Entre el pasado Sant Jordi y la Fiesta del Cine, a punto ya de llegar en mayo. De un lado, un sector concentrado, poco transparente y aquejado por la necesidad de una reconversión industrial. Del otro, uno que ha encajado el duro golpe del IVA del 21%, procura el entretenimiento como clave de inversión e intenta sobreponerse a la piratería. El libro versus el cine: el primero mucho menos subvencionado –pero con un IVA del 4%-; el segundo, reinventándose ante un mercado que demanda medidas competitivas frente a otras plataformas. Golpeados igualmente por la crisis, uno y otro experimentan cierto crecimiento. En menos de un año, el libro ha crecido de un 0,6% al 3% -según cifras todavía no oficiales- frente al esplendor de un sector cinematográfico que en 2014 experimentó su mejor recaudación: 130 millones de euros.
Golpeados igualmente por la crisis, uno y otro experimentan cierto crecimiento... ¿De qué tipo?
A excepción de las cifras más recientes, son ya casi 5 años de vacas flacas. Según el Observatorio del Libro, la actividad de negocio editorial en España ha descendido alrededor de un 30% en los últimos tres años; aunque de manera extraoficial hay quienes apuntan un 40%. Ya en el pasado, las editoriales calcularon un descenso de negocio de entre un 10% y un 11%, al pasar la facturación de unos 2.800 millones de euros en España a unos 2.500 en 2012. Si esas cifras se desagregan, la lectura resulta mucho más amplia. Según la FGEE, la facturación del libro digital se incrementó en España un 37,3% en 2014 hasta alcanzar los 110 millones de euros, un 37,1% más que en 2013 (80,26 millones de euros). La cifra de facturación digital representa un 5% de las ventas totales del sector.
Comparativamente, ¿cómo se sitúa el libro frente al cine? En los Presupuestos Generales del Estado de 2016, el grupo de programas de Libros, Bibliotecas y Archivos alcanzó 67,90 millones de euros, un 8,8 por ciento del total de la política cultural en España. Esa cifra ni se asoma a los 78,42 millones de 2013. Del derrumbe manifiesto a la supervivencia sin entusiasmos. A falta de conocer los datos concretos, las sensaciones con una de las jornadas editoriales más importantes, Sant Jordi, los libreros se muestran entusiastas en el cumplimiento de sus previsiones: un 1 y un 2% de aumento de las ventas de libros con respecto a 2015, cuando se vendieron 1,5 millones de ejemplares y se facturaron 20,35 millones de euros.
Eso en lo que al libro respecta. ¿Y la cinematografía? A lo largo de estos tres años, el cine ha experimentado una expansión manifiesta. La cuota por recaudación de las películas españolas, a fecha 20 de diciembre de 2015, ascendió a 18,9%, la tercera mejor obtenida después de la conseguida el pasado en 2014 (25,5%) y en 2012 (19,5%), al superar nuevamente los 100 millones de euros de recaudación. Su dinámica de subvenciones es completamente distinta a la del sector editorial, lo cual no quiere decir que –comparativamente- no goce de mayores beneficios.
El sector del cine ha experimentado un incremento del 47 por ciento respecto al año anterior, con una dotación para 2016 de 74,54 millones de euros frente a los 50,69 de 2015, mientras la partida destinada al Fondo de Protección a la Cinematografía obtuvo 60 millones de euros, un 64 por ciento más que en 2015, que alcanzó los 36,5 millones. A eso se suma un nuevo modelo de financiación amparado en la Ley de Mecenazgo incluida en la Reforma Fiscal así como líneas de crédito asociadas al ICO para productores y cineastas.
La facturación total del mercado en 2014 alcanzó los 2.195,80 millones de euros, un incremento del 0,6% con respecto a 2013. 2015 lo hizo 3%
En el sector editorial, en 2013 los sellos obtuvieron 999.774,80 euros para la edición de libros, un 50% menos que en 2012 (2.023.995,01 euros). Esta cifra supuso además un 72,4% menos que en 2011. La facturación de los libros aumentó en torno a un 3% en 2015, según las estimaciones de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), previas al análisis definitivo que presentará a finales de este semestre. La facturación total del mercado en 2014 alcanzó los 2.195,80 millones de euros, un incremento del 0,6% con respecto a 2013 que tranquilizó y esperanzó a algunos. Sin embargo, y aunque podría ser una tendencia, hay factores puntuales que explican el levísimo repunte, entre ellos, el aumento de ventas de los libros de texto no universitarios (3,1% más) por el efecto de la renovación de los libros de texto de educación primaria para adecuarlos a la nueva legislación.
La Constitución, en su artículo 3, establece que el castellano es la lengua español oficial del Estado y que las demás lenguas son también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus estatutos. Esas modalidades lingüísticas en España forman parte de un patrimonio cultural objeto de especial respeto y protección. En función de lo anterior y al amparo de este marco constitucional, el Estado consideró pertinente asignar al sector en 2016 990.000 euros para incentivar la edición -con cargo a la aplicación presupuestaria 18.13.775, del programa Promoción del libro y publicaciones culturales del presupuesto de gastos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte-.
A lo anterior, debe sumarse una cifra más. En agosto pasado, el ministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo anunció que su departamento destinaría una partida de 24 millones de euros para ayudas para la adquisición de libros de texto y materiales de enseñanza del curso escolar 2015-2016. Esto se suma a los 24 millones del proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2016. Esta partida para libros pasó de cien millones en 2012 a 20 en 2013 y 1,4 en 2014 (sólo para Ceuta y Melilla, que son competencia del Ministerio).
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