Cultura

Vuelve la anti-lista de los libros de verano

No es una enumeración. No tiene diez, ni doce, ni veinte ni veinticinco libros, tampoco es veraniega, ni hace a nadie perder peso. Esto es, a su manera, una selección arbitraria para sobrevivir al verano butano.

Con este, ya va el tercer verano que hacemos tal cosa como una anti-lista. Y decimos lo que entonces. Superventas… encontrarán los justos, y no por snobs, sino por el simple hecho de que ellos se apañan solos. Houellebecq no necesita que sigamos rizando el rizo. Tampoco hay un patrón fijo y mucho menos un número: ni diez, ni veinte, ni treinta. Que los libros, además de apilarlos y contarlos, hay que leerlos, así que hay que comenzar antes de que se nos echen encima las novedades de la rentrée, que no son pocas. Y una oleada tapará la otra.

De las novedades editoriales, las recién salidas del horno, comencemos por la obvia, la cacareada, el ‘bombazo de la semana’: Ve y pon un centinela (Harper Collins Ibérica), el inédito de la novelista estadounidense Harper Lee con el que hemos dado la brasa por activa y pasiva esta semana, entre otras cosas porque su lanzamiento global en español ocurrió este miércoles. ¿Está bien?, preguntan con insistencia los lectores tuiteros  y no tuiteros. A juzgar por la crítica británica, que adelantó las reseñas y valoraciones este lunes, hay lecturas encontradas.

Por un lado está la idea de que se trata de un manuscrito de menor valor literario con respecto a Matar a un ruiseñor, y los que consideran que políticamente es “menos correcta” que la novela de 1960. Atticus Finch, el hombre viudo, padre de dos niños (Scout y Jem) y abogado que defiende a un hombre negro acusado de violación que protagoniza Matar un ruiseñor, aparece en Ve y pon un centinela como un hombre envilecido. Finch experimenta lo que para algunos lectores ha sido una irritante y asombrosa transformación: se vuelve racista, simpatiza con el Ku Klux Klan y se opone a los intentos de la Corte Suprema de imponer derechos de igualdad y educación. Veinte años hacen de él una némesis previa.

Finch experimenta lo que para algunos lectores ha sido una irritante y asombrosa transformación

Ésta se trata también de una primera novela, es Quizás en otro lugar (1966), de Amos Oz, recientemente editada por Siruela y en cuyas páginas el autor pone la lupa en los acontecimientos cotidianos que tienen lugar en un kibutz: los pequeños dramas y las ingenuas alegrías que impulsan a la comunidad para trabajar juntos por una misma causa. Se trata de un volumen de 400 páginas de alto contenido autobiográfico. La traducción ha estado a cargo de Raquel García Lozano. También de Siruela, pero en su colección Biblioteca de ensayo, está Elogio del caminar, de David Le Breton, con traducción del francés de Hugo Castignani, un volumen que recupera el camino como tema literario, el demorado gesto del recorrido como tránsito para pensar y el existir. “El caminar es a menudo un rodeo para reencontrarse con uno mismo”.

De las novedades de primavera hay que insistir en el magnifico volumen de relatos Gracias por la compañía (Seix Barral), de Lorrie Moore, un libro en el que la escritora estadounidense levanta un imperio de miserias domésticas, urdidas con desesperación y aspereza, un universo casi en su totalidad femenino, donde reina el alcohol, la soledad, el desencanto, la devastación, los restos que dejó tras de sí la guerra de Irak... Tampoco nos cansaremos de recomendar, de Pablo Gutiérrez, Los libros repentinos, su cuarta novela y la segunda que publica con Seix Barral, una historia hermosa y potente que revela que las revoluciones, si han de comenzar, que sea leyendo. Y aunque se publicó hace yados años, siempre se está a tiempo para recuperar Intemperie, también de Seix. En sus páginas, el novelista extremeño Jesús Carrasco narra la huida de un niño a través de un país castigado por la sequía y gobernado por la violencia. La crítica lo comparó con Delibes, Hernan Rivera Letelier o José Donoso y conquistó el premio que conceden los libreros al título de 2012, dejando como finalistas al mismísimo Chirbes.

