Puede que de los programas electorales dedicados a la cultura, este sea de los más ambiciosos: 26 páginas y más de 30 puntos… entre los generales y específicos así como aquellos planteados a corto, mediano y largo plazo. El documento toca todos los sectores –teatro, libro, museos, música, cine, participación ciudadana, patrimonio histórico- y lo hace con enjundia y detalle. Eso, claro, no lo exime de cierta y pasmosa candidez ni de un voluntarioso paternalismo e intervencionismo, por no hablar de una idea flexible del dinero necesario para financiar tal epopeya. Se trata de las propuestas culturales que acompañan la candidatura de Podemos a la Comunidad de Madrid abanderada por José Manuel López. Más que un programa autonómico parece un ensayo del todavía inexistente programa general.
Un programa enjundioso y ambicioso, aunque eso no lo exime de cierta y pasmosa candidez ni de un voluntarioso paternalismo e intervencionismo
Presentado este martes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el documento ha sido redactado y confeccionado tras una ronda de contactos con distintos representantes del sector en las diversas áreas que lo integran, desde la danza y el teatro hasta el cine, la música y la industria editorial. En su redacción han participado coreógrafos, actores, directores de cine, comisarios, editores, libreros… ¿El resultado? Una hoja de ruta ciclópea que plantea desde la creación de una Consejería propia –la actual se reparte con Educación y Deportes-, pasando por una Ley de Mecenazgo hasta la creación de un Observatorio Ciudadano de Cultura…
Según su responsables, este proyecto entiende la cultura como un elemento transversal; muy bien, que así sea… Pero, ¿es tal cosa posible?. “Este programa debe funcionar de abajo hacia arriba y de afuera hacia adentro, permeable con lo que ocurre en la calle”, como aseguró Pablo Iglesias Simón, integrante del Círculo de Cultura Podemos y asesor en lo que a artes escénicas respecta. Todo sea dicho: su aplicación se divide en medidas inmediatas, a mediano y a largo plazo. Pero que su cumplimiento no sea todo de golpe no significa que sea factible o al menos difícil, por no decir fantasioso.
Más allá de las frases de podio, de las acusaciones hacia el Partido Popular –que según Podemos pensó Madrid como un segundo Macao: todo casinos, turismo y tiendas- o el desinterés por la cultura en general… ¿Cuáles son las propuestas más complejas y decisivas del programa cultural de Podemos? ¿Son todas acertadas… acaso pertinentes? De las que dan en la diana, ¿cuántas de ellas están planteadas de manera romántica? ¿Debe regularse todo: desde el uso de los espacios culturales hasta la programación televisiva? Y, lo realmente importante, ¿son todas ellas económicamente viables? En Vozpópuli hemos hecho una lista resumida al respecto, un análisis que recoge los cinco bloques más llamativos.
¿Es económicamente viable? ¿Es un programa nacional encubierto en la jurisdicción autonómica?
- 1º. Consejería propia, leyes de Cultura y Mecenazgo, además de una BBC castiza. A falta de una normativa estatal en la materia, Podemos plantea una legislación autonómica –una Ley de la Cultura y el Espectáculo de la Comunidad de Madrid-que flexibilice la tramitación de licencias para la apertura de centros de arte, salas alternativas de cine y teatro, galerías, salas de conciertos y demás proyectos creativos… Una legislación que lo pueda todo y además consiga evitar la precariedad laboral en cada ámbito. El plural –centros de arte, galerías, salas…-es entusiasta y delata más deseo que cálculo. ¿Hay tanto dinero como para financiar tan diversos y disímiles formatos, considerando que los presupuestos para tal fin se redujeron 40% en los últimos cinco años ? ¿O es que acaso existe tanta inversión privada como para llevar a buen puerto ambos proyectos? ¿No resulta demasiado intervencionista la regulación de los espacios creativos? Pero, volviendo la financiación, aunque Podemos apueste por una política de incentivos económicos y fiscales a través de una Ley de Mecenazgo –también autonómica-, la plataforma política no descarta en absoluto las ayudas públicas para desarrollo de los proyectos en esta materia. Vuelve la duda: ¿es posible impulsar tal cosa desde el presupuesto de una Comunidad Autónoma? La creación de la Consejería de Cultura y Comunicación de la Comunidad de Madrid, que recuperaría el estatuto independiente que apenas mantuvo durante cinco años desde su creación en 1983, englobaría entonces una nueva concepción de Telemadrid, un canal que –a largo plazo- pretende situarse “a la altura de los estándares europeos en medios públicos”, con más producción propia y menos películas de vaqueros. Vamos, una BBC castiza ¿Cómo? “Desgubernaentalizando” su gestión al incrementar la participación social y profesional en su estructura. ¿Es eso suficiente para sacar a flote una televisión quebrada? Y aunque se supone que es un proyecto a largo plazo, se inscribe en este plan la futura creación de una Ley de Comunicación Audiovisual de la Comunidad de Madrid. ¿Regularlo todo?
