Dellafuente anunció el pasado domingo los únicos dos conciertos que iba a dar este año, los días 16 y 17 de diciembre en su Granada natal. “Han pasado tres años, tengo muchas cosas que enseñaros”, añadía. A escasos cinco minutos del lanzamiento de las entradas, ambos días se agotaron, siendo algunas publicadas, acto seguido, como reventas de hasta 200 euros. No es sorprendente teniendo en cuenta que, adrede o no, Dellafuente siempre logra proyectar una imagen de “exclusividad”, puesto que su merchandising de segunda mano es vendido a precio de oro desde hace años. ¿A qué se debe esto, pues? Al mantenerse apartado voluntariamente de conciertos y medios, ha terminado consiguiendo una fetichización que ni la mismísima Rosalía. Sin embargo, esto no habría sido posible sin tener una obra musical singular ni contar con una de las bases de fans más sólidas del panorama urbano español. Recientemente acaba de publicar dos sencillos: “K alegría” junto al almeriense Rvfv y “Algarabía”, que en principio parecen formar parte de un proyecto a estrenar en un futuro cercano.
Pero ¿qué ha estado haciendo Dellafuente a lo largo de todo este tiempo? En los últimos tres años ha publicado los discos Tanteo (2022) Milagro (2021) y Descanso En Poder (2020), que parecen formar una especie de mosaico en conjunto; si Descanso En Poder relataba la “muerte artística” del propio Dellafuente a sus veintisiete años —y su posterior ascensión al Cielo—, en Milagro establece una reflexión espiritual sobre sus logros y su idea personal de sacrificio. Tanteo, este último proyecto completo, describe una nueva vida tras esa “muerte”, una vida humilde y austera que afirma estar viviendo junto a su mujer e hija, y donde aprovecha para criticar la idea de éxito que tienen otros artistas (“Soy mala gente, no quiero fotos / no quiero aplausos, no quiero totos […] no quiero playlists, tampoco marcas / estáis obsesionaos con la tarta”). Todo esto acompañado de la voz del cantaor Israel Fernández, con quien colabora en el tema titulado “De plata y madera”, y donde se recuerdan unos versos de Federico García Lorca (“Que yo te quiero verde, verde, que yo te quiero verde”). Israel Fernández no es el único artista presente en este último EP, puesto que en la letra de “Modo sigilo” menciona a su amigo C. Tangana: “Viendo al Pucho hacerse leyenda / te quiero, hermano, sabes lo que te admiro”.
Milagro (2021) es, sin duda, el EP más oscuro de los tres mencionados, donde Dellafuente se acompaña del Coro Ciudad de la Orquesta Ciudad de Granada y abre el álbum con la misma canción que le da el nombre, inspirándose en el “Aleluya” de Enrique Morente, que a su vez es una versión del famoso e influyente “Hallelujah” de Leonard Cohen. El artista se ha declarado en más ocasiones fan de Enrique Morente, con quien comparte su origen granadino y la perspectiva musical de difuminar las barreras entre géneros establecidos.
El tema “Escarmiento”, que fue un adelanto de su disco Ansia viva (2016), ya incorporaba un fragmento de una entrevista del que fue un gran renovador del flamenco: “El camino es así, ¿no? Se cae uno, se levanta, se pierde uno en las oscuridades del flamenco y del aprender y el saber y el investigar y el preguntar, pero luego otra vez te rehaces y continuas el camino”.
Milagro, además, se cierra con “Un diablo en el infierno” en colaboración con Taifa Yallah, el proyecto más rockero de Dellafuente lanzado bajo su propio sello discográfico, Santa Catalina, con el disco Ep.01.Causa, que claramente tiene influencia del Omega (1996) de Enrique Morente y que fue publicado justo a principios de 2020. “Un diablo en el infierno”, tan espiritual, trata sobre un Diablo que en el fondo tiene fe y busca escapar del Infierno, con un videoclip ambientado en una cueva del Sacromonte de Granada, donde una bailaora asiática se expresa con mucho duende y sentimiento, mostrando, de esta forma, un bello contraste fruto de la unión entre culturas.
Descanso En Poder (2020) se abre con “Intro” —un audio donde Dellafuente reflexiona sobre la idea de ser “antisistema” y sus intenciones de buscar un híbrido entre lo que el mercado discográfico le pide y el mensaje y sonido que quiere transmitir—, y se cierra con “Nubes”, donde reivindica al cantaor flamenco Ray Heredia: “Ahí donde el pájaro vuela, ahí donde el río es que suena / ahí donde no hay una pena, a lo Ray, quien no corre vuela”. La canción “Flores pa’ tu pelo” es un guiño a la de Manzanita, y, además, “Toco el cielo” es una colaboración con Maka, un inseparable de la obra artística de Dellafuente, que también ha dado visibilidad a la figura de Ray Heredia en su último disco Detrás de esta pinta hay un flamenco.
Letras profundamente autobiográficas, referencias religiosas, rechazo a la ostentación de la riqueza y defensa de la monogamia y la familia “tradicional”
Dentro de ese imaginario de corales y bailaoras, ambientado mayormente en esa ciudad de Granada en la que dará sus conciertos, este artista parece seguir formando parte, ideológicamente, de una minoría dentro del trap: letras profundamente autobiográficas, referencias religiosas, rechazo a la ostentación de la riqueza y defensa de la monogamia y la familia “tradicional”, además de su renuncia a la exposición mediática y temas de reguetón con rentables colaboraciones.
Por otra parte, esta aura de misterio que le caracteriza también conlleva una gran imprevisibilidad musical, siendo capaz de desenvolverse entre distintos estilos sin perder su identidad. ¿Estará Taifa Yallah presente en este show tan esperado, o sólo será el Dellafuente puro quien aparezca sobre el escenario? ¿Será capaz de aunar los todos los proyectos pasados, abarcando su lado más rapero con su parte más rockera? ¿Qué colaboraciones abarcará? ¿Sorprenderá con nuevos temas inéditos? No sabemos qué nos deparará en uno de los conciertos más esperados de este año 2022; lo que sí está claro es que es un artista que está consiguiendo ir contracorriente dentro del panorama sin dejar de cosechar éxitos.
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