Cultura

El Teatro Real intenta que el relevo de Gerard Mortier “no acabe en los tribunales”

La salida del intendente del coliseo no ha podido ser más aparatosa, complicada y tirante. No muy dados a la idea de que los trapos sucios se lavan en casa, tanto Gerard Mortier como los directivos del teatro comienzan la temporada con Do de pecho.

"A más de uno le gustaría verme muerto" ó "Lassalle me detesta" fueron sólo algunas de las frases que Gerard Mortier profirió al enterarse de su relevo oficial por Jordi Matabosch, hasta ahora director del Liceo. En este asunto, la verdad, nadie ha estado especialmente fino. Hace unos días, el todavía director del Teatro Real prácticamente amenazó a la junta directiva del coliseo cuando afirmó en el diario El País que, si no se atendían sus indicaciones sobre los candidatos a sucederle y la Secretaría de Cultura optaba por un español, él no esperaría a 2016 y se iría. Evidentemente, la Junta Directiva le tomó la palabra y le sustituyó.

Mortier, quien abandona su puesto por motivos de salud –se le ha diagnosticado un cáncer-, ha sembrado la polémica en los cuatro años que ha permanecido frente a la institución: desde el coste de sus montajes, pasando por la caída de los abonos hasta rifi-rafes con el público español, al que varias veces ha llamado conservador y prácticamente paleto. Su salida, a juzgar por los hechos recientes, no será distinta de su gestión. Ya lo dijo el intendente: se encuentra con espíritu "guerrero” y no se irá sin plantar batalla.

Ante semejante cruce de declaraciones, el director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer, ha afirmado que "la idea" es que la salida de Gerard Mortier "no suponga ningún coste" para la institución madrileña; en otras palabras: “que esto no acabe en los tribunales”. En declaraciones a la prensa, Belenguer ha asegurado que se mantienen en contacto con Mortier - actualmente en Alemania tratándose de un cáncer- con la intención de "llegar a un acuerdo cordial".

Mientras el coliseo dice tener todo controlado, Mortier dice que no se irá sin dar guerra.

De momento la temporada lírica 2013-2014 comienza este sábado con El barbero de Sevilla, una ópera de Rossini en un montaje de Emilio Sagi que Mortier usó en momento para enrostrar a la prensa que él no era elitista. "Me dicen que no hago ópera para el gran público. Pues ahí tienen El barbero de Sevilla o L'elisir d'amore; bel canto para la gente que solo quiere escuchar eso", dijo cuando se anunció la programación.

En cuanto al nombramiento de un director musical o, por el contrario, la perpetuación del modelo de director rotatorio que instauró Mortier a su llegada hace cuatro años, todo hace pensar que Matabosch eligirá a una única personalidad, como sucede en el Liceo con Josep Pons.

¿Qué ocurrirá entonces? Mortier tenía contrato inicialmente hasta 2016, pero su marcha será inmediata porque -según explicó el presidente del Patronato del Real, Gregorio Marañón- ha manifestado en diversas ocasiones, de forma oral y por escrito, su voluntad de marcharse "al día siguiente" si el candidato escogido para sucederle no era de su gusto. Y aunque los representantes del coliseo insisten en que esto no es un despido, la situación, de momento, no apunta excesiva cordialidad.En los próximos días se concretarán las condiciones de la rescisión del contrato de Mortier. Según Marañón, no hay intención de indemnizar al gestor belga.

 Joan Matabosh sustituirá de forma inmediata a Mortier al frente de la dirección artística del Teatro Real de Madrid. El catalán, periodista de formación, firmará un contrato por seis años y se espera que sea presentado a los medios la semana que viene.

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