No nos cansaremos de recomendar, de Pablo Gutiérrez, Los libros repentinos, su cuarta novela y la segunda que publica con Seix Barral, una historia hermosa y potente

En el desembarco de novedades, de esas que prometen romper huesos y hacer chirriar los dientes, está la argentina Selva Almada, quien ya se presentó en España con Los ladrilleros (Lumen), una tragedia rural, una historia de amor masculina, un escenario de tierra seca y bruta en el que los Capuleto y los Montesco -en verdad los Tamai y los Miranda- despliegan un drama de seres toscos, que fabrican azulejos y libran una lucha -y una vida- a navajazos. Llega ahora con registro de no ficción. Literatura Random House publica Chicas muertas, una compilación de los casos de tres adolescentes asesinadas en los años ochenta en Argentina, que sirven a la escritora para hilvanar historias que le permiten contar de qué forma la mujer ha sido objeto de misoginia, abuso y desprecio. Aunque no supone un desembarco como tal, El viento que arrasa, una primera novela que consiguió el elogio de críticos, lectores y periodistas. Muy metida en el barro familiar, Selva Almada explota el amor travestido en agravio y el abrazo en abrasión.

Literatura Random House publica lo nuevo del escritor César Aira, uno de los autores argentinos más reconocidos en los últimos años. Se trata de El Santo, una novela que parte de la odisea de un monje que completa un largo peregrinaje hacia el corazón de África. La edición de lo último de Aira ha dado pie a una colección que reedita lo mejor de su obra: Ema, la cautiva; La mendiga; Las curas milagrosas del Doctor Aira, entre otras. También del conglomerado editorial -que no es poca la cantidad de sellos que reúne- y coincidiendo con el 80 aniversario del nacimiento de Penguin, se inaugura el sello español Penguin Clásicos, una colección que promete una selección de cuidados volúmenes dirigidos por igual a un público generalista y académico.

La mayoría de sus títulos han sido dirigidos y editados por especialistas y cubren un espectro de más de dos mil años de tradición literaria: los autores fundamentales de las letras hispánicas, los clásicos greco-latinos, el Siglo de Oro, la tradición isabelina... Este mes de junio han editado el volumen Sherlock Holmes: Novelas, que recoge los cuatro casos más largos y complejos a los que se enfrentó el detective londinense creado por Arthur Conan Doyle: Estudio en escarlata, El perro de los Baskerville, El signo de los cuatro y El valle del miedo. Se editan, además, dos volúmenes de relatos que contienen Las aventuras de Sherlock Holmes, El regreso de Sherlock Holmes y El archivo de Sherlock Holmes. Las traducciones de los tres volúmenes están a cargo de Esther Tusquets y Juan Camargo. Y, sin lugar a dudas, vale la pena buscar, además, una cuidada edición de los artículos de Mariano José Larra compilados por Juan Cano Ballesta, catedrático emérito de literatura española de la Universidad de Virginia.

Coincidiendo con el 80 aniversario del nacimiento de Penguin, se inaugura el sello español Penguin Clásicos

Siguiendo con las ediciones o las revisiones de los clásicos, aunque algunas de ellas ya han sido mencionadas en estas páginas, vale la pena recuperar dos ediciones del Quijote: la adaptación que hace Andrés Trapiello de la obra de Cervantes al castellano actual. Un Cervantes volcado en el presente, traducido e interpretado. Y, además, la impresionante edición del Instituto Cervantes dirigida por Francisco Rico, que se publica ahora en una nueva versión ampliada con textos, lecturas, ilustraciones y valoraciones críticas.

Más de un centenar de creadores han participado en esta edición, que coincide con el IV centenario del segundo tomo del clásico. Es un Quijote de 1.345 páginas con anotaciones, y 1.967 páginas de estudios, anexos e imágenes. Fruto de la colaboración de cerca de un centenar de estudiosos y escritores, bajo la dirección de Francisco Rico y en el seno del Centro para la Edición de los Clásicos Españoles, este volumen es el eje de las obras completas de Cervantes que la Academia acometió en el 2012 y confía en rematar en el 2017, cuando el Persiles y Sigismunda cumpla también cuatrocientos años.

