Cultura

El cubano Leonardo Padura gana el premio Princesa de Asturias de las Letras

Tras dos años consecutivos de premiación para autores anglosajones, el Princesa de Asturias de las Letras ha sido concedido autor de El hombre que amaba a los perros (Tusquets)

El de las Letras es el quinto de los ocho galardones que concede la Fundación Princesa de Asturias -antes Príncipe- y en los últimos años distinguió, entre otros, a autores como Antonio Muñoz Molina, Philip Roth, Leonard Cohen, Amin Maalouf, Ismaíl Kadaré y Margaret Atwood. En esta ocasión recae sobre el cubano Leonardo Padura, autor de El hombre que amaba a los perros (Tusquets).

El escritor cubano Leonardo Padura (La Habana, 1955) ha trabajado como guionista, periodista y crítico, hasta lograr el reconocimiento internacional con la serie de novelas policiacas protagonizadas por el detective Mario Conde: Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós, Hemingway, La neblina del ayer y La cola de la serpiente, traducidas a numerosos idiomas y merecedoras de premios como el Café Gijón 1995, el Hammett 1997, 1998 y 2005, el Premio de las Islas 2000 y el Brigada 21.

También ha escrito La novela de mi vida y la ya mencionada El hombre que amaba a los perros, una trepidante reconstrucción de las vidas de Trotsky y Ramón Mercader, traducida a diez idiomas, vendidos sus derechos al cine y merecedora del Premio de la Crítica en Cuba, el Francesco Gelmi di Caporiacco 2010 y, en 2011, el Premio Carbet del Caribe, el Prix Initiales y el Prix Roger Caillois. En 2012 Padura recibió el Premio Nacional de Literatura de Cuba. Herejes, una absorbente novela sobre un cuadro de Rembrandt y una saga judía que llega a nuestros días, confirma al autor como uno de los narradores más ambiciosos e internacionales en lengua española.

Este escritor cubano nacionalizado español, Premio Nacional de Literatura de Cuba en 2012, se licenció en La Habana en Filología Hispánica vive actualmente la isla, de cuya compleja historia política y social Padrura se ha convertido en cronista en su obra. El desencanto que produjo la Revolución Cubana es uno de los temas angulares de su trabajo como escritor y guionista.

Padura siempre lo ha dicho:  Cuba es la materia de su literatura y de su obra periodística; por eso, aunque, a veces, hable de aventuras, asesinatos en clave negra o cuadros robados, todo converge en la isla, de la nunca se fue.

En 1980 desempeñó labores de periodista para la revista literaria El Caimán Barbudo y el periódico Juventud Rebelde antes de dedicarse a la narrativa para, cuatro años después, escribir su primera novela Fiebre de caballos. "Soy un escritor tardío", ha dicho en más de una ocasión. En su último libro publicado en España, Aquello estaba deseando ocurrir, una antología personal de relatos, que salió el pasado mes de marzo, Padura se muestra, si cabe, más cubano que nunca, en unas piezas, que abarcan desde 1980 hasta el 2000.

"Ha construido su obra como ha construido su propia casa: ladrillo a ladrillo", asegura Beatriz de Moura la fundadora de Tusquets, editora del cubano y miembro del jurado de esta edición del premio. "Merece un reconocimiento que va incluso más allá de la literatura". También el mexicano Juan Villoro integró el jurado y sobre Padura, resaltó su conducta ética y la independencia de su obra.

Otros miembros del jurado, como el profesor y crítico literario Fernando Rodríguez Lafuente, aseguran que Padura es "probablemente el escritor latinoamericano más importante" de la actualidad al aunar su enraizamiento en Cuba con una obra enmarcada fundamentalmente en el ámbito de la novela negra, "despreciado como un género menor cuando es el gran género del siglo XX".

Tras la edición del premio otorgada, entre otros premiados de otras categorías, al irlandés John Banville, los premios pasarían a llamarse Premios Princesa de Asturias, ya que tras la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe como rey, quien ostenta el título es la mayor de sus hijas, Leonor, y como tal, es necesario ajustar el género en el nombre de los premios. Su padre, con sólo 12 años, fue nombrado presidente de honor de la Fundación Príncipe de Asturias.

Tanto los premios como la Fundación fueron creados con la intención de estrechar los vínculos existentes entre el Príncipe de Asturias, heredero de la Corona de España y el Principado de Asturias y contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos considerados como patrimonio universal.

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