin duda, para arrojar luz al tema: la devolución. Y tiene sentido justamente porque influye en el precio de cada ejemplar, que durante el 2014 se mantuvo estable en los 14 euros oficiales reconocidos por el Observatorio del Libro como PVP. ¿Qué empuja un libro a subir de precio? ¿La demanda? En parte sí en parte no. De ahí que sea importante referirse al método editorial de la “colocación” de libros en las librerías y redes comerciales. No todo lo que se ofrece se factura a una editorial, sólo lo que el librero consigue vender. El resto, retorna al editor. De ahí se extrae la tasa de devolución anual, que se calcula a partir de la cifra media de devolución y de la cifra media de facturación de las editoriales que tienen devolución de libros. En 1999 fue del 20% y en 2012 se encontraba en 33%. Es decir, de los 3,95 millones de euros totales facturados, 1,33 millones se fue en devoluciones.
- Paliar la devolución con el precio, peor todavía. ¿Qué significa el anterior punto? Si el editor ha calculado mal, es porque ha impreso más libros de los que el mercado puede absorber. Tiene dos opciones: asumir pérdidas o subir el precio del libro con la intención de seguir editando la cantidad que produce para compensar. Eso es en buena medida lo que ha ocurrido y que ha sido explicado en muchas ocasiones por el asesor editorial Txetxu Barandiarán. Considerando que en España existe un precio fijo que protege a ciertos títulos, una revisión de la evolución del coste promedio de cada ejemplar muestra de qué forma este ha pasado de 11,8 euros en 2002 –manteniéndose durante seis años entre los 12 euros y los 12.75- a registrar el precio más alto incluido en los informes oficiales en 14,52 euros en 2012. La cifra total del informe correspondiente a 2014 registró un precio medio del ejemplar de 14,29 euros, (0,11 euros más que en el ejercicio anterior). Es decir, un 23% más en una década. Muchos alzan la ceja y se preguntan por qué se habla de ese precio cuando la mayoría de los libros sobrepasan los 20 euros tanto en las webs de los editores como en las librerías. Para contrastar, hemos consultado con algunos libreros, entre ellos, a los responsables de la librería aragonesa Portadores de sueños, reconocida en 2012 con el Premio Librería Cultural otorgado por CEGAL y el Ministerio de Cultura, quienes nos han aportado una referencia orientativa que sobrepasa, por dos euros, las oficiales: el precio medio del 2015 fue de 16,40; el correspondiente a 2014, 16,65; 2013, 16,45 y 2012: 16,67.
- ¿Leer a un autor o seguirlo? Uno de cada tres españoles no abre un libro jamás. Los que lo hacen, compran, como mucho, 8 al año. Y de cada diez personas que descargan libros electrónicos, sólo 4 pagan por leerlos. Los datos pertenecen al último Barómetro (enero 2015) del Centro de Investigación Sociológica (CIS) y también al informe Hábitos de Lectura y Compra de Libros realizado por la Federación de Editores. Considerando que España es, sólo por detrás del Reino Unido, el país que más novedades ofrece - 1.692 títulos nuevos por millón de habitantes- la cifra resulta poco menos que desconcertante y contradictoria. Claro: publicar no significa vender, algo que saben de sobra las editoriales, que han sufrido pérdidas acumuladas de más del 20%, a pesar de imprimir e imprimir libros para colocarlos en las librerías. ¿Si nadie lee, quién va a comprar libros? Hay sellos y grupos que parecen tenerlo muy claro. Se han dejado de rodeos y han ido al meollo del asunto. Encontraron la respuesta en la red. Y entonces pasó lo que pasó: la masacre de los youtubers; los autores más rentables del mundo. En 2014 apostó por El libro troll, el primer volumen publicado en España por un youtuber: elrubius, un chico con más de 9 millones de suscriptores, que se convirtió en poco tiempo en un auténtico fenómeno editorial: 15 ediciones y casi 100 mil ejemplares vendidos en España según Nielsen, además de 150 mil ejemplares en América Latina. El fenómeno, por supuesto, ha ido a más. Colocan en la diana la verdadera pregunta de todo esto: en papel se seguirá leyendo, sin duda. Incluso puede que se solapen los modelos y soportes. Sin embargo, una vez sustituido el patrón papel-lector por el de redes-seguidores, ¿tiene sentido ese modelo de negocio?
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación