Mario Gas deja la dirección del teatro Español después de ocho años. Lo hace, dice él, con elegancia y sin "espinitas". Al menos así lo ha manifestado en una entrevista que concedió a la Agencia EFE en la que dejó claro que aunque haya tenido que padecer los últimos meses "golpes bajos de muy mal gusto", como las "falsedades" sobre el presunto "blindaje" de su contrato, se marcha en paz. Y punto.
"Soy una persona elegante y me he preocupado de salir de esta casa de esa forma porque me pesan más los ocho años que he estado aquí que lo que ha pasado y me parece absurdo plantear un conflicto. Hemos hecho un pacto de caballeros y ahora a otra cosa, mariposa", dijo el director de teatro.
No faltaron en la entrevista preguntas sobre el supuesto blindaje de su contrato por parte de Alicia Moreno, delegada de las Artes del Ayuntamiento de Madrid durante el gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón. Tal operación aseguraba a Gas que, en caso de ser despedido, su indemnización fuese sumamente jugosa. "Es repugnante que se intenten utilizar falsedades para indisponer a alguien con la opinión pública o con la profesión. La realidad muestra que no era verdad nada de lo se decía. ¿Quién lo dijo?. ¿De dónde salió?. Nunca lo sabremos y no dudo de la buena fe de quienes gestionarán ahora estos teatros, pero da mucha pena que se recurra a eso".
"Soy una persona elegante y me he preocupado de salir de esta casa de esa forma porque me pesan más los ocho años que he estado aquí"
Para subrayar su lealtad y relaciones con la anterior Delegada de las Artes, Mario Gas Afirmó: "En el momento que Alicia (Moreno) anunció que se iba supe que, más tarde o más temprano, yo iba a abandonar estos teatros, pero lo digo sin acritud, sin rencor, ni actitud de pérdida, a pesar de los golpes bajos".
Al hacer un balance general de sus años al frente del coliseo, Mario Gas no abandonó el tono resentido -ciertamente recriminatorio- que predomina a lo largo de toda la entrevista: "No puedo decir que no haya habido salidas de tono de muy mal gusto y golpes bajos, pero no me han sorprendido porque sé en qué país vivo. Cuando se acepta una responsabilidad así hay que tener claro que te van a dar por muchísimos lados".
Tras manifestar que durante todos estos años ha intentado ser fiel a sí mismo, Mario gas ha confesado que se va “con una gran riqueza personal y vital, que no económica”. Además, ha informado de que no optará a ser director del Teatro Nacional de Catalunya, ya que según él, se plantea como un “concurso”. Ha afirmado que ahora tiene proyectos para hacer algunas obras, también quiere descansar o incluso actuar asiduamente.
Sin palabras sobre la solicitud de investigación
Uno de los asuntos sobre los cuales ni fue preguntado el director de teatro ni hizo declaración alguna tiene que ver con la petición de esclarecimiento que hicieron las fuerzas políticas del Ayuntamiento acerca de los fondos aportados por MACSA al teatro Español durante la gestión de Gas.
A finales de febrero, ediles del PSOE y UPyD presentaron la solicitud de una comisión de investigación para esclarecer la actividad de Madrid Arte y Cultura, SA, la sociedad que gestiona algunas actividades de las instituciones culturales del Ayuntamiento, cuya administración mostraba una serie de inyecciones poco claras entre subvenciones, encomiendas y cesiones patrimoniales.
Una de las zonas más opacas, a juicio de los concejales, en el quehacer de esta sociedad tenía su punto más delicado en lo que se refería a las actividades del Teatro Español, concretamente a uno de los proyectos de Mario Gas, que había gastado, según fuentes del consistorio, 800.000 euros en una producción teatral, la obra Follies.
Tan sólo en vestuarios y decorados, se gastaron 180.000 euros del total de la cifra, aportada enteramente por el Ayuntamiento. La autorización de esa cantidad fue otorgada, durante la administración de Alberto Ruiz Gallardón, quien tenía como responsable de autorizar la partida a Cristina Conde, a lo largo de cuya gestión, dicen personas cercanas a Fernando Villalonga, actual delegado de Artes del Ayuntamiento, se nombraban responsables "a dedo" y sin convocar concurso.
Al revisar las cuentas, no sólo del Español sino de Macsa, en los últimos cinco años, entre subvenciones y cesiones patrimoniales, la sociedad gastó 354 millones, el equivalente a seis años de presupuesto para un museo como el Reina Sofía. Más allá del tema de la sociedad, queda en el tapete dónde quedaría la investigación de las cuentas del Español.
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