Después de Juan Ramón Jiménez y de Antonio Machado, solo puede estar Luis Cernuda, escribe Francisco Brines. El día 5 se cumplen 50 años de la muerte en México del autor de "La realidad y el deseo" y algunos homenajes recuerdan al poeta "que mejor escribió sobre el amor, la soledad y el sufrimiento". Así lo considera Antonio Rivera Taravillo, autor de la biografía "canónica" sobre el gran poeta sevillano de la generación del 27, con cuyo primer tomo ganó el premio Comillas. En ella deja claro que Cernuda "dotó de sentido moral a la poesía española y la hizo insobornable".
El Ateneo de Madrid rendirá este martes un homenaje a Cernuda en el que se presentará el libro Leve es la parte de la vida que como dioses rescatan los poetas (poemas para Luis Cernuda), editado por la revista Áurea. En el libro han participado Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Antonio Gamoneda, Juan Carlos Mestre, Andrés Trapiello, Luis Alberto de Cuenca, Pablo García Baena, Luis Antonio de Villena, Juan Gelman y la premio nobel Herta Müller, entre otros muchos poetas.
Además este volumen aporta un manuscrito inédito de Cernuda con los borradores del Soliloquio del farero y dibujos y fotografías inéditas suyas. También se proyectarán imágenes del autor de "Los placeres prohibidos" y se podrá escuchar su voz grabada. Los asistentes también podrán recorrer la etapa madrileña del poeta y su vinculación con el Ateneo, que solía frecuentar con Federico García Lorca y Vicente Aleixandre.
El Ateneo de Madrid rendirá este martes un homenaje a Cernuda en el que se presentará el libro Leve es la parte de la vida que como dioses rescatan los poetas.
También en Sevilla, su ciudad natal, será el día 8 escenario de la presentación del libro, con la participación más de 40 poetas. Y el día 9 se leerán poemas en las calles Acetres, frente a la casa donde nació el poeta, y Aire, en la que creció. "Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos/como nace un deseo sobre torres de espanto. Amenazadores barrotes, hiel dolorida/Noche petrificada a fuerza de puños/Ante todos, incluso el más rebelde/Apto solamente en la vida sin muros". Así escribe el poeta en uno de sus libros emblemáticos, "Los placeres prohibidos", donde habla sin tapujos de su homosexualidad.
La vida de un poeta
Cernuda nació en Sevilla el 21 de septiembre de 1902 y vivió allí hasta 1928, hijo de una familia burguesa. El 5 de noviembre de 1963 murió de un infarto en México, donde vivía desde hacía años en casa de Concha Méndez, madre de Paloma Altolaguirre, su amiga, quien le encontró tirado en el suelo, con la máquina de escribir al lado y un libro de Emilia Pardo Bazán sobre la mesa.
Su participación activa a favor de la República hizo que cuando cuando se marchó a Inglaterra para dar unas conferencias ya no pudiera volver por la victoria de los nacionales. Allí comenzaría su "destierro definitivo", con un peregrinar por Francia, Estados Unidos y finalmente México. Independiente, aliado de la soledad constante, rebelde, con dolor y con nostalgia por una España de la que se separó no solo físicamente sino "espiritualmente", escribía: "Soy español sin ganas/Que vive como puede bien lejos de su tierra/Sin pesar ni nostalgia".
"Gran amigo de Lorca, Cernuda no se llevó mal con Alberti, de quien dijo que era "el cristal capaz en un instante de romperse"
Cernuda sentía admiración por Unamuno, de quien decía que era el mejor poeta de España. Y es que en la poesía de este sevillano también están el pensamiento y la emoción, la poesía pensada: él siente el pensamiento y piensa el sentimiento que dijera Unamuno. El biógrafo Antonio Rivero Taravillo recoge unas palabras de Cernuda que dejan ver muy bien su sentir vital: "Una constante en mi vida ha sido actuar por reacción contra el medio donde me hallaba. Eso me ayudó a escapar al peligro de lo provinciano...".
Gran amigo de Lorca, Cernuda no se llevó mal con Alberti, de quien dijo que era "el cristal capaz en un instante de romperse", y siempre reprochó a Vicente Aleixandre que no hablara de su homosexualidad. Moderno, primero surrealista, luego metafísico, poeta del amor, "romántico por excelencia", admirador de Bécquer, Cernuda está enterrado en México. Cincuenta años después es una oportunidad para volver a su poesía sobre la pérdida y la soledad, la de un poeta de la otra España.(Carmen Sigüenza/EFE)
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