Cultura

Daft Punk, Daddy Yankee y el espejismo de la influencia

El superventas de Puerto Rico se retira tras plantar cara a la hegemonía del inglés. ¿Su mayor logro? Conseguir que "en los barrios donde los chamaquitos soñaban con ser traficantes ahora aspiren a ser cantantes"

A finales del año pasado, el suplemento Icon de El País publicó un artículo con el siguiente titular: “Veinticinco años de Daft Punk, los músicos electrónicos más influyentes del siglo XXI”. La afirmación no se argumentaba en el texto, más allá de confirmar que el dúo parisino causó furor en los ambientes cool de Barcelona, los que van de las revistas de tendencias al festival Sónar. El problema de ese titular, como intentaré explicar en esta pieza de Vozpópuli, es que la cultura hípster hace dos o tres décadas que vive una evidente decadencia (como la propia ciudad condal, que tan fuerte apostó por aquello desde los 90). La medalla de "grupo electrónico más influyente del siglo XXI" es solo un espejismo provocado por cierta prensa, al calor de la retirada del dúo en 2021.

Nadie cuestiona que Daft Punk fueron unos superventas refrescantes para la radiofórmula, además de que protagonizaron giras históricas como la de la pirámide en 2007. Marcaron de manera decisiva a la generación EDM (Electronic Dance Music), los jóvenes productores que conquistaron los estadios deportivos de EEUU y a los grandes casinos de Las Vegas (pero Daft Punk no estuvieron solos, también ayudaron artistas tan uncool como David Guetta, entre otros).

En favor del artículo de El País hemos de señalar que era honesto y transparente en cuanto a la posición de máximo privilegio del dúo francés, que se conocieron en un liceo de la élite parisina y que estaban emparentados (Thomas Bangalter) con Daniel Vangarde, figura de la música disco y de la industria musical francesa, situación que facilitaba la financiación y los contactos para sus aventuras musicales. Gustaban tanto a la clase alta francesa que su música llegó a sonar en formato banda en una recepción de Macron a Donald Trump en La Bastilla en 2017.

 Daddy Yankee contra todo

Se trata de una historia típica de las estrellas alternativas de los dosmiles: recordemos que la ‘boy band’ rockera The Strokes se conocieron en un exclusivo internado de Suiza. Si hiciéramos un estudio sociológico de los ídolos hípster del siglo XXI, se verían confirmadas las tesis del sociólogo Pierre Bourdieu sobre la cultura como fuente de distinción social. De manera inconsciente, preferimos a los grupos que nos acercan al gusto de la élites, sobre todo de las élites internacionales, por eso en la España de los noventa los grupos prestigiosos cantaban todos en inglés (y se les consideraba prestigiosos por ese gesto de sumisión cultural).

Un reciente artículo de The Economist confirma la pujanza del español en el pop coincidiendo con el dominio del reguetón

El primer nombre que me vino a la cabeza al leer el titular sobre Daft Punk fue el de la estrella puertorriqueña Daddy Yankee, crecido en un barrio humilde de San Juan y pieza clave en el éxito global del reguetón. Ahora que ambos artistas se retiran, ¿por qué Daft Punk han de ser considerados como más influyentes que él? No solo tiene una carrera igual de arrolladora en el terreno comercial, sino que además impulsó un género nuevo mientras Daft Punk no ofrecían más que un pastiche posmoderno y 'retromaniaco' de estilos ya consolidados. ¿El mayor logro social del caribeño? "En los barrios donde los chamaquitos soñaban con ser traficantes ahora aspiran a ser cantantes", recordó el propio artista en su vídeo de despedida.

Complejo de inferioridad cultural

Daft Punk eran frnaceses que se expresaban en el idioma del imperio pop, lo que abre muchas más puertas en la industria, mientras que Daddy Yankee apostó siempre por el español y al final de su carrera puede decir que ha contribuido a tumbar la hegemonía del inglés en las listas de venta globales. Un reciente artículo de The Economist confirma la pujanza del castellano en el pop coincide con el dominio del reguetón y otras músicas urbanas latinas (y también con la revolución antielitista del streaming, que visibiliza la música preferida de los oyentes de las capas populares). La carrera del autor de "Gasolina" parte desde la calle, sin parientes influyentes ni un look en sintonía con lo que prescribe la industria global de la moda. Hablamos de un éxito contra todas las corrientes.

Si hacemos balance en 2022, está claro que el EDM es agua pasada, que hace mucho dijo todo lo que tenía que decir, mientras que la música urbana latina sigue en modo pujante, con Bad Bunny cada vez más fuerte como artista de referencia de la cultura pop global. Hace un par de décadas que el star system de la música anglosajona atraviesa su mayor bajón creativo, seguramente desde la irrupción de la cultura rock en los años cincuenta, a pesar de tener a toda la industria musical y de los medios de su parte. 

La ironía final es que esta preferencia descarada por Daft Punk se da desde una cabecera (El País) que lleva el subtítulo de “El diario global en español”. Cada vez está más claro que no se puede aspirar a esa meta desde el continuo menosprecio a los artistas que cantan en nuestro idioma. ¿No va siendo hora de quitarse los complejos culturales?

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