Uno de los dictadores más sanguinarios del siglo XX sigue dando de qué hablar en el XXI. Hace apenas unos meses, saltó la polémica en el Reino Unido donde el ebook de Mi Lucha, el ideario político escrito por el líder nazi y publicado en 1925, se convirtió en el libro más vendido -costaba sólo 99 peniques-. ¿Era correcto? ¿Se trataba solo de interés histórico? ¿Qué significaba ese rebrote de interés y, sobre todo, qué hacer?
Muy conscientes de que no están dispuestas siquiera a plantear el debate, las autoridades alemanas quieren mantener la prohibición de editar en el país Mein Kampf, para lo cual deberán buscar nuevas fórmulas jurídicas después del 31 de diciembre de 2015, cuando los derechos de la obra quedarán libres.
"Todo el mundo democrático mira hacia Alemania y tenemos que respetar de manera especial los sentimientos de los supervivientes del Holocausto", ha dicho el responsable de Justicia de Baviera, Winfried Bausback, al terminar la conferencia de ministros de Justicia de los estados federados alemanes. El estado federado de Baviera es heredero de los derechos de autor de Mi lucha y lo ha utilizado para impedir la reedición y difusión del texto en Alemania.
Las autoridades alemanas no se plantean hacer una edición crítica. Han descartado la idea.
Tras el encuentro, los ministros de Justicia acordaron revisar las posibilidades jurídicas de seguir impidiendo las ediciones no comentadas de la obra en Alemania y consideran que se puede recurrir a las leyes existentes contra la incitación al odio racial. No abordaron sin embargo otra cuestión pendiente: la posibilidad de autorizar las ediciones críticas del libro, como en su día se planteó Baviera.
El director del Instituto de Historia Contemporánea (IfZ) de Múnich, Andreas Wirsching, estimó que impedir la publicación de esas ediciones críticas sería una decisión equivocada puesto que contribuirá a la mitificación del libro. Wirsching, que prepara con sus colaboradores una edición comentada, recordó además, durante un acto en Múnich, que el panfleto de Hitler, escrito en la cárcel en 1924, se puede conseguir sin problemas en varios países fuera de Alemania o a través de internet.
Impedir la publicación de esas ediciones críticas contribuiría a la mitificación del libro, dice Wirsching
La edición crítica que prepara el IfZ inicialmente fue apoyada por el gobierno bávaro, que la veía como una herramienta para hacer frente a la posible difusión de ediciones no comentadas después de 2015. No obstante, posteriormente las autoridades de este estado alemán se apartaron del proyecto que ha continuado realizando el IfZ.
En opinión de la presidenta del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Charlotte Knobloch, si es jurídicamente posible seguir evitando las ediciones no comentadas de Mein Kampf, no es necesaria la publicación de una edición crítica.
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