Cultura

De Robert Fico a Aznar, pasando por Moro y Palme: magnicidios e intentonas de matar a presidentes europeos

El primer ministro de Eslovaquia fue tiroteado esta semana por un "lobo solitario" con una clara intención política, según informó el gobierno del país

El siglo XX europeo comenzó para muchos historiadores el día en el que asesinaron al heredero al trono Austrohúngaro en Sarajevo. Como sonámbulos, los imperios, reinos y repúblicas europeas pusieron en marcha sus juegos de alianzas y se enfrascaron en la guerra más devastadora que había visto la humanidad. El asesinato del heredero al trono Austrohúngaro, Francisco Fernando significó el casus belli de la Primera Guerra Mundial que supuso la tumba de cuatro grandes imperios. 110 años más tarde, en uno de aquellos territorios de la Corona austrohúngara, y de nuevo mediante un tiroteo entre la multitud, un "lobo solitario" ha tratado de asesinar al primer ministro eslovaco, Robert Fico.

El gobierno de Eslovaquia aseguró este jueves que el atentado fue planificado por un "lobo solitario" y tenía una clara motivación política. "No fue algo casual sino planificado porque hubo ya varios intentos", aseguró el ministro de Defensa, Robert Kalinak, en una comparecencia junto al titular de Interior, Matus Sutaj Estok. "No es miembro de ningún grupo radicalizado, de derechas o de izquierdas, es un lobo solitario, cuya actividad se aceleró tras elecciones presidenciales", resumió el ministro de Interior. 

Moro y Palme

Los dos casos que más conmocionaron a la política europea del último cuarto del siglo XX fueron los asesinatos de Aldo Moro y de Olof Palme. El primero, ex primer ministro italiano y líder de la Democracia Cristiana apareció muerto el 9 de mayo de 1978,a manos de las Brigadas Rojas, una organización terrorista de ideología comunista contraria a las políticas reformistas del Partido Comunista Italiano. El 16 de marzo, los escoltas del ex primer ministro fueron asesinados, y Moro fue secuestrado durante 55 días hasta que su cadáver fue encontrado en el maletero de un coche. El día del secuestro, el PCI iba a apoyar en una moción de confianza de los democristianos. En el contexto de la Guerra Fría, ninguna de las dos grandes potencias veía con buenos ojos la entrada de los comunistas a una de las principales economías del continente y el atentado frustró el acuerdo histórico.

En el caso de Olof Palme, el político sueco se encontraba en ejercicio del cargo de primer ministro cuando fue asesinado 28 de febrero de 1986 mientras volvía a casa junto a su esposa después de ir al cine. 

La política internacional desarrollada por Palme apuntaba a varios posibles sospechosos, desde grupos de extrema derecha a servicios de inteligencia extranjeros como el del gobierno Sudafricano. El sueco era una figura con un gran proyección internacional convirtiéndose en el primer líder europeo en visitar la Cuba de Fidel Castro, o mostrando su apoyo al Congreso Nacional Africano en su lucha contra el apartheid. 

Durante más de tres décadas, el asesinato quedó sin resolver, alimentando las siempre presentes teorías de la conspiración que acompañan a estos crímenes. Finalmente, Stig Engström, un publicista que trabajaba en la zona y declaró como testigo en las primeras fases de la investigación fue declarado culpable en el año 2020, veinte años después de haber fallecido.

Si el secretario general del partido en aquel momento no me cambia el coche, estaría pulverizadoJosé María Aznar , sobre el atentado de ETA

Poco antes del atentado de Moro, España fue testigo de otro magnicidio que convulsionó el final de la dictadura franquista. El presidente del gobierno Luis Carrero Blanco fue asesinado en Madrid por la banda terrorista ETA. Después de descartar la primera opción del secuestro, la banda decidió acabar con la vida del almirante en la capital ante las limitadas medidas de seguridad con las que contaba en su rutina diaria.

Después de asistir a misa a primera hora, el coche del almirante fue víctima de una importante explosión que mató a Carrero, al conductor y a un policía que les acompañaba. Los terroristas habían construido un túnel desde un piso franco hasta la mitad de la calle Claudio Coello, donde colocaron cargas antitanques equivalentes a 50 kilos de dinamita. La explosión catapultó al Dogde del presidente por encima de un edificio de más de 20 metros de altura. De nuevo el asesinato levantó toda una polvareda conspiranoica que se ha revitalizado medio siglo después con la publicación de libros y documentales que abrazan las distintas teorías alternativas inculpan al propio gobierno franquista y hasta a la administración estadounidense.

Coche bomba contra Aznar

Terminó la dictadura, llegó y se afianzó la democracia en España, pero ETA siguió asesinando. Quedaba menos de un año para las elecciones generales que le darían la presidencia al Partido Popular. José María Aznar había reagrupado a la derecha y por primera vez en más de una década Felipe González veía peligrar su puesto. En 1995, cuando Aznar era jefe de la oposición, ETA trató de asesinarlo con un coche bomba cargado con más de 40 kilos de amosal y otros 40 kilos de tornillería, que serviría como metralla. 

Los terroristas del comando Madrid activaron el artefacto con un cable de 300 metros de longitud, en lugar de con su habitual sistema de mando a distancia por radio, conscientes de que el coche de Aznar contaba con inhibidores de frecuencias. Además del blindaje del Audi en el que viajaba, el político popular salvó la vida por una ligera precipitación de los terroristas a la hora de activar el coche bomba. 

"Si el secretario general del partido en aquel momento, Francisco Álvarez Cascos, no me cambia el coche, estaría pulverizado", señaló en una entrevista Aznar. En 2001 con Aznar al frente del Ejecutivo, la banda terrorista volvió a intentar asesinarlo, intentando derribar el avión presidencial con un lanzamisiles.
En 1984, el IRA también había intentado asesinar a Margaret Thatcher con una bomba en el Gran Hotel de Brighton. Thatcher salió ilesa pero una treintena de personas resultaron heridas y cinco políticos del partido conservador murieron.
En 2003, el magnicidio sí que se sustanció en Serbia con el asesinato del Zoran Djindjic. Líder del Partido Demócrata, fue alcalde de Belgrado y en 2001 se convirtió en primer ministro de la república balcánica. Fue asesinado el 12 de marzo del 2003 por un francotirador que le disparó en el tórax cuando entraba en el edificio sede del Gobierno, en el centro de Belgrado. El juicio sentenció que Djindjic había sido víctima de la mafia belgradense conocida como "el clan de Zemun" y sus colaboradores en los servicios secretos y en la posteriormente disuelta Unidad de Operaciones Especiales (JSO) de la Policía.

Juan Pablo II

Este lunes se cumplía el 47 aniversario del intento del asesinato del papa Juan Pablo II, que además de ser líder de la Iglesia católica, ostenta la condición de jefe de Estado del Vaticano. En el día de la virgen de Fátima, el papa saludó a los asistentes de la plaza de San Pedro con su famoso ‘papamóvil’, cuando un joven turco le disparó en repetidas ocasiones. Cuatro balas impactaron en el cuerpo de Karol Wojtyła, que llegó a recibir la extrema unción por el estado crítico en el que se encontraba, aunque finalmente salió con vida y meses después visitó en la cárcel y perdonó a su atacante.

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