- 2º. Incentivar, difundir y ‘desprecarizar’ la danza y el teatro. El panorama no es para nada alentador: las representaciones teatrales han bajado 27% desde 2008 y su público un 31%, además de las 100 salas de cine cerradas. Partiendo de ese punto, Podemos se plantea no sólo la recuperación, reactivación y creación de una red de salas de proyección cinematográficas –así como una distribución alternativa a la que dominan en la actualidad las majors de Hollywood-, sino que propone un tejido de exhibición audiovisual que acoja todo tipo de cine . A eso se suma la reactivación de la danza a través de la conversión de los teatros Canal, un complejo que tendrá que acoger los nuevos Centro Dramático de la Comunidad Autónoma de Madrid y el Centro Coreográfico de la Comunidad Autónoma de Madrid. En pocas palabras: el programa que Podemos plantea en lo que a artes escénicas se refiere es mucho más que ambicioso, ¡es casi irrealizable!, por todo lo que demanda: recursos económicos, gestión pública, fiscalización, mecenazgo, promoción, difusión… Se plantea una intervención activa para mejorar la estructura interna, pero se propone también –como si fuera poco- la sensibilización de un nuevo público que sustente esa red. Es decir, resolver todo a la vez: generar un producto, colocarlo, asegurarle un público y velar por un mercado profesional formado y especializado, esta última disposición queda englobada en programa de residencias de apoyo a creadores –además de la formación e inserción de los mismos-, o la recuperación de la Madrid Film Comission –desaparecida en 2014-, las ayudas a la digitalización de los cines, la descentralización de la gestión de la red de teatros, además de la limitación de externalizaciones de personal de los mismos, algo que pasa por la reforma y reactualización del Convenio Colectivo de personal de los locales de teatro. Tan sólo la última medida equivaldría a una epopeya del mecenazgo y la gestión pública.
Hay tanto dinero como para financiar tan diversos y disímiles formatos, considerando que los presupuestos para tal fin se redujeron 40% en los últimos cinco años
- 3º. Fomentar y legislar… ¡todo! Que la ciudadanía pueda acceder y propiciar la cultura es una idea tan deseable como susceptible de apoyos. Sin embargo, ¿existen mecanismos reales y efectivos para hacer tal cosa? De acuerdo con Podemos sí. Desde la creación de una Red de Laboratorios de innovación ciudadana, pasando por el diseño de ayudas e incentivos fiscales para favorecer desde la compra de obras de arte para particulares hasta la creación de un plan de sensibilización y formación de usuarios y nuevos públicos. “Son desafíos que conectan con la existencia de una ciudadanía, crítica, democrática y participativa”, asegura el documento. Para conseguir tal cosa, se plantea la creación de una Escuela de Espectadores de la Comunidad de Madrid, un proyecto que estaría impulsado por el propio gobierno regional y en la que estarían llamadas a participar instituciones públicas y privadas, asociaciones profesionales, redes comunitarias, colectivos vecinales… Paternalismos a un lado, ¿cuál sería, en ese caso, la diferencia entre intervenir y fomentar? ¿Son compatibles ambas aproximaciones? ¿tendrían que serlo? En ese larguísimo escalón de la participación ciudadana, quedan entre medias, la creación de colectivos que evalúen y estudien aspectos tan diversos como la representación cultual de temas de género hasta la investigación de las prácticas y usos culturales a través de un Observatorio Ciudadano de la Cultura. Existen, sin embargo, propuestas realistas que, de ser correctamente planteadas, podrían hacer mucho más por el consumo de cultura que cualquier incentivo público, por ejemplo los Bonos de Usos Culturales en distintas aplicaciones de modos de acceso de acuerdo a los distintos públicos.
- 4º. Contra el urbanismo a la carta: derogar la actual Ley de Patrimonio… En un programa tan intervencionista como el que intentamos resumir, puede que ésta sea la disposición realmente más necesaria de cuantas se han descrito. Aunque parcialmente anulada por el Tribunal Constitucional, Podemos propone la derogación de la Ley de Patrimonio histórico actual, lo que permitía –según esta formación política- la vigencia de la legislación anterior, que permite mayores niveles de protección frente a la desregulación e indefensión a la que han sido sometidos gran cantidad de espacios y edificios para el uso comercial de empresas y actores privados. Está prevista además, la creación de un Consejo Regional de Patrimonio Histórico en el que participarían las distintas consejerías competentes y que participarían además en la creación de Catálogos Municipales de Patrimonio. Una esquirla de este bloque del programa pone en el disparadero a más de una institución, desde empresas privadas hasta la mismísima iglesia: se trata de la revisión, anulación o reversión de las inmatriculaciones abusivas o injustificadas de inmuebles públicos o de interés histórico que hayan sido realizadas en el pasado.
Podemos plantea anular y revertir las inmatriculaciones abusivas o injustificadas de inmuebles públicos
- 5º. El triángulo de las Lecturas. Al momento de presentar las propuestas en materia del sector edición y libro, la editora Donnatella Iannuzi, del sello Gallo Nero, quien fue invitada a participar en el diseño del plan, aseguró que tanto Podemos como sus colabores querían “lectores no compradores de libros”. Resulta curiosa esa apreciación en un mercado que vive de la colocación de ejemplares como sistema de crédito. Dejando de lado el pintoresquismo de usar deportistas o artistas como reclamo cultural para promover el acto de leer, el plan de Fomento de la Lectura propuesto por Podemos incluye un triángulo necesario: Bibliotecas-Lectores-Librerías. Es decir: reforzar la dotación de las Bibliotecas universitarias y escolares; proponer un sello de calidad que otorgue más beneficios y facilidades para las librerías y plantear el mantenimiento de medidas como el precio fijo del libro.
- 5+1. Género, diversidad, sostenibilidad y trasnparencia… Dos criterios atraviesan cada una de las propuestas enumeradas en el programa: un código de buenas prácticas que rija la actividad de gestión cultural así como la paridad de la representación y la participación cultural en materia de género y diversidad cultural y territorial. “Que la cultura no es sólo el Rey León en la Gran Vía”, aseguró José Manuel Lóez, candidato a la Comunidad de Madrid. Ya, una frase que más de uno aplaudirá, pero… ¿cómo conseguir que el teatro independiente genere la misma caja?
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