En ensayos, biografías y crónicas hay varios libros que merecen atención. Empecemos por el más complejo y el que puede que requiera una lectura más... pausada o de picoteo, porque leerlo todo de un golpe puede resultar excesivo. El historiador británico Antony Beevor publicó hace unas semanas su más reciente ensayo. Beevor es uno de los autores que investigó, verdaderamente a fondo, los desmanes de una guerra de cuyo fin se cumple este 2015 70 años. La fecha pinta redonda y alrededor dan vueltas, licuándose hacia la muerte, historias de vencedores y vencidos. Tal y como ya hizo en Stalingrado, y a través de una exhaustiva documentación, Beevor da cuenta de lo ocurrido en Ardenas, una de las batallas más sangrientas, con la que Hitler movió ficha en la jugada final. Así lo cuenta Ardenas, 1944. La última apuesta de Hitler (Crítica), un libro que narra la ofensiva militar nazi abocada al fracaso que comenzó el sábado 16 de diciembre de 1944 en los bosques nevados ubicados entre Bélgica, Luxemburgo y una parte de Francia.

En sus páginas, retrata la iniciativa enloquecida de Hitler en el punto final de una contienda en la que todos estaban tocados. Desde el nazismo hasta unas fuerzas aliadas llenas de desencuentros. Durante los combates de Las Ardenas, las pérdidas alemanas fueron en total alrededor de 80.000. Los estadounidenses sufrieron 75.482 bajas y los británicos perdieron 1.408 hombres. Una carnicería, en toda regla. También de Crítica, y mencionado en otras ocasiones, merece la pena para estos días tranquilos Felipe IV y la España de su tiempo. El siglo de Velázquez, escrito por el hispanista francés Alain Hugon, quien hace un retrato lapidario -justamente porque huye del tópico de la decadencia- del rey Planeta. Debate, que no para de editar libros que merecen y necesitan tiempo de lectura de calidad, acaba de publicar una biografía de Marx de Francis Wheen con prólogo de César Rendueles que se enfoca en el lado más humano y explosivo del autor del Capital.

Juerguista, obsesivo con el sexo y consigo mismo, intelectualmente perezoso, el monarca tuvo sin embargo la decisión más lúcida y la que lo convirtió en una referencia en la Europa del siglo XVII: elegir a Velázquez como pintor de la corte. La vida de ambos personajes se superponen en un recorrido magnífico por la España en la que floreció el Siglo de Oro y su esplendor plástico y literario. Debate no se queda atrás con el libro escrito por el catedrático de la Universidad de Columbia Simon Schama: La historia de los judíos, monumental libro de dos tomos (el segundo está aún por ver la luz), cuya primera parte abarca desde el año 1000 antes de Cristo hasta 1492. Y como en verano abunda algo que escasea en otras épocas del año: tiempo, sugerimos retomar una especie de ensayo-manual escrito por periodista cultural y escritor Ignacio Peyró. Se trata  del volumen Pompa y circunstancia. Diccionario sentimental de la cultura inglesa (Fórcola), que recupera la curisodad enciclopédica sobre 'lo británico': desde el Aston Martin o el sándwich de pepino hasta Winston Churchill o Agatha Christie. Así, por dar un brochazo. Pero el libro es bastante más complejo que eso.

Publicado por la editorial Blackie Books, destaca un ensayo muy extraño -y quizá ahí radique su belleza- es La poesía de los números. Cómo las matemáticas iluminan mi vida. En sus páginas, el británico Daniel Tammet, quien es sinestésico -es decir, percibe los números y las palabras a través de colores, formas y texturas-, relata su relación con los números a través de un relato personal. Dividida en 25 capítulos, Tammet, quien padece el llamado síndrome del sabio, que confiere a quien lo padece una extraordinaria capacidad de cálculo y una memoria prodigiosa, relata su relación con la realidad a través de los dígitos y sus representaciones. En lo que a biografía respecta hay una pubicada por Anagrama y escrita por el joven investigador de la universidad de Virginia Cory MacLauchlin, probablemente la mejor y más hermosa biografía de un autor a quien nunca podremos agradecer lo suficiente: John Kennedy Toole, el creador de una de las novelas esenciales de la literatura norteamericana del siglo XX, La conjura de los necios. Se trata de Una mariposa en la máquina de escribir (Anagrama), un libro que lleva por subtítulo La trágica vida de John Kennedy Toole y la extraordinaria historia de La conjura de los necios. Mientras vivió, escribe su biógrafo, Kennedy Toole emocionó a sus familiares y amigos, también a sus alumnos. Por eso, si bien se quitó la vida, la historia de esa vida merece la comprensión. Algo que Cory MacLauchlin no le niega en una sola de las 400 páginas de este bellísimo libro